El Atl¨¦tico, m¨¢s cerca de Segunda

Sin aire, completamente exhaustos apuraban el partido ambos equipos cuando de repente apareci¨® "El Piojo", puso la directa, fue dejando atr¨¢s rivales en una carrera enloquecida en horizontal hasta que encontr¨®, al borde del ¨¢rea, el destinatario de su carta: Angulo, que golpe¨® con la izquierda de primeras un trallazo colosal, fuera del alcance de Molina. El gol fue extraordinario, fabricado por los dos hombres m¨¢s en forma del Valencia, sus dos delanteros, y el tanto marc¨® una diferencia en el marcador inexistente en el juego, por el que el Atl¨¦tico mereci¨® mucho m¨¢s. Perge?¨® bien el f¨²tbol el grupo de Antic, por una banda y por otra, pero demostr¨®, ausente Hasselbaink, una falta gigantesca de punter¨ªa. El partido result¨® extenuante para ambos conjuntos: al Valencia le pes¨® el desgaste del martes ante el Lazio; y al Atl¨¦tico, la penosa clasificaci¨®n y su esterilidad ante el gol. Que Paunovic no es un goleador qued¨® sobradamente de manifiesto. Que Valer¨®n deber¨ªa haber jugado m¨¢s tiempo, tambi¨¦n: todo lo que toc¨®, trajo peligro a Mestalla. Pero el Valencia est¨¢ lanzado, y aun jugando mal, tiene una pegada privilegiada con la que perseguir a los cuatro primeros.El Valencia lleva incorporado el contragolpe en los genes y ¨¦sa es una conclusi¨®n a la que ha llegado irremediablemente C¨²per, que ha decidido sacarle partido. Si uno junta en el mismo grupo a Angulo, Mendieta y el Piojo L¨®pez, lo normal es extraer petr¨®leo del tres contra tres, que es lo que hizo Angulo, con el pase preciso hacia el interior a Mendieta, ¨¦ste de primeras al Piojo, y el argentino que tir¨® a romper y rompi¨®.

Puesto que no quiere saber nada de su compatriota Fagiani, C¨²per ha optado por colocar de lateral izquierdo al central Bj?rklund, y el equipo se resiente gravemente de ello. De ah¨ª naci¨® la onerosa cesi¨®n de Bj?rklund a Ca?izares que atrap¨® Aguilera y que no pudo concretar el extremo atl¨¦tico al ser arrollado por el portero (el ¨¢rbitro se trag¨® el penalti). El Atl¨¦tico, en todo caso, se dio cuenta de la falla y Kiko lanz¨® a Aguilera por ese flanco un pu?ado de veces. Siempre, en el uno contra uno, Aguilera se impuso a Bj?rklund. Siempre, sin embargo, Aguilera err¨® en la finalizaci¨®n: unas veces por disparar mal; otras por centrar para Paunovic, que era lo mismo que enviar al vac¨ªo. El conjunto de Antic notaba m¨¢s que nunca la falta de Hasselbaink: en tal partido como el de ayer se hubiera puesto probablemente las botas.

El encuentro estaba que ni fu ni fa cuando los fondos de Mestalla empezaron a pedir por el descenso del Atl¨¦tico, mientras que la Tribuna, m¨¢s prudente, trataba de acallar los gritos de los m¨¢s j¨®venes. Se acordaban los hinchas m¨¢s veteranos de que el Valencia tambi¨¦n hubo de bajar a Segunda en 1986 y el recuerdo no les result¨® muy agradable.

El viento racheado afe¨® el choque, que s¨®lo restallaba ocasionalmente con alg¨²n pase en profundidad de Kiko, alguna de las perseverantes internadas de Mendieta, o las dotes de mando de Farin¨®s, que achant¨® por completo a Hugo Leal. En cuanto a Gerard, no hubo noticias. Desde el partido de su eclosi¨®n ante el Lazio, el joven centrocampista catal¨¢n ha entrado en una fase de indefinici¨®n.

El viento era tan perverso que incluso le hurt¨® una tarjeta amarilla a Llonch Andreu, que la persigui¨® sin ¨¦xito ante las risas de la grada. Los tres media punta del Atl¨¦tico comenzaron a funcionar tras la reanudaci¨®n, sobre todo Solari, que se puso a desequilibrar por el carril del 10. Unas veces dando paso a su poderosa carrera; otras, centrando desde la raya de fondo para que Aguilera disparara a placer, y al larguero. El Atl¨¦tico se adue?¨® completamente del bal¨®n, pero Kiko expres¨® toda la impotencia goleadora de su equipo en una jugada en la que remataba, rebotaba, remataba, rebotaba y as¨ª hasta tres veces.

En medio de la desesperaci¨®n valencianista, s¨®lo Djukic conserv¨® su extraordinaria clase para barrer un bal¨®n tras otro. Se intu¨ªa un gol en cualquier lado, pero m¨¢s cerca en la meta de Ca?izares, que de nuevo estuvo sobresaliente. El equipo de C¨²per, exhausto, no daba se?ales de vida, pero siempre le queda una bala al Piojo, que dribl¨® a casi toda la zaga atl¨¦tica y Molina repeli¨® por los pelos su disparo. A esa acci¨®n replic¨® un par de veces Valer¨®n, que meti¨® dos pases de gol y tampoco aprovecharon ninguno. S¨ª lo har¨ªa Angulo para el Valencia.