El Madrid sufre m¨¢s de lo previsto ante el Canarias

Como si hacer f¨¢cil lo f¨¢cil fuera complicado; como si aniquilar deportivamente a un rival estuviera prohibido. Fueron extra?os los s¨ªntomas que emiti¨® el Madrid ante un equipo, el Canarias, al que puso contra las cuerdas, al que golpe¨® desde el primer instante (13-4), con sa?a incluso (23-9), como anunciando que tocaba d¨ªa de paseo en el Saporta (37-22 en el descanso). En fin, con ganas de subir la primera victoria a su marcador y a otra cosa. El Madrid hab¨ªa colocado un desierto entre ¨¦l y su hasta entonces peque?o rival, al que sacaba 18 puntos de diferencia (47-29) en el minuto 25, cuando se hizo el caos. Ocurri¨® que Scott y Juanma Rodr¨ªguez se enzarzaron en una pelea de dudoso gusto y all¨ª que se fueron todos, a poner paz o a participar en la reyerta, que de todo hubo.Ese suceso puso el partido patas arriba. Porque el Madrid perdi¨® el sentido. El partido se asom¨® a los bajos fondos y ah¨ª los blancos no supieron manejarse. La adrenalina, los triples de Racca y la calidad de Bernie Hern¨¢ndez empujaron al Canarias, que comenz¨® a remontar. Un parcial de 2-11 hizo asomar la primera mueca de crispaci¨®n al rostro de Scariolo, que hasta ese momento lo hab¨ªa visto todo con la placidez que da un partido en el que a los cinco minutos las ¨²nicas dudas que quedan residen en la magnitud de la diferencia final y en el rendimiento del debutante Betts, que jug¨® 14 minutos, mostr¨® el l¨®gico despiste y, eso s¨ª, consigui¨® cargar de personales a la mayor¨ªa de sus rivales en aquello del rebote, asunto en el que Struelens, que atrap¨® 12, se mostr¨® especialmente inspirado.

Pero todo se desbarat¨® tras cruzarse algo m¨¢s que miradas Scott y Rodr¨ªguez. El Canarias que en la primera parte hab¨ªa ejecutado un desprop¨®sito, con 6 aciertos de 26 tiros de campo, se esmer¨® y lleg¨® a rozar la proeza (60-55) cuando faltaban dos minutos para el final. Pero ah¨ª le cruji¨® la imaginaci¨®n. No le ocurri¨® lo mismo a Djordjevic, que mantuvo la calma y permiti¨® al Madrid certificar un triunfo tan cantado como trabajado.