Por los valores sociales en la nueva econom¨ªa.
La participaci¨®n del sindicalismo espa?ol en el Primero de Mayo expresa m¨²ltiples demandas y propuestas.El sonoro fracaso de la reuni¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio en Seattle debiera haber actuado como un revulsivo frente a una globalizaci¨®n en beneficio de los m¨¢s poderosos. Sin embargo, tras la apariencia de un desconcierto inicial, los Gobiernos y las organizaciones internacionales (se?aladamente, el Fondo Monetario Internacional) se muestran decididos a continuar adelante con su idea de liberalizar el comercio internacional sin reglas sociales y medioambientales obligatorias.
Frente a esta idea, los sindicatos creemos que el comercio internacional debe estar regido por normas orientadas a elevar el nivel de vida de los trabajadores y a eliminar las grandes diferencias que actualmente existen entre las zonas ricas y las menos desarrolladas del planeta. La eliminaci¨®n de los para¨ªsos fiscales, la imposici¨®n de controles y grav¨¢menes sobre los flujos de capital especulativo y un aumento sustancial de los fondos destinados a la cooperaci¨®n internacional son imprescindibles para que el desmantelamiento arancelario no conduzca, como ahora ocurre, a fomentar la especulaci¨®n financiera y la inestabilidad de los mercados.
Es particularmente importante que se anude la pertenencia a la OMC y el disfrute de los sistemas de preferencias generalizadas al cumplimiento estricto de los derechos laborales b¨¢sicos definidos por la OIT. Si algo justifica al Primero de Mayo como D¨ªa Internacional de los Trabajadores es que alcemos nuestra voz para pedir, entre otras cosas, la igualdad de la mujer trabajadora, el cese de la explotaci¨®n infantil y la protecci¨®n legal del derecho de asociaci¨®n sindical.
En nuestro continente, la reciente cumbre de la Uni¨®n Europea en Lisboa ha significado una fuerte apuesta por la "nueva econom¨ªa". Mientras el gran proyecto de integraci¨®n europea dise?ado por Delors parece suscitar ahora menos entusiasmo, las ideas de Tony Blair se imponen. La soluci¨®n a los problemas de la econom¨ªa europea pasa por potenciar el uso de Internet y de los ordenadores sin que tengan la misma prioridad los grandes ideales de otro tiempo: la integraci¨®n y la cohesi¨®n social, la construcci¨®n de un espacio social o la consolidaci¨®n del Estado del bienestar. Tal vez no sean infundados los temores de que la "tercera v¨ªa" conduzca a menos protecci¨®n social, m¨¢s desregulaci¨®n del mercado de trabajo, m¨¢s fusiones, m¨¢s privatizaciones y menos solidaridad internacional.
Apoyamos el esfuerzo europeo por alcanzar niveles ¨®ptimos en el uso de las nuevas tecnolog¨ªas en el marco de una estrategia sostenible para los recursos naturales. Dejando de lado la fiebre desreguladora, debemos ir hacia una sociedad del conocimiento, pero cimentada, con compromisos pol¨ªticos concretos, en la cultura social europea.
Para ello, el di¨¢logo social con la participaci¨®n de la Comisi¨®n, las patronales europeas y la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos necesita un nuevo impulso. Tambi¨¦n el gran dinamismo del mercado interior requiere de acuerdos entre los interlocutores sociales y de normas vinculantes para proteger los derechos de los trabajadores. En estos momentos hay dos directivas importantes cuya tramitaci¨®n est¨¢ paralizada: una, la de informaci¨®n y consulta de los trabajadores, asegura la participaci¨®n de sus representantes en los procesos -fusiones o absorciones, por ejemplo- que inciden destacadamente en el empleo y las condiciones de trabajo.
La otra, referida a la participaci¨®n de los trabajadores en los ¨®rganos de direcci¨®n y control de las sociedades, es una demanda del movimiento sindical desde hace mucho tiempo. Desgraciadamente, el Gobierno espa?ol vet¨® en solitario un proyecto cuya elaboraci¨®n llev¨® a?os de trabajo. El se?or Aznar tiene una oportunidad de oro para demostrar su voluntad de di¨¢logo con el movimiento sindical, rectificando ese injustificado veto que coloca a Espa?a en una posici¨®n muy desairada en los foros sociales de la UE.
Efectivamente, tras el contundente resultado del 12-M ha habido positivas expresiones del presidente en favor del di¨¢logo social, cuya concreci¨®n puede redundar en acuerdos positivos para los trabajadores y en la creaci¨®n de un clima social favorable para el crecimiento y el empleo. Todo ello sin olvidar que el programa econ¨®mico del Gobierno se sustenta en ejes que a estas alturas conocemos bien, como son la regresividad fiscal y la rebaja de impuestos que socavan la capacidad recaudadora del Estado, la reducci¨®n al m¨ªnimo del sector p¨²blico y el escaso inter¨¦s por la potenciaci¨®n de la educaci¨®n p¨²blica. Adem¨¢s, las propuestas de reformas del mercado de trabajo, todav¨ªa no desveladas, necesitan una concreci¨®n para saber si, efectivamente, pueden aumentar la estabilidad del empleo.
Esperamos que el Gobierno haga efectivo el compromiso del presidente con la sociedad de desarrollar el di¨¢logo y la negociaci¨®n, que los sindicatos concebimos como un marco para acercarnos m¨¢s a Europa. Desde la autonom¨ªa de los interlocutores sociales, las dos confederaciones sindicales m¨¢s representativas nos proponemos abordar, en unidad de acci¨®n, una amplia negociaci¨®n con las asociaciones empresariales partiendo de los acuerdos vigentes sobre estabilidad en el empleo y negociaci¨®n colectiva. Tendr¨¢n un lugar destacado en nuestras propuestas las medidas destinadas a reducir la temporalidad y las que permitan avanzar hacia la jornada laboral de 35 horas semanales.
Las dram¨¢ticas cifras de accidentes de trabajo -que afectan sensiblemente a los trabajadores menores de 35 a?os- contin¨²an pesando como una losa sobre la realidad de nuestro mercado de trabajo. Por ello convocamos a los trabajadores bajo el lema Trabajar para vivir, que se traduce en demandas muy concretas: los poderes p¨²blicos deben ser m¨¢s exigentes en el cumplimiento de la ley y los empresarios tienen que poner el m¨¢ximo empe?o en que ¨¦sta se aplique a rajatabla, lo que en muchos casos no ocurre.
Queremos que el Gobierno exhiba firme voluntad pol¨ªtica de consolidar el Estado del bienestar, traducida, entre otras medidas, en una pol¨ªtica adecuada de pensiones -estableciendo un marco legal digno para las jubilaciones anticipadas y prejubilaciones- y una mejora sustancial de la actualmente deficiente cobertura de todos los parados.
Es especialmente importante que se respete el amplio consenso social y pol¨ªtico alcanzado en la ley reguladora de la situaci¨®n de los extranjeros en Espa?a, por lo que demandamos expresamente al Gobierno que renuncie a la voluntad de reformarla regresivamente.
Nuestra presencia en pueblos y ciudades en este d¨ªa tan se?alado expresar¨¢, en definitiva, que los trabajadores son una parte ineludible de la construcci¨®n europea y que tanto su voluntad de di¨¢logo como su propuesta de medidas sociales responden a una demanda de justicia que debe ser atendida.
C¨¢ndido M¨¦ndez es secretario general de UGT.
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