Falsificando nuestra historia VICEN? NAVARRO
Una de las consecuencias del dominio de las derechas en el proceso de transici¨®n de la dictadura a la democracia en Espa?a ha sido el intento, en general exitoso, de reciclar la historia reciente de nuestro pa¨ªs falseando la naturaleza del franquismo, que ha sido uno de los reg¨ªmenes m¨¢s represivos en la Europa del siglo XX, tal como han documentado Preston y otros, represi¨®n que continu¨® hasta el a?o de la muerte del dictador. En 1975 hubo cinco personas asesinadas por razones pol¨ªticas, 1.028 detenidas por causas pol¨ªticas y 4.317 expedientadas por el temido Tribunal de Orden P¨²blico. Esta realidad es ignorada por gran parte de los medios de informaci¨®n. S¨®lo en las ¨²ltimas semanas hemos visto varios ejemplos de este proceso. Veamos.La Vanguardia public¨® el 12 de marzo varios art¨ªculos a ra¨ªz de la muerte del se?or L¨®pez Rod¨®; en uno de ellos este se?or era definido por uno de los articulistas como "arquetipo de la derecha civilizada" y en otro uno de sus consejeros econ¨®micos pon¨ªa como ejemplo de tal comportamiento civilizado el hecho de que durante el periodo en que el se?or L¨®pez Rod¨® fue ministro -de 1965 a 1973- no se fusil¨® a nadie, lo que atribu¨ªa a su influencia. Ser¨ªa de desear que tales articulistas de La Vanguardia fueran m¨¢s exigentes en la utilizaci¨®n del adjetivo civilizado; el hecho de que no se fusilara a nadie durante aquel periodo no es suficiente condici¨®n para merecer tal adjetivo. En ninguna parte de la secci¨®n informativa escrita a ra¨ªz de la muerte del mencionado se?or se informaba al lector de que, en realidad, L¨®pez Rod¨® fue una pieza clave en aquel r¨¦gimen dictatorial, responsable de actos de represi¨®n en los ¨¢mbitos en que tuvo capacidad de influir, que fueron muchos y abarcaron desde el mundo universitario hasta las pol¨ªticas econ¨®micas, que tambi¨¦n tuvieron dimensiones represivas. En el mundo acad¨¦mico, por ejemplo, a una temprana edad el se?or L¨®pez Rod¨® fue una persona clave en purgar el mundo intelectual y universitario, eliminando el famoso Instituto Libre de Ense?anza, uno de los centros intelectuales m¨¢s importantes de Espa?a, y sustituy¨¦ndolo por el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, que a pesar de su nombre fue un centro de un gran sectarismo orientado a controlar la academia espa?ola, incluido el conocimiento econ¨®mico, lo que explica que incluso hoy gran n¨²mero de las instituciones y revistas econ¨®micas est¨¦n controladas por profesionales procedentes de la nomenclatura franquista. Este organismo contaba con la colaboraci¨®n del sindicato fascista universitario (SEU), establecido a imagen de los grupos fascistas estudiantes italianos, que tuvieron una misi¨®n policial adem¨¢s de ideol¨®gica. Todo docente y estudiante ten¨ªa una ficha en la que cualquier desviaci¨®n de la ortodoxia oficial era se?al de expulsi¨®n o marginaci¨®n del mundo acad¨¦mico. Esta campa?a fue dirigida por el catedr¨¢tico Albareda, del que fue ayudante principal el se?or L¨®pez Rod¨®. Su objetivo era crear una Universidad vaciada de cualquier contenido liberal y progresista. El "civilizado" se?or L¨®pez Rod¨® fue tambi¨¦n el que siendo miembro de la Comisi¨®n Permanente de las Cortes aprob¨® la ley del 2 de diciembre de 1963 (tras previa oraci¨®n al Esp¨ªritu Santo por el excelent¨ªsimo y reverend¨ªsimo patriarca de las Indias Leopoldo Ejido y Garay), dictada despu¨¦s del asesinato de uno de los l¨ªderes de la resistencia democr¨¢tica antifranquista, Juli¨¢n Grimau, que establec¨ªa el temible Juzgado y Tribunal de Orden P¨²blico, que funcion¨® hasta el ¨²ltimo a?o de la dictadura y que era pura licencia para la tortura, asesinato, desaparici¨®n o expulsi¨®n de los miembros de la resistencia democr¨¢tica antifranquista, como bien documentan Nicol¨¢s Sartorius y Javier Alfaya en su excelente libro La memoria insumisa, sobre la dictadura de Franco, del que he extra¨ªdo estos datos.
Otro ejemplo. El se?or Javier Tusell contribu¨ªa en otro art¨ªculo en La Vanguardia (6 de marzo) a esta redefinici¨®n de nuestra historia; en ¨¦l alababa la figura hist¨®rica de Camb¨®, uno de los grandes defensores del golpe militar de 1936, present¨¢ndolo "como un ejemplo para quienes nos declaramos centristas... un ejemplo pol¨ªtico, intelectual y moral... admirando su intento de comprender al adversario". El se?or Camb¨®, lejos de ser un ejemplo de pol¨ªtico centrista, fue uno de los empresarios y pol¨ªticos catalanes que apoyaron con mayor intensidad al r¨¦gimen franquista, un r¨¦gimen que cometi¨® un genocidio cultural contra Catalu?a y que no se caracteriz¨® por su respeto a sus adversarios, a los que asesin¨®. Supongo que para el se?or Tusell el golpe militar y el r¨¦gimen que le sigui¨® fue un mero accidente at¨ªpico de la vida de Espa?a y del se?or Camb¨®, un mero pie de p¨¢gina en la biograf¨ªa de un se?or que nunca denunci¨® p¨²blica y abiertamente el franquismo ni pidi¨® perd¨®n al pueblo espa?ol y al catal¨¢n por su apoyo a tal golpe y r¨¦gimen. Su tard¨ªo distanciamiento de aquel r¨¦gimen se produjo a trav¨¦s de notas epistolares, aconsejando el reagrupamiento de la derecha catalana y espa?ola en el periodo posfranquista (Borja de Riquer, L'¨²ltim Camb¨®).
Y todav¨ªa otro ejemplo. Una semana m¨¢s tarde, se estrena en Barcelona la obra Daaal¨ª, en la que el pintor de Portlligat se presenta como un gran rebelde, ejemplo para nuestra juventud. En la obra, representativa de la confusi¨®n que caracteriza a ciertos sectores radicales del pa¨ªs, se ridiculiza la resistencia democr¨¢tica antifranquista, as¨ª como a los artistas e intelectuales que la apoyaron, criticando a estos ¨²ltimos por su oportunismo y conformismo, y contrastando tales actitudes con la supuesta rebeld¨ªa y el anticonformismo del se?or Dal¨ª. En la obra tambi¨¦n se ridiculiza a Hitler y Mussolini, sin que nunca aparezca en la obra nuestro propio dictador, Franco, al cual Dal¨ª sirvi¨® con una enorme docilidad, conformismo y servilismo, siendo uno de sus m¨¢s ardientes defensores en la comunidad art¨ªstica internacional. Dal¨ª, lejos de ser apol¨ªtico (tal como la obra err¨®neamente describe), fue profundamente pol¨ªtico y apoy¨® aquel r¨¦gimen y la enorme represi¨®n que le caracteriz¨®, defendi¨¦ndolo frente a los ataques de la opini¨®n internacional, tal como bien documenta el libro de Ian Gibson titulado en su versi¨®n original en ingl¨¦s The shameful life of Salvador Dal¨ª (La vida vergonzosa de Dal¨ª) y traducido en su edici¨®n espa?ola con un t¨ªtulo m¨¢s dulcificado, La vida excesiva de Salvador Dal¨ª, a fin de no ofender a sus admiradores en Espa?a.
Podr¨ªa continuar con m¨¢s ejemplos de esta falsificaci¨®n que he ido descubriendo a mi vuelta a Espa?a hace dos a?os despu¨¦s de 35 de exilio, falsificaci¨®n que ocurre diariamente y que nos recuerda a los vencidos de la guerra civil y del franquismo que continuamos vencidos durante el proceso que sigui¨® la transici¨®n.
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