El bot¨ªn perdido de la familia
Uno y trino, Rafael Le¨®nidas Trujillo no tuvo problemas de intereses porque era due?o del capital, del Gobierno y de las armas. Cientos de miles de hect¨¢reas en las mejores fincas, viviendas urbanas de estilo decadente, palacetes y casas de amor¨ªos, la Casa de Caoba, todo usurpado, o resultado del abuso del poder, fueron incautados.Juan Bosch, en su ensayo Patriotas conquistan el poder, dice que los militares enviados a cuidar las propiedades de los Trujillo y de los trujillistas que hab¨ªan huido entraban a saquearlas y despu¨¦s llamaban al pueblo para que terminara el saqueo.
La ¨²ltima residencia oficial del dictador, la Estancia Radham¨¦s, fue demolida por el ex presidente Joaqu¨ªn Balaguer para construir en su espacio la Biblioteca Nacional, en la plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte.
El tirano, adicto al talco, los afeites y la lavanda, los ten¨ªa a su disposici¨®n en los vestidores de sus numerosas residencias, habitadas algunas actualmente por varias familias hacinadas. La Mansi¨®n, en San Jos¨¦ de las Matas, contaba con 300 habitaciones. El 4 de enero de 1962, el Consejo de Estado de la Rep¨²blica Dominicana confisc¨® y declar¨® bienes nacionales todas las propiedades, acciones y obligaciones que pertenec¨ªan a Rafael Le¨®nidas Trujillo Molina, a sus hijos, madres y otros familiares. No obstante, la casi totalidad de socios y testaferros eludieron la ley.
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