Hacia la reclasificaci¨®n de los organismos vivos Algunos cient¨ªficos, apoy¨¢ndose en la evoluci¨®n, quieren abandonar el sistema tradicional de las especies de Linneo
En la taxonom¨ªa tradicional, establecida por el bot¨¢nico sueco Linneo hace 250 a?os y seguida por todos los taxonomistas desde entonces, una especie se define con referencia a un ¨²nico esp¨¦cimen tipo depositado en un museo. Pero F.Pleijel, del Mus¨¦um National d'Histoire Naturelle de Par¨ªs, y G.W.Rouse, de la Universidad de Sidney (Australia), cuestionan abiertamente esta tradici¨®n.En la revista Proceedings of the Royal Society of London (22 de marzo), Pleijel y Rouse declaran: "Hacer que los taxonomistas decidan que unos cuantos espec¨ªmenes muertos representan a una especie es una extrapolaci¨®n absurda que no tiene sitio en la ciencia". Seg¨²n ellos, los taxonomistas se ven "obligados por los c¨®digos de nomenclatura existentes a describir organismos como especies, cuando en general no tienen idea de lo que pasa en la naturaleza". En el tranquilo mundo cient¨ªfico de los museos, esto es una declaraci¨®n de guerra.
Pleijel y Rouse pertenecen a un grupo peque?o, pero creciente, de cient¨ªficos que creen necesario modernizar la taxonom¨ªa; pretenden resolver una contradicci¨®n que afecta al coraz¨®n de la biolog¨ªa moderna y que pocos parecen dispuestos a afrontar.
El problema es que la taxonom¨ªa de Linneo se cre¨® m¨¢s de un siglo antes de que las ideas de Darwin demostrasen que las especies son entidades fluidas que pueden cambiar a lo largo del tiempo. La mayor¨ªa se sus colegas pueden considerar a Pleijel y Rouse terroristas taxon¨®micos, pero su objetivo es crear un sistema de nomenclatura que refleje los conocimientos actuales sobre las relaciones evolutivas, no adaptarse a un c¨®digo establecido 100 a?os antes de la biolog¨ªa evolutiva.
Este ideal, denominado taxonom¨ªa filogen¨¦tica, ha sido promovido principalmente por los bi¨®logos estadounidenses Kevin de Queiroz (Smithsonian Institution de Washington) y Jacques Gauthier (Universidad de Yale).
M¨¦todo pragm¨¢tico
Pleijel y Rouse abogan por un m¨¦todo pragm¨¢tico. En primer lugar, consideran a las especies como entidades provisionales denominadas unidades taxon¨®micas menos inclusivas (LITU, siglas en ingl¨¦s). La clasificaci¨®n de grupos de organismos como LITU, explican los investigadores, "es una declaraci¨®n del actual estado de conocimiento (o desconocimiento)" sobre una especie. Estas clasificaciones estar¨ªan sujetas a cambios cuando se conociesen mejor las relaciones evolutivas de las LITU; la propia idea de relaciones evolutivas entre especies fluidas y cambiantes habr¨ªa sido anatema para Linneo.
En el caso de los osos, la especie Ursus arctos se dividir¨ªa en varias LITU (a lo mejor en este caso poblaciones geogr¨¢ficas de Ursus arctos), de cada una de las cuales se podr¨ªa deducir que forman un grupo natural. Se detectar¨ªa la ascendencia com¨²n mediante caracter¨ªsticas que los individuos actuales tienen en com¨²n y que no se puedan encontrar en otras poblaciones. Esto es fiel al esp¨ªritu de la idea de Darwin de descendencia com¨²n y hace que la idea de especie tenga m¨¢s sentido desde el punto de vista biol¨®gico.
La taxonom¨ªa filogen¨¦tica es una extrapolaci¨®n l¨®gica de la sistem¨¢tica filogen¨¦tica, o clad¨ªstica, en la cual los cient¨ªficos organizaron el patr¨®n de relaciones evolutivas mediante un sistema de grupos que refleje la verdadera relaci¨®n evolutiva, m¨¢s que por autoridad o convenci¨®n.
La clad¨ªstica cuaj¨® entre los paleont¨®logos que intentaban solucionar los problemas de trabajar con la ascendencia humana en el registro f¨®sil. El problema es el siguiente: un paleont¨®logo encuentra en ?frica el cr¨¢neo de un simio f¨®sil de 10 millones de a?os y se pregunta si el f¨®sil es de un antepasado humano lineal. Podr¨ªa serlo pero nunca podr¨ªa establecerlo con seguridad.
Linaje de antepasados
Por extensi¨®n, no es v¨¢lido extraer una serie de f¨®siles, disponerlos en orden cronol¨®gico, y presentarlos como un linaje de antepasados y descendientes. Nuestros antepasados est¨¢n por ah¨ª, pero nunca se sabr¨ªa qui¨¦nes son. La clad¨ªstica reconoce esto y pone de manifiesto que todas las historias sobre ascendencia y descendencia evolutiva -peces que se arrastran a la orilla para convertirse en anfibios, simios con aspecto cada vez m¨¢s humano- no son m¨¢s que cuentos.
Como los cladistas socavan las apreciadas nociones sobre c¨®mo aparecimos, han sido tachados de iconoclastas, traidores o incluso creacionistas. Nada m¨¢s lejos de la verdad: ellos mantienen una forma pura de darwinismo, en particular las ideas de descendencia com¨²n (en lugar de ascendencia reconocible) y el car¨¢cter aleatorio (no dirigido) de la selecci¨®n natural. La taxonom¨ªa filogen¨¦tica tiene unos objetivos igualmente puros, pero superar 250 a?os de tradici¨®n y renombrar millones de especies es muy arduo.
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