Trivialidades, legitimidad y ¨¦tica

Siempre cometo el mismo error : suponer que mi capacidad de asombro es cada vez m¨¢s limitada . Error que han venido a confirmar algunos hechos acaecidos en el mes de abril. Vayamos por partes y hablemos, en primer lugar, de trivialidades . Yo le rogar¨ªa encarecidamente a Eduardo Zaplana que nos aclarara a aquellos que no tenemos su fino instinto pol¨ªtico qu¨¦ es lo que el considera importante , "cuesti¨®n menor" o trivialidad. Y digo ello porque, en el rocambolesco asunto del consejero Cervera, tan pronto quitaba hierro a la cosa defini¨¦ndola como "cuesti¨®n menor" como reconoc¨ªa que "la esceneograf¨ªa del caso Cervera puede no ser la mejor de todas" o filtraba a la prensa que se hab¨ªa sincerado con sus colaboradores manifest¨¢ndoles su malestar porque el susodicho consejero no le hab¨ªa presentado voluntariamente la dimisi¨®n, facilit¨¢ndole las cosas. Bonito l¨ªo de dimes, diretes, afirmaciones y contraafirmaciones. Cierto que su imp¨¢vido perfil le es de gran ayuda para, con toda naturalidad, desdecirse, cambiar de opini¨®n o hacer cualquier otro giro, permitido o no por el c¨®digo de circulaci¨®n, pero los ciudadanos estamos sinceramente confusos.Confusos aunque acostumbrados porque me viene a la memoria la encendida defensa que hiz¨® el Sr. Ripoll de su esposa cuando se dud¨® sobre la transparencia de su situaci¨®n laboral en la Universidad de Alicante y nos sali¨® con aquello de que el amaba mucho a su esposa y si no fuera por ella, ¨¦l no habr¨ªa llegado tan lejos. Magn¨ªfica argumentaci¨®n. Casi tan buena como la del alto mando militar quien hace pocas fechas nos intentaba convencer que el haber bajado el coeficiente intelectual exigido para formar parte del ej¨¦rcito profesional no tenia relevancia . Al final, ?qu¨¦ es lo trivial y qu¨¦ lo importante? La relatividad de Einstein era otra cosa.

Hablemos de legitimidad. Quien gana manda. No s¨®lo est¨¢ legitimado democr¨¢ticamente para hacerlo sino que la dejaci¨®n de poder es mala y perversa costumbre. Pero una cosa es la legitimidad y otra cosa es la bondad de las medidas que uno toma. El ganar unas elecciones no garantiza el acierto y por ello es bueno saber o¨ªr, dialogar e incluso, si es posible, consensuar las pol¨ªticas. El margen de error es menor y se demuestra una apreciable sensibilidad democr¨¢tica . Justo lo contrario de lo que practica la Sra. Barber¨¢ cuando espeta que "para cambiar el plan del Cabanyal hay que ganar antes unas elecciones democr¨¢ticas". Est¨¦ yo de acuerdo en el 100% , el 80% o el 50% con posturas defendidas por la plataforma de Salvem el Cabanyal, no son maneras se?ora alcaldesa, no son maneras.

Por ¨²ltimo, y hablando de ¨¦tica el asuntillo del solar del barrio del Carmen clama al cielo, se mire por donde se mire, y aducir como causa atenuante la "ingenuidad" me parece hilarante. No he consultado en el diccionario los t¨¦rminos de prevaricaci¨®n, cohecho, incompatibilidad etc.., pero, por puro y simple sentido com¨²n, el tema es impresentable. Un responsable p¨²blico no puede hacer negocios en la ciudad porque no se puede ser juez y parte. El sentido de la decencia pol¨ªtica - responsabilidades legales y pol¨ªticas al margen- se est¨¢ perdiendo a tasas exponenciales. Lo dicho, no digas nunca jam¨¢s o, en mi caso, no presumas nunca de estar curado de espanto.

Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universidsad de Valencia