Gibraltar v¨ªa Londres
El acuerdo firmado ayer entre Espa?a y el Reino Unido sobre Gibraltar despeja el camino para la aprobaci¨®n de varias directivas comunitarias bloqueadas desde hace a?os por las diferencias de ambos pa¨ªses socios de la UE en torno al Pe?¨®n. Su contenido es meramente t¨¦cnico, y no pol¨ªtico. Busca, fundamentalmente, que Gibraltar deje de ser un obst¨¢culo para la entrada parcial del Reino Unido en el ¨¢rea de cooperaci¨®n de seguridad e interior conocida como Schengen y que la aplicaci¨®n de importantes directivas europeas, incluidas algunas financieras y econ¨®micas, no siga varada por el hist¨®rico contencioso hispano-brit¨¢nico.El acuerdo contempla cuatro compromisos: dos sobre la incorporaci¨®n del Reino Unido a los acuerdos de Schengen, otro sobre sistemas de informaci¨®n y otros dos -los m¨¢s problem¨¢ticos para el Pe?¨®n y Londres- que fijan que las autoridades competentes para algunas cuestiones relativas a Gibraltar -documentos de identidad o pasaportes- quedar¨¢n establecidas en ¨²ltima instancia en el Foreign Office.
Probablemente de este acuerdo se beneficien m¨¢s los gibraltare?os que los espa?oles, aunque para Madrid supone alcanzar un objetivo casi pol¨ªtico: frenar la creciente deriva del Pe?¨®n hacia la autonom¨ªa respecto de Londres. Lograr esa autonom¨ªa ha sido empe?o constante del Gobierno gibraltare?o, especialmente bajo Caruana, cuya posici¨®n ha retrasado la firma de lo pactado tras largas negociaciones por Madrid y Londres. De confirmarse en la pr¨¢ctica lo suscrito ayer en Bruselas, significar¨¢ que el que recupera autonom¨ªa es el Ejecutivo brit¨¢nico respecto del gibraltare?o, aunque est¨¢ por ver que tal situaci¨®n tenga alg¨²n reflejo en lo que es el fondo del contencioso: la recuperaci¨®n por Espa?a de la soberan¨ªa sobre el Pe?¨®n.
Los acuerdos deben servir para avanzar en la integraci¨®n de Gibraltar en la legislaci¨®n comunitaria y hacia una mayor implicaci¨®n de Londres en los asuntos gibraltare?os. La f¨®rmula permitir¨¢ contactos directos entre las autoridades locales gibraltare?as y las espa?olas, pero a cambio del reconocimiento expreso por parte del Reino Unido de que las primeras est¨¢n bajo su responsabilidad y de que se hace cargo directamente de las relaciones exteriores de la colonia.
Cuesti¨®n preocupante es c¨®mo Londres logra seleccionar sus ¨¢reas preferenciales de colaboraci¨®n con la Uni¨®n Europea. Entra en Schengen, pero s¨®lo a efectos de cooperaci¨®n judicial y policial -que a todos conviene-, no para la abolici¨®n de los controles fronterizos; es decir, para la libre circulaci¨®n de las personas. El continente sigue aislado. El Pe?¨®n, algo menos.
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