La mafia de los Balcanes supera los 2.000 atracos
Dos mil atracos son muchos golpes, son demasiados delitos para la contabilidad de las fuerzas de seguridad, que asisten impotentes a la irresistible actividad de la tropa de los Balcanes, l¨ªderes destacados en el robo a empresas en Espa?a. De sus componentes se sabe que ninguno ha pasado m¨¢s de un par de d¨ªas en la c¨¢rcel. No es una banda propiamente dicha, no es una organizaci¨®n delictiva t¨ªpica. En opini¨®n de la polic¨ªa y la Guardia Civil, el n¨²cleo de este grupo est¨¢ formado por polic¨ªas y militares de la antigua Yugoslavia, originarios en su mayor¨ªa de la regi¨®n de Kosovo. Su organizaci¨®n es militar as¨ª como su t¨¢ctica operativa, y se sospecha que han financiado el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo. "Act¨²an con la eficacia de un comando", reconoce un responsable de una empresa privada de seguridad. Asaltan pol¨ªgonos industriales por toda la geograf¨ªa nacional: preparan el golpe, act¨²an de noche, toman el dinero de la caja fuerte, se marchan sin dejar huellas y sin apenas testigos. Todo lo m¨¢s dejan su firma: un agujero en el techo y el material abandonado con el que han efectuado el robo. Porque no suelen emplearlo m¨¢s de una vez. Lo que fueron 10 atracos en el a?o 1995 y 25 en 1996 pasaron a ser 160 en 1997, 626 en 1998 y nada menos que 918 el pasado a?o. A estas alturas han superado ya los 2.000 atracos. Una aut¨¦ntica epidemia.Hace apenas dos semanas, el delegado del Gobierno en Valencia convoc¨® a las organizaciones empresariales de la comunidad para pedir su colaboraci¨®n. "No quer¨ªamos sembrar la alarma. Les hab¨ªamos enviado una circular a los empresarios, pero nos daba la sensaci¨®n de que hac¨ªa falta algo m¨¢s", recuerda Carlos Gonz¨¢lez Cepeda, "porque hab¨ªamos observado un importante aumento de asaltos a pol¨ªgonos industriales a partir del pasado verano. Era una cifra muy significativa, que empez¨® primero por Valencia y luego continu¨® por Alicante. Todos ellos eran atracos que reun¨ªan caracter¨ªsticas similares: se hac¨ªan de noche, entraban por el tejado, robaban las cajas fuertes, acciones muy profesionales. Era necesario que los empresarios se lo tomaran en serio, que adoptaran algunas m¨ªnimas normas de vigilancia, que colaboraran con las fuerzas de seguridad". As¨ª se deduce tambi¨¦n de una instrucci¨®n del subdelegado del Gobierno en Castell¨®n dirigida a las empresas que habla de "frecuentes robos" y de la necesidad de plantear una "estrategia global" para prevenirlos.
Era el inequ¨ªvoco sello de la tropa de los Balcanes, formada por apenas medio millar de hombres y mujeres procedentes de la antigua Yugoslavia. Viven en varios puntos de Espa?a, preferentemente en Madrid, Tarragona, Valladolid, Galicia y Levante. Se desplazan por toda la geograf¨ªa nacional para dar sus golpes de mano. Es gente aparentemente integrada, que habita pisos alquilados, viste ropa de marca, disfruta de un buen nivel de vida, se rodea de buenos coches y, en algunos casos, est¨¢n casados con espa?olas. Demuestran una buena preparaci¨®n f¨ªsica al servicio de una t¨¢ctica militar. Dominan sin problemas el castellano y no tienen una actividad l¨ªcita conocida. Se dedican a robar, saben c¨®mo hacerlo y, sobre todo, evitan cualquier riesgo: no suelen llevar armas, no prestan resistencia a la autoridad si son sorprendidos en una acci¨®n. Asesorados por unos despachos de abogados, saben hasta d¨®nde alcanza la ley. Si se les detiene, se les acusar¨¢ de tentativa de robo y quedar¨¢n en libertad provisional.
En los ficheros constan unas 300 fotos de miembros de estos grupos. La polic¨ªa puso en marcha dos operaciones contra ellos, Balcanes I (el 12 de noviembre de 1996 con 46 detenciones) y Balcanes II (en 1997 con unos 90 detenidos entre Madrid, Barcelona y Alemania), y actualmente est¨¢ en vigor Balcanes III. Pero las detenciones no han ofrecido resultado, ni han mermado su alta productividad, a la vista de las estad¨ªsticas. Se ha tratado de un simple hostigamiento.
Su modus operandi no ofrece duda alguna. Utilizan para sus acciones coches alquilados, preferentemente de la marca Citro?n (Xantia o Xsara) o Seat C¨®rdoba y una gran variedad de tel¨¦fonos m¨®viles con tarjeta prepago. Si se trata de acciones r¨¢pidas, de ida y vuelta, se alojan en hoteles u hostales; si el trabajo es de m¨¢s larga duraci¨®n, alquilan pisos. Compran los utensilios que van a utilizar en el robo (mazas, patas de cabra, hachas, radiales, linternas...) en una gran superficie, normalmente el d¨ªa previo al golpe. Luego, los abandonar¨¢n en el escenario del delito, para que no se pueda relacionar un golpe con otro por las huellas que dejen dichos objetos. Visten monos oscuros, pasamonta?as, guantes y calzado deportivo. En ocasiones, protegen su calzado con fundas de quir¨®fano. Entran por el techo, porque saben que es la parte m¨¢s d¨¦bil de una nave. Utilizan sogas. No fuerzan las puertas: hacen agujeros hasta que llegan al objetivo.
El trabajo est¨¢ perfectamente estructurado. Unos alquilan, otros han hecho el trabajo de informaci¨®n y unos terceros son quienes efect¨²an el golpe. Usan preferentemente carn¨¦s de identidad italianos, de f¨¢cil obtenci¨®n porque los expiden los ayuntamientos en Italia, donde se han hecho con muchos soportes en blanco. "Otros han conseguido certificados de refugiado pol¨ªtico en Espa?a e incluso los han falsificado", dice la Guardia Civil.
Las alarmas no parecen ser un obst¨¢culo, porque demuestran conocimiento previo del objetivo. Conocen generalmente d¨®nde est¨¢n los cajetines que las conectan con la red. El uso de alarmas por radio ha dado alg¨²n resultado, pero tambi¨¦n se sabe que est¨¢n comenzando a usar visores nocturnos y desactivadores de alarmas, adem¨¢s de otro material m¨¢s sofisticado, otra prueba de su competencia t¨¦cnica.
Organigrama
Cada uno suele llevar varios tel¨¦fonos m¨®viles: se comunican frecuentemente entre ellos, pero nunca repiten las llamadas de un mismo m¨®vil a otro. Por los listados de sus llamadas, ha resultado imposible hasta el momento establecer c¨®mo es su organigrama. Y ¨¦se es uno de los verdaderos problemas: la polic¨ªa desconoce qui¨¦nes son los responsables. "Est¨¢ claro que tendr¨¢n un jefe de zona y un jefe de grupo y, a su vez, un jefe en Espa?a, como lo tienen en Francia, Italia o Alemania, porque se trata de un problema a escala europea", explica un capit¨¢n de la Guardia Civil, "pero desconocemos la identidad de esos mandos". Precisamente, la falta de identificaci¨®n de un jefe dificulta que se trate a este grupo como una banda organizada para que el caso pase a ser competencia de la Audiencia Nacional y que ello permita poner m¨¢s medios para combatirlos. Una fuente policial resta importancia a su car¨¢cter militar. "Creemos que con el paso del tiempo y las facilidades que encuentran a su paso est¨¢n empezando a actuar por libre y sin tanta estructura. Saben simplemente que es f¨¢cil robar. Muchos de ellos se sienten j¨®venes y no piensan en otra cosa. Y as¨ª les va bien".
"Sabemos que han hecho algunos robos en cajeros autom¨¢ticos. Como descubran una forma sencilla de abrirlos, nos iremos preparando. Porque sabr¨¢n cu¨¢ndo hay m¨¢s dinero y habr¨¢n entrenado concienzudamente la operaci¨®n", comenta un directivo de una empresa de seguridad, quien a?ade: "Han dado ya alg¨²n golpe a las lanzaderas [camiones que utilizan las empresas de mensajer¨ªa] en las carreteras. A pesar de que recomendamos a los empresarios no utilizar ese medio para enviar dinero, lo hacen y ellos demuestran que lo saben, porque han dado buenos golpes".
Se saben vigilados. Pero no se ocultan. En Madrid es f¨¢cil identificarlos. Se mueven por Antonio L¨®pez y Marqu¨¦s de Vadillo. Se dejan ver, se muestran extrovertidos, tanto si acuden al bar La Parada como cuando echan unas partidas bien surtidas de dinero en una terraza cercana. Por all¨ª de vez en cuando se puede ver a alguno de ellos escayolado, secuela de alguna ca¨ªda tras un atraco. "Un d¨ªa observ¨¦ que se juntaron varios en torno a uno de ellos. Y se cuadraron ante ¨¦l. ?Se pusieron firmes! Est¨¢ claro que deb¨ªa ser un jefe", recuerda un guardia civil. O mejor dicho: ser¨ªa un oficial. Porque no, no son una banda cualquiera.
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