Una batalla campal entre presos de la c¨¢rcel de Bogot¨¢ se salda con 25 muertos
En la madrugada del jueves, el cuerpo de un secuestrador recluido en la c¨¢rcel Modelo de Bogot¨¢ fue encontrado descuartizado en las tuber¨ªas de aguas fecales del patio n¨²mero 4 del penal. A la una de la tarde, cuando se realizaba el levantamiento del cad¨¢ver, fue asesinado otro interno recluido por ser paramilitar. De inmediato se desencaden¨® una batalla campal entre los presos que s¨®lo termin¨® en la madrugada de ayer y dej¨® un saldo de 25 muertos y l6 heridos, cuatro de ellos graves. Hace dos meses, todos los presos hab¨ªan firmado entre ellos un acuerdo de paz.
En el enfrentamiento se utilizaron rev¨®lveres, subfusiles, granadas y pu?ales. Los reclusos del patio n¨²mero 5, donde est¨¢n recluidos los paramilitares, burlaron las medidas de seguridad y, para vengar la muerte de su compa?ero, tomaron por la fuerza el patio n¨²mero 4, donde est¨¢n los delincuentes comunes. Inmediatamente ajusticiaron a varios detenidos con tiros en la nuca y a otros los atacaron con pu?ales.S¨®lo a las cuatro de la madrugada (hora local) se lograron aplacar los ¨¢nimos; los paras entregaron a 42 rehenes que manten¨ªan en su poder. "Los que quedaron despu¨¦s de matar a los 25; ellos iban a correr la misma suerte", inform¨® Fabio Campos, director del Instituto Nacional Penitenciario, uno de los mediadores . "Los recuperamos y, en furgonetas, los trasladamos a otros penales", agreg¨®.
Fernando Castro Caycedo, defensor del pueblo, otro de los mediadores, asegur¨® que lo ocurrido es prueba clara de que en el penal no existe control por parte del Estado. Asegur¨® que desde hace m¨¢s de tres a?os la Defensor¨ªa esta pidiendo al Gobierno, "por favor", el dise?o de una pol¨ªtica carcelaria.
"En medio del hacinamiento, cualquier problema puede terminar en sangrientos enfrentamientos como los de ayer", reconoci¨® a una emisora de radio Robinson, un guerrillero de 29 a?os condenado a 60 a?os de prisi¨®n. Robinson llam¨® desde el interior de la c¨¢rcel con su tel¨¦fono m¨®vil a una emisora -"los tel¨¦fonos nos los traen los pajaritos porque los necesitamos; porque aqu¨ª no hay tel¨¦fonos p¨²blicos"- para explicar lo ocurrido. Narr¨® de manera descarnada la vida diaria en el penal: "Aqu¨ª vivimos 5.000 hombres y s¨®lo hay trabajo para 300. Por la ma?ana, despu¨¦s del ba?o, fuman marihuana, y por la tarde, bazuco-cigarro -hecho de residuos de coca¨ªna-, y se dedican a planear atracos para cuando salgan de aqu¨ª".
El hecho de ayer no es aislado. En los ¨²ltimos a?os se han registrado m¨¢s de 5.000 amotinamientos en las c¨¢rceles del pa¨ªs. Es una realidad que estos centros de reclusi¨®n son verdaderas bombas de relojer¨ªa. Ayer, como ocurre en estos casos, unos y otros se inculparon, y unos y otros se hicieron las mismas preguntas: "?De d¨®nde salen las armas y los tel¨¦fonos celulares ? ?D¨®nde esta la autoridad?".
Para el ministro de Justicia, la culpa es de los vigilantes penitenciarios y de la corrupci¨®n; para ¨¦stos, la culpa es del Estado, que no ha puesto remedio a los males del sistema penitenciario. Juan Grimaldo, presidente del sindicato de guardianes, reconoci¨®, sin embargo, que, "l¨®gicamente", existe, en algunos casos, complicidad de los guardianes en la entrada de armas en las c¨¢rceles. Sin embargo, a?adi¨® que la mayor parte de este tr¨¢fico ilegal -armas de todo tipo- se da con apoyo de los familiares.
Lo cierto es que los innumerables diagn¨®sticos sobre el panorama carcelario del pa¨ªs han se?alado, desde hace a?os, la realidad: el hacinamiento -hay un exceso de 15.000 detenidos-, la falta de autoridad, la violaci¨®n de los derechos humanos, las infamias de un sistema carcelario catalogado como uno de los m¨¢s obsoletos de Am¨¦rica Latina por falta de programas de inserci¨®n social, unas p¨¦simas condiciones f¨ªsicas y humanas y el imperio de la ley del m¨¢s fuerte, donde con dinero y amenazas se compra todo: comodidades, tel¨¦fonos y armas.
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