EEUU mantiene sus reticencias a los experimentos
La terapia gen¨¦tica pasa por su momento m¨¢s controvertido en Estados Unidos. Dos hechos pusieron en entredicho algunas de las t¨¦cnicas empleadas y alertaron sobre el secretismo con el que algunos centros de investigaci¨®n ocultan los resultados negativos. En el Congreso todav¨ªa est¨¢ abierta la comisi¨®n que investiga la seguridad en este tipo de experimentos y el laxo cumplimiento de las normas. Por un lado, las autoridades sanitarias prohibieron a la Universidad de Pensilvania la aplicaci¨®n de tratamientos g¨¦nicos experimentales en sus pacientes al conocerse que en septiembre del a?o pasado un joven de 18 a?os, Jesse Gelsinger, falleci¨® tras hab¨¦rsele inoculado un virus alterado gen¨¦ticamente que deb¨ªa haber corregido sus insuficiencias hep¨¢ticas. El virus era similar al que provoca catarros y gripes, pero hab¨ªa sido modificado para introducir en el organismo nuevos genes.
Poco despu¨¦s, el diario The Washington Post desvel¨® que, hasta la confirmaci¨®n del caso Gelsinger, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, s¨®lo hab¨ªan sido informados de 39 de los 691 experimentos fracasados con terapia g¨¦nica en hospitales y universidades del pa¨ªs, a pesar de que la ley obliga a comunicar todos los incidentes de este tipo.
El oscurantismo se mantiene por razones puramente econ¨®micas: los investigadores temen perder la financiaci¨®n si comunican los fracasos, mientras que las empresas farmac¨¦uticas se niegan a que los m¨¦dicos faciliten informaci¨®n para proteger as¨ª la exclusiva sobre posible patentes.
De hecho, los investigadores de Pensilvania tampoco comunicaron a los responsables de la sanidad que el mismo tratamiento gen¨¦tico aplicado a Gelsinger hab¨ªa provocado la muerte de dos monos en ensayos anteriores. Hace un mes, la universidad anunci¨® la contrataci¨®n de los servicios de una empresa privada de seguimiento cient¨ªfico dedicada a la supervisi¨®n de experimentos. Intenta con ello recuperar la confianza perdida.
Otro hospital, vinculado a la Universidad de Harvard, suspendi¨® sigilosamente un experimento hace algunos meses porque murieron tres de los pacientes, hecho del que s¨®lo informaron a las autoridades sanitarias despu¨¦s de la publicaci¨®n del reportaje en el peri¨®dico The Washington Post.
Al menos 5.000 enfermos han participado en los ¨²ltimos a?os en los 350 experimentos cl¨ªnicos desarrollados en Estados Unidos con terapia g¨¦nica, que sigue siendo uno de los campos m¨¢s prometedores y revolucionarios de la medicina.
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