Un libro para el ladr¨®n de atardeceres
No sab¨ªa nada. Su viejo amigo, el poeta y ex diputado socialista Rafael Ballesteros, tuvo que atraerlo con un peque?o ardid al lugar de la sorpresa. Sab¨ªa que al amigo, cada vez m¨¢s reacio a la vida social, ten¨ªa que atraparlo por las razones de la amistad.-Joder, Rafael, tienes que venir, que recito poemas y te dedico algunos. Tu hermano pasar¨¢ por tu casa a recogerte.
Le tuvo que contar la verdad a medias. Que la Asociaci¨®n de Libreros de M¨¢laga, a iniciativa de su vicepresidente Juan Manuel Cruz, hab¨ªa organizado una cosa con motivo del D¨ªa del Libro con el apoyo del Ateneo de M¨¢laga y la Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs. Y Ballesteros abr¨ªa un ciclo de lecturas po¨¦ticas.
-Recito, nos tomamos una copa y acabamos pronto.
Eran las ocho y veinte de la tarde de ayer cuando Rafael P¨¦rez Estrada, abogado malague?o de 65 a?os, Hijo Predilecto de M¨¢laga a partir del pr¨®ximo 5 de mayo, poeta y dibujante ¨²nico, dos veces finalista del Premio Nacional de Poes¨ªa, el mejor cultivador de la greguer¨ªa moderna en castellano, mecenas vocacional de varias generaciones de poetas, entraba en el patio de la Econ¨®mica mientras en la plaza una tuna fugaz y c¨ªclica lanzaba clavelitos.
All¨ª le esperaba el regalo so?ado para un ladr¨®n de atardeceres, la verdadera ocupaci¨®n de este prestidigitador de la imaginaci¨®n y la palabra que vive frente al mar, palabra, que como ¨¦l mismo escribi¨® un d¨ªa, nadie "puede decir impunemente". Le esperaba un libro ¨²nico de textos y dibujos manuscritos de amigos de toda Espa?a.
Entre los autores del borgiano libro de arena figuran Antonio Soler, Mar¨ªa Victoria Atencia, Garriga Vela, Ana Mar¨ªa Moix, Juan Cobos Wilkins, Juan Carlos Mestre, Cilleruelo, Taj¨¢n, Ballesteros, D¨ªaz Pardo, Aurora Luque, Mesa Tor¨¦, Juanma Villalba, Enrique Brinkmann o el pintor Paco Aguilar. Hasta 50 elogios o deudas hacia el que tantos llaman amigo o maestro. Lo escribe F¨¦lix Bay¨®n en su ofrenda caligr¨¢fica: una plana donde pone con letra infantil decenas de veces Rafael es mi maestro.
El acto fue pura amistad entre cien personas. "Como todo escritor que ha ido por delante de su generaci¨®n, Rafael ha sido para los j¨®venes lectores y practicantes de poes¨ªa un punto de referencia; y ahora es cuando su f¨®rmula empieza a reconocerse absolutamente moderna y subversiva, por encima de la brillantez de sus hallazgos que todo el mundo ha admitido siempre", reconoc¨ªa ayer uno de los amigos m¨¢s cercanos al escritor, el arquitecto Jos¨¦ Ignacio D¨ªaz Pardo.
Hubo l¨¢grimas y risas. Entre ronde?as y tarantas del tocaor Gabriel Cabrera y r¨¢fagas de tuna leyeron sus textos emotivos Guillermo Busutil, Jes¨²s Aguado; Antonio Soler, ahora en Estados Unidos, con la voz de Ballesteros; Juvenal Soto y Pablo Garc¨ªa Baena.
En representaci¨®n de los libreros, Mari Carmen Zajar¨ª entreg¨® al fin el preciado libro a un P¨¦rez Estrada que hab¨ªa pasado de la sorpresa a la emoci¨®n, sorteando sonrisas y l¨¢grimas como un maestro de esgrima. Pero entonces, el poeta, que pidi¨® "estricta intimidad" para leer el libro, rescat¨® al histri¨®n que hace desternillarse de risa a la concurrencia. Y con su voz grave de letrado tom¨® el patio e hizo re¨ªr y aplaudir al respetable.
"No quiero que me pase como a Rajoy hoy, que al leer su discurso no entend¨ªa su propia letra", dijo entre agradecimientos el autor de El muchacho amarillo. Y cuando tras varias an¨¦cdotas se lanz¨® la invitaci¨®n a culminar la noche de copas en el Ateneo, el ladr¨®n de atardeceres, enton¨® el grito de guerra: "vamos, y a ver si le reventamos a la tuna su concierto". Llevaba un libro de amor bajo su brazo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.