La violencia refuerza la autoestima de muchos menores, seg¨²n una investigaci¨®n universitaria
La ausencia de autoridad paterna y los videojuegos violentos influyen en esta agresividad
La implicaci¨®n de unos estudiantes de ESO ajenos a los ambientes marginales y delictivos en la espiral de veh¨ªculos incendiados en Valencia, que tanta alarma social ha generado, ha abierto un debate sobre las causas de esta violencia juvenil que desborda a numerosos padres y profesores. Una investigaci¨®n cient¨ªfica que acaba de finalizar la Universidad de Valencia aporta algo de luz sobre esta situaci¨®n al revelar que muchos adolescentes refuerzan su autoestima a trav¨¦s de la violencia: cuanto mas agresivos son, mejor considerados est¨¢n entre sus compa?eros.
Hasta ahora, todos los estudios efectuados conclu¨ªan que los menores que protagonizaban conductas violentas y antisociales actuaban as¨ª por el sentimiento de inferioridad que les corro¨ªa por su fracaso escolar y el futuro poco alentador que ten¨ªan ante ellos. La autoestima quedaba reservada para los que iban bien en los estudios.Pero la tesis doctoral Habilidades sociales y autoestima, elaborada por Teresa Molina y dirigida por la catedr¨¢tica de Antropolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Universidad de Valencia, Petra Mar¨ªa Alonso-Geta, ha revelado un vuelco total: muchos ni?os conflictivos tienen una autoestima muy alta, pero no por sus valores positivos, sino porque son los cabecillas de la acci¨®n violenta y antisocial, "los m¨¢s duros, los que m¨¢s pegan, los que m¨¢s nervioso ponen al profesor, los que m¨¢s coches queman...".
En cambio, este estudio del Instituto de Creatividad e Innovaciones Educativas de la Universidad ha probado que algunos adolescentes disimulan que tienen un buen rendimiento acad¨¦mico porque est¨¢ "mal considerado" y se vuelven violentos para ser aceptados por sus compa?eros y reforzar su autoestima al sentirse tan duro como el que m¨¢s.
En este nuevo fen¨®meno ha influido mucho, seg¨²n la catedr¨¢tica, la escolarizaci¨®n obligatoria de ni?os de 14 a 16 a?os marcada por la Logse. "Al estar en las aulas obligados los ni?os conflictivos que antes no segu¨ªan estudiando, como no les interesan las clases se divierten haciendo gamberradas que aumentan su autoestima", se?ala P¨¦rez.
Desbordados
Un estudio efectuado por la Delegaci¨®n del Gobierno sit¨²a en el 12% el porcentaje de escolares valencianos que reconocen haberse visto envueltos en la violencia escolar. Los t¨¦cnicos de menores de la Generalitat est¨¢n recibiendo un aluvi¨®n de peticiones de profesores desbordados por esta agresividad que solicitan que les impartan cursillos sobre conductas problem¨¢ticas y disciplina. El Tel¨¦fono del Menor de la Generalitat recibe numerosas llamadas de padres angustiados: "?Qu¨¦ hago con mi hijo? ?Nos trata como a criados, hace lo que le da la gana, se va y aparece cuando quiere,y eso que nunca le hemos negado nada".
Precisamente esa excesiva permisividad es uno de los g¨¦rmenes del problema, en opini¨®n del director del Centro Reina Sof¨ªa para el Estudio de la Violencia, Jos¨¦ Sanmart¨ªn. "Los padres tendemos a decir que s¨ª a todos los caprichos por miedo a frustrarles y hemos contribuido a crear una generaci¨®n acostumbrada a que se satisfazcan sus deseos de forma inmediata", apunta Sanmart¨ªn, que aconseja a los padres un termino medio entre el autoritarismo y la libertad absoluta". "Son ni?os que no est¨¢n acostumbrados a superar la frustraci¨®n porque en su casa hay mucho consumo y pocas normas", tercia Petra Mar¨ªa P¨¦rez.
Otro de los factores que influyen en la agresividad infantil es "la cultura de la violencia que lo impregna todo", seg¨²n el coordinador de la Fiscal¨ªa de Menores de Valencia, Manuel Dolz: "La violencia es un ingrediente que no falta en la mayor¨ªa de pel¨ªculas y videojuegos, y lleva a algunos menores, que son m¨¢s proclives porque han sufrido en sus familias conductas agresivas, a experimentar con esta violencia". P¨¦rez asiente: "A trav¨¦s de los videojuegos dejan de conmoverse con el dolor ajeno" y les parece normal que se recurra a la violencia para resolver una situaci¨®n".
Vicente Garrido, profesor titular de la Facultad de Filosof¨ªa y Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de Valencia, critica que cada vez "hay m¨¢s gente preocupada por vivir bien que por educar bien" y que la sociedad se ha desvinculado de la atenci¨®n que merecen estos menores: ya no tienen tanto contacto con familiares que les ense?an a respetar las normas y los valores ¨¦ticos, a desarrollar el cari?o y la empat¨ªa por el otro. "Esta funci¨®n se ha dejado en manos de las estructuras legales, como la escuela o las instituciones, demasiado fr¨ªas y distantes del menor", lamenta y advierte que estos ni?os llegan a la edad adulta "sin compromisos sociales, educados de forma superficial". Garrido advierte que algunos de estos menores, que por su personalidad requieren m¨¢s dedicaci¨®n, acaban implic¨¢ndose, sin pertenecer a la cultura de la marginaci¨®n, en actos violentos de los que no se arrepienten, para "sorpresa de sus padres".
"La agresividad crece en la escuela"
"Hay m¨¢s violencia y agresividad en un colegio o un instituto que en un centro de menores internados judicialmente por cometer robos continuados", aseguran los t¨¦cnicos de menores de la Generalitat. De hecho, la quietud del centro de recepci¨®n de menores de Burjassot contrasta con el bullicio habitual en numerosos centros escolares. "Aqu¨ª s¨®lo chillan los patos", bromean los t¨¦cnicos.Estos profesionales aseguran que el incremento de la violencia juvenil s¨®lo se ha notado en los centros escolares, porque las cifras de internamientos judiciales de adolescentes que han infringido la ley no es superior a la de los ¨²ltimos a?os. "Aqu¨ª nos llegan los chicos desatendidos de ambientes marginales, que roban de forma reiterada... esa clase de violencia no ha aumentado, pero se ha incrementado la que cometen chicos aparentemente normales y con las necesidades cubiertas".
En esta tipolog¨ªa se incluyen a los adolescentes implicados en la quema de veh¨ªculos. Al reducirse el control familiar y escolar sobre ellos durante las vacaciones y ver la posibilidad de quedar impunes al estar las calles des¨¦rticas se animaron a cometer estos actos, en opini¨®n de los t¨¦cnicos. . El profesor Sanmart¨ªn se?ala que las bebidas alcoh¨®licas "desinhibidoras" y drogas de s¨ªntesis influyen en este nuevo modelo de violencia juvenil.
El titular del Juzgado de Menores n¨²mero 1 de Valencia, Jos¨¦ Antonio Mora, advierte que estas pandillas muy estructuradas y un l¨ªder pueden ser el embri¨®n de futuras bandas delictivas juveniles muy violentas, como las que proliferaban en Espa?a en los setenta y ochenta. En Burjassot a¨²n recuerdan a una banda que en aquel tiempo intent¨® asaltar el centro y liberar a sus colegas a punta de motosierra. En cambio, el coordinador de la Fiscal¨ªa de Menores de Valencia, Manuel Dolz, no cree, "con los datos disponibles", que se repita el fen¨®meno de las bandas juveniles.
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