ETA acusa al PNV y EA de "falsear" la tregua por ligarla a un proceso de paz
ETA sigui¨® ayer dando su particular versi¨®n del proceso que deriv¨® en la tregua de 1998 y lo ocurrido desde entonces. La banda armada reconoce ahora que el verdadero objetivo que persegu¨ªa con su alto el fuego era aclarar la "ambig¨¹edad hist¨®rica" del PNV e iniciar una v¨ªa que pusiera fin al "vascongadismo" y la "estrategia de sumisi¨®n a Espa?a" de este partido. Los etarras critican con dureza a PNV y EA por tratar de "falsear" el sentido de su iniciativa y ligarla a un proceso por la paz. La banda aporta los documentos en que bas¨® la negociaci¨®n mantenida en julio de 1998.
Los documentos difundidos ayer por ETA incluyen el acuerdo b¨¢sico -con los sellos de la organizaci¨®n terrorista, del PNV y EA- que ya se conoc¨ªa (EL PA?S lo public¨® el pasado 1 de octubre), pues fue incautado en Francia a un dirigente etarra detenido. Pero agregan otros dos textos hasta ahora in¨¦ditos: las propuestas para el desarrollo de ese acuerdo que hicieron al reverso de aquel papel los dos partidos que sostienen al Gobierno vasco y una supuesta interpretaci¨®n del mismo atribuida a la direcci¨®n del PNV (ver la p¨¢gina siguiente).ETA no ahorra cr¨ªticas a los nacionalistas moderados en la segunda entrega de la transcripci¨®n de sus documentos internos que ayer publicaba el diario abertzale Gara. Les acusa de "falsear" el sentido real que tuvo su declaraci¨®n de tregua indefinida de septiembre de 1998 al tratar de "vender" que la banda iba a renunciar a la violencia. La direcci¨®n etarra aclara que su decisi¨®n de adoptar un alto el fuego constitu¨ªa, efectivamente, una trampa para la "estrategia de sumisi¨®n a Espa?a" que practicaban, en su opini¨®n, las dos formaciones nacionalistas. Y reconoce sin tapujos que el verdadero objetivo que persegu¨ªa con su alto el fuego era resolver "la ambig¨¹edad hist¨®rica del PNV" (se sobreentiende que entre independentismo y pertenencia a Espa?a), evitar debates sobre posibles terceras v¨ªas, e iniciar una nueva etapa que pusiera fin al "vascongadismo" de esos partidos.
ETA atribuye las interpretaciones "err¨®neas y malintencionadas" que PNV y EA proyectaron del sentido de la tregua a la presi¨®n de los "poderes espa?oles" y a la necesidad de contrarrestar la pujanza de la izquierda abertzale. Al poner en evidencia a ambos partidos, desvelando los detalles de una negociaci¨®n cuya ¨²nica garant¨ªa era el secreto, la banda parece dar por totalmente superada esta negociaci¨®n. Los etarras explican que, en julio de 1998, al inicio de los contactos, cada parte se comprometi¨® a "dar pasos decisivos en la construcci¨®n nacional". ETA propuso a PNV y EA un acuerdo cuya aceptaci¨®n significar¨ªa una tregua que se presentar¨ªa como "indefinido e incondicional", pero tendr¨ªa un plazo de "observaci¨®n" de cuatro meses.
En un af¨¢n divulgativo inusual, ETA aporta dichos tres textos. Los documentos, prueban la negociaci¨®n, pero las tres partes discrepan sobre si supone un pacto. Mientras la banda asegura que ¨¦ste se produjo al firmar los partidos el primer texto,y esgrimi¨® su incumplimiento como argumento para romper la tregua, PNV y EA niegan el pacto al no haber suscrito la banda terrorista la propuesta para el desarrollo del acuerdo que ambos le remitieron en el reverso del papel.
Dicha propuesta se refer¨ªa a los modos en que deb¨ªa entenderse la "construcci¨®n nacional". PNV y EA consideraban imprescindible un acuerdo sobre la "estrategia, intenciones, pasos, medidas y ritmos". Su texto era vago al descartar pactos con fuerzas estatales, exig¨ªa el "respeto a los derechos humanos individuales", eufemismo para referirse al cese de los asesinatos, y planteaba la necesidad de mantener el "secreto" del acuerdo.
ETA revela que el PNV le remiti¨®, adem¨¢s, lo que la banda califica como la propia lectura que hizo este partido del acuerdo tripartito, al margen de la conjunta con EA. En ella consideraba "imprescindible" que la "construcci¨®n nacional" se pactase con HB, y propon¨ªa como objetivo "formar mayor¨ªas siempre entre los tres partidos [nacionalistas] y, si no, dar cabida a un cuarto o m¨¢s", para evitar que el control de las instituciones vascas "caiga en manos no abertzales".
ETA interpret¨® que las precisiones del PNV y EA s¨®lo buscaban "ganar tiempo" y consider¨® que su propuesta dejaba a ambos partidos con "dif¨ªcil respuesta": su no aceptaci¨®n supon¨ªa rechazar una tregua y, aceptarla,entre?aba "un profundo cambio en la pol¨ªtica llevada hasta entonces". ETA, por tanto, dio por hecho que exist¨ªa el pacto.
"?Por supuesto que era una trampa!"
Uno de los aspectos que m¨¢s llama la atenci¨®n de la nueva entrega de las actas de ETA es su cr¨ªtica a las "lecturas err¨®neas" que, asegura, se hicieron desde "todos los ¨¢mbitos" del sentido de la tregua, de la que no se libran ni siquiera los "sabiondos de la izquierda abertzale". Significativamente, la banda reconoce que una de las pocas lecturas correctas la hizo uno de sus mayores enemigos, el entonces y ahora ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja.El ministro consider¨® desde el primer momento y as¨ª lo manifest¨® p¨²blicamente, lo que le vali¨® dur¨ªsimas cr¨ªticas, que el alto el fuego acordado por ETA en septiembre de 1998 era una "tregua-trampa". Ahora, la banda le da la raz¨®n: "?Por supuesto?", dice ETA, seg¨²n recoge Gara. "?Era un instrumento dirigido contra los Gobiernos espa?ol y franc¨¦s!".
La banda armada no duda en calificar su propia actuaci¨®n como una trampa para ambos Estados y, al mismo tiempo, "una trampa para la estrategia de sumisi¨®n a Espa?a que hab¨ªan desarrollado hasta entonces" el PNV y Eusko Alkartasuna.
Los nacionalistas dicen que la firma del pacto con ETA era condicionada
El secretario general de Eusko Alkartasuna (EA), Gorka Kn?rr, y el secretario de Organizaci¨®n de dicho partido, Rafael Larreina, negaron ayer la existencia de un pacto con ETA, porque, seg¨²n dijeron, los miembros de la banda armada no lo firmaron en su totalidad. El pol¨¦mico documento pol¨ªtico consta de un acuerdo b¨¢sico de cuatro puntos en el anverso, al que PNV y EA incluyeron un desarrollo en el reverso. Los portavoces de EA confirmaron que tanto ellos como el PNV rubricaron las dos caras del documento, pero indicaron que era una firma condicionada a que ETA estampara su propia firma en la parte de atr¨¢s del papel elaborado por los socios del Gobierno vasco.
"ETA no lo devolvi¨® con su firma, y nosotros le comunicamos que sin su segunda firma consider¨¢bamos que no exist¨ªa ning¨²n acuerdo", declar¨® Rafael Larreina en Vitoria.
Los portavoces de EA explicaron que el proceso no fue sencillo porque no se sentaron a una mesa con ETA para firmar los papeles, sino que se hizo a trav¨¦s de correos que los llevaban y tra¨ªan. "ETA nos mand¨® un papel con su firma en el texto de cuatro puntos de la primera cara, y nosotros redactamos el desarrollo de ese acuerdo en el anverso. Firmamos en el reverso y el anverso y mandamos el documento para que ETA estampara su firma ¨²ltima en esa segunda cara. ETA nunca devolvi¨® el papel, el hecho es que s¨®lo ellos tienen el original, nosotros s¨®lo fotocopias", concluy¨® Larreina.
Reconocimiento
Frente al reconocimiento de EA de que firm¨® el papel de ETA, pero con una firma condicionada a que la organizaci¨®n terrorista aceptara el desarrollo que propon¨ªan en la segunda cara, el PNV todav¨ªa no lo ha hecho.
El presidente de los peneuvistas, Xabier Arzalluz, ya habl¨® del pol¨¦mico documento que ayer fue difundido por ETA, pero no ha reconocido que estampara su firma en las dos caras. "No hubo un acuerdo previo con ETA, no ha habido un pacto", dijo hace semanas. Acus¨® adem¨¢s a la banda terrorista de ense?ar el anverso del papel, pero no el reverso en el cual se especificaban las condiciones del PNV y EA.
El portavoz del PNV, Joseba Egibar, insisti¨® ayer en la misma tesis. "Digan lo que digan unos y otros, el hecho es que ETA vuelve a matar", dijo. "Y ahora se justifican" agreg¨®, "dando a conocer documentos que ya eran conocidos, y los ordena de una determinada manera para dar la impresi¨®n de que somos nosotros los que hemos llevado el proceso a un punto dificil".
Los portavoces de EA desmintieron que su firma signifique que aceptan parte del docuemnto. "No son dos acuerdos", explic¨® Kn?rr; "es todo uno". Para EA, el hecho de que el texto conocido coincida con el desarrollo de los hechos en los ¨²ltimos dos a?os "no significa nada".
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