Blair y el renegado

Tony Blair ha sufrido un serio rev¨¦s pol¨ªtico con la victoria para la alcald¨ªa de Londres del renegado laborista Ken Livinsgtone, que se present¨® como independiente, y la p¨¦rdida de una quincena de ayuntamientos. Livingstone es el t¨ªpico representante de ese viejo laborismo contra el que ha luchado Blair en los noventa para renovar su partido. Parad¨®jicamente, son las reformas pol¨ªticas de Blair las que han creado una alcald¨ªa por elecci¨®n directa en Londres, que ocupar¨¢ Livingstone muchos a?os despu¨¦s de haber presidido el consejo del ¨¢rea metropolitana, que Thatcher suprimi¨® de un plumazo.Livingstone tendr¨¢ mucha visibilidad y pocos poderes. Se habr¨¢ de entender con el Gobierno para financiar su proyecto favorito, la renovaci¨®n de un metro envejecido en una ciudad, por otra parte, modernizada, m¨¢s cosmopolita y que alberga la esencial City financiera, a cuya buena imagen tendr¨¢ que colaborar tambi¨¦n Ken el Rojo.

Blair, que no aprendi¨® de una experiencia similar en Gales, ha cometido un error pol¨ªtico al convertir a Livingstone en enemigo para presentar frente a ¨¦l a un candidato oficial gris, el ex ministro de Sanidad Frank Dobson. Adem¨¢s, los laboristas tienen un problema con la pol¨ªtica municipal, ¨¢mbito en el que se recuperaron espectacularmente entre 1993 y 1996, para luego decaer. Ayer perdieron m¨¢s de 500 concejales.

Tambi¨¦n en las elecciones europeas de junio de 1999 el Partido Laborista recibi¨® un varapalo, pero, como ha ocurrido en Londres, s¨®lo acudi¨® a las urnas un tercio de los electores. Tras su arrasadora victoria en mayo de 1997, Blair y el Nuevo Laborismo han ido perdiendo brillo, con problemas en la pol¨ªtica sanitaria, una sobrevaloraci¨®n de la libra esterlina que est¨¢ da?ando a la industria brit¨¢nica y el bloqueo del proceso de paz en el Ulster. Pese a todo, el primer ministro mantiene en los sondeos una ventaja de 20 puntos sobre los conservadores, que ayer no aprovecharon la debilidad laborista y perdieron un esca?o en favor de los liberal-dem¨®cratas en una elecci¨®n parcial en el sur de Londres, uno de sus feudos. Resulta preocupante el discurso xen¨®fobo y de rechazo a la inmigraci¨®n del candidato tory a la alcad¨ªa de Londres, y del propio l¨ªder del partido, Willam Hague.

Pese a estos reveses, no es previsible que Blair, que aspira a convertirse en el primer laborista de la posguerra que repite legislatura al frente del Gobierno, caiga en la tentaci¨®n de hacer un giro pronunciado a la izquierda. De cara a unas elecciones generales que podr¨ªan adelantarse al 2001, su estrategia seguir¨¢ siendo la de ocupar el centro y seguir atrayendo a las clases medias.