Nacionalismo de izquierdas
Cualquier observador de la realidad puede ver que a las evidentes desigualdades sociales, hoy se abre otra desigualdad que se est¨¢ convirtiendo en abismo: la desigualdad entre los territorios.Basta dar una ojeada por el planeta que habitamos para ver como a un lado de la raya divisoria se encuentran los pa¨ªses enriquecidos, donde a pesar de representar tan s¨®lo el 15% de la poblaci¨®n mundial, sin embargo, controlan el 85% de la riqueza; y como al otro lado, el hambre asesina todos los d¨ªas a miles de millones de personas que deambulan por el calvario de la miseria.
En estos momentos de la globalizaci¨®n, donde el mercado ha sido subido a la categor¨ªa de dios omnipotente que lo decide todo, se est¨¢ produciendo un fen¨®meno muy preocupante: el del trasvase de soberan¨ªa de las naciones, de los pueblos, de los Estados, a quienes tienen y controlan la riqueza y el dinero, es decir, FMI, Banco Mundial, Trilateral, grandes multinacionales.
Asistimos a la consolidaci¨®n de la dictadura del dinero, de la dinerocracia, que no s¨®lo manda econ¨®micamente, sino que est¨¢ asumiendo toda la capacidad real de las decisiones pol¨ªticas.
En este contexto y desde esta naci¨®n, Andaluc¨ªa, hace falta que de una vez nuestro pueblo d¨¦ un pu?etazo sobre la mesa y reclame el poder que como pueblo le corresponde, si quiere ejercer como tal y, desde luego, si quiere salir del subdesarrollo y la marginalidad al que le han condenado desde hace muchos a?os.
Los andaluces y andaluzas tenemos que reclamar soberan¨ªa para gobernarnos por nosotros mismos, para defender nuestros derechos tantas veces pisoteados, para planificar nuestra econom¨ªa, establecer nuevas relaciones comerciales o defender una ecolog¨ªa a la que ya se ha condenado a muerte.
Exigir soberan¨ªa debe ser la primera de las exigencias de la izquierda porque ninguno de los graves problemas end¨¦micos que padecemos, como el paro, la emigraci¨®n, la falta de industrias..., tendr¨¢n soluci¨®n si no es desde un poder pol¨ªtico fuerte capaz de decir su palabra en el contexto internacional y, sobre todo, en Bruselas, donde todos los d¨ªas deciden el futuro de Andaluc¨ªa y se decide a nuestras espaldas y contra nuestros leg¨ªtimos intereses.
La construcci¨®n de un poder andaluz real, que ejerza como tal, es pues imprescindible, pero ese poder ha de vertebrarse desde abajo, desde un municipalismo activo que ha de actuar como partera que aglutine a intelectuales, estudiantes, poetas, artistas, jornaleros, alba?iles, pescadores, peque?os industriales, campesinos... pueblo, que desee ejercer una soberan¨ªa que se hace imprescindible para el futuro de nuestra naci¨®n.
Para dar luz a ese sue?o hace falta que todo el que tenga este sentimiento y esta percepci¨®n de la realidad abandone su aislamiento y su pasividad y se lance a decir en voz alta que ha llegado la hora de Andaluc¨ªa y de ponernos a trabajar sin descanso para un proyecto pol¨ªtico que aglutine a todos los nacionalistas andaluces, a todas las gentes que crean en una izquierda transformadora, solidaria, humanista y antisistema, que quiera dar una respuesta concreta a los problemas concretos que tiene la gente concreta.
La creaci¨®n de un Bloque Andaluz, o como se le quiera llamar, nacido de abajo a arriba, desde el impulso popular, desde la ¨¦tica, como la mejor manera de hacer pol¨ªtica, desde la cercan¨ªa al que menos tiene, desde la utop¨ªa, no como una quimera, sino como un sue?o necesariamente realizable desde la pluralidad, la tolerancia, pero desde la firmeza en los principios de la izquierda, como la igualdad, la solidaridad, la paz o la libertad. Creo que es una tarea que tenemos que abordar todos y todas a los que nos duela esta tierra.
Ser¨ªa bueno, desde ya, para la concreci¨®n de este proyecto colectivo, que se creara un Foro de Debate sobre Andaluc¨ªa que nos permitiera elaborar los presupuestos m¨ªnimos que deber¨ªa tener esta herramienta tan necesaria en esta hora de la crisis de las ideolog¨ªas y del conservadurismo rampante que nos domina.
Lo que es evidente es que la autonom¨ªa que nos concedi¨® el Estatuto de Carmona es ya m¨¢s que insuficiente y para demostrarlo no hay m¨¢s que ver nuestra renta, nuestro ¨ªndice de paro o el lugar que ocuparnos en Europa desde un punto de vista socioecon¨®mico...
Andaluc¨ªa necesita m¨¢s poder para ser m¨¢s Andaluc¨ªa, para romper sus dependencias, para ser m¨¢s libre, para tener acceso a la utop¨ªa de una sociedad sin clases, donde los derechos los lleven en sus bolsillos todos sus ciudadanos y ciudadanas.
Juan Manuel S¨¢nchez Gordillo es alcalde de Marinaleda y diputado auton¨®mico por la CUT-BAI
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