Ejecutado el primer reh¨¦n
?Qu¨¦ mala es la gente! La magia de Gran hermano, ese experimento antropol¨®gico de vanguardia que demuestra lo mucho que ha progresado Espa?a de un tiempo a esta parte, hab¨ªa propiciado el nacimiento del amor entre Mar¨ªa Jos¨¦, una sevillana a la que no le cabe el coraz¨®n en el cuerpo ni el busto en el corpi?o, y Jorge, un chavalote aragon¨¦s m¨¢s bondadoso que Robin Williams en cualquiera de sus pel¨ªculas. Ella no hab¨ªa tenido suerte en sus anteriores relaciones sentimentales. ?l ligaba menos que el presidente del club de fans de monse?or Escriv¨¢ de Balaguer. Se quer¨ªan, agradec¨ªan la oportunidad que les hab¨ªa dado Tele 5 para enderezar sus existencias......Y las votaciones del p¨²blico acaban de poner a la pobre Mar¨ªa Jos¨¦ de patitas en la calle, cortando de ra¨ªz un romance enternecedor. Realmente, qu¨¦ mala entra?a tienen algunos.
Pero no conseguir¨¢n nada. O eso dicen Mar¨ªa Jos¨¦ y Jorge mientras lloran como magdalenas. La una en el plat¨®, consolada por Mercedes Mil¨¢.; el otro en el sof¨¢ de esa casa impregnada del aroma de la persona amada, mientras hunde la cabeza en el almohad¨®n m¨¢s cercano y sus compa?eros le abrazan. "?Me casar¨¦ contigo, cari?o!", grita ¨¦l. "?Ser¨¢s el padre de mi hijo, gordito adorado!", dice ella. Y mientras tanto, sus respectivas madres, que no acaban de entender qu¨¦ extra?a pasi¨®n se ha apoderado de sus reto?os, ponen cara de alivio.
La vida sigue en la casa de la sierra, como demuestra el hecho de que los reclusos m¨¢s pr¨¢cticos se han puesto a hacer la cena. Pero en ella flota la tristeza por la ausencia de la amiga eliminada por un p¨²blico mal¨¦volo. En teor¨ªa, no pueden seguir quit¨¢ndose el muerto de encima y dejando en manos de la audiencia la eliminaci¨®n de otros colegas, pero Mar¨ªa Jos¨¦ nos informa de que la conjura solidaria sigue en pie y que los telespectadores van a seguir teniendo que fomentar la desdicha entre los prisioneros voluntarios de Gran hermano.
Cosa que, por otra parte, no es algo que parezca preocupar a la audiencia. De hecho, a¨²n queda otra pareja por destrozar, la que componen Silvia e Israel, aunque eso llevar¨ªa a un espect¨¢culo muy similar al presenciado anoche. Y ya se sabe que la repetici¨®n y la carencia de sorpresas son veneno para la taquilla.
Sepa de todas maneras el p¨²blico cruel que ha separado a los enamorados de Gran hermano que no se van a librar de Mar¨ªa Jos¨¦ tan f¨¢cilmente. S¨ª, podr¨ªa irse a su casa a ver a esas hijas de las que lleva separada diez d¨ªas, pero es tal el amor que siente por Jorge y por sus otros compa?eros que piensa quedarse en el plat¨® hasta que Tele 5 decida empezar a echar gente de ah¨ª y el p¨²blico vuelva a votar por ella en masa (lo que podr¨ªa suceder, ya que en este pa¨ªs cainita cuando le cogemos man¨ªa a alguien carecemos del menor asomo de piedad).
Como Gran hermano aprieta pero no ahoga, a Mar¨ªa Jos¨¦ se le permiti¨® despedirse de Jorge y de los dem¨¢s reclusos. "?Alquilaremos una casa todos juntos para pasar las vacaciones!", dijo. Y mientras tanto, su madre y la de su futuro marido pon¨ªan cara de que ya veremos, de que la distancia es el olvido y de que las palabras se las lleva el aire acondicionado de Tele 5.
Realmente, Mar¨ªa Jos¨¦ y Jorge no lo tienen f¨¢cil. Sus madres no les entienden. El p¨²blico les detesta. Y cualquier psic¨®logo, aunque est¨¦ a sueldo de los productores del programa, sabe que las amistades surgidas en la c¨¢rcel, en la mili o en el campo de concentraci¨®n dif¨ªcilmente prosiguen en la vida real. Veremos qu¨¦ tal les va en el futuro a Mar¨ªa Jos¨¦ y a Jorge. Y mientras tanto, eso s¨ª, que les quiten lo llorado.
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