Las mujeres son individualistas, pero m¨¢s altruistas

En gran medida han sido las mujeres, y sobre todo la incorporaci¨®n masiva de la mujer al trabajo, lo que ha permitido un cambio radical, m¨¢s igualitario en las relaciones de pareja. "En la familia burguesa del XIX la relaci¨®n de pareja no ten¨ªa nada que ver con los a?os", indica Singly. "Todo el siglo XX puede resumirse en la recuperaci¨®n de las mujeres, que antes no ten¨ªan derecho a una vida exterior. "Pero no se han limitado a seguir los pasos de los hombres, y si por una parte han adoptado actitudes masculinas, por el otro han ido imponiendo un modelo de atenci¨®n al otro, de la afectividad, algo que se da menos en los hombres, que no tienen esa capacidad relacional. Lo mismo sucede en las nuevas relaciones padre-hijo. Los hombres van con much¨ªsimo retraso, siguiendo en cierta manera la l¨ªnea femenina, maternal".El gran cambio hist¨®rico radica en que la mujer puede reclamar abiertamente su autonom¨ªa. "Parece ser que los hombres han entendido que su autonom¨ªa tiene como contrapartida la autonom¨ªa de las mujeres. Antes ellas se apa?aban para tener su vida m¨¢s o menos independiente, pero no era expl¨ªcito". Sin embargo, son las mujeres quienes se preocupan en mayor medida de que la convivencia y la relaci¨®n de pareja funcionen. "Incluso en las generaciones m¨¢s j¨®venes, las mujeres se implican m¨¢s en el espacio y en la vida colectiva. Esto no quiere decir que los hombres no hagan esfuerzos. Cada vez aceptan hacerse cargo del otro y de modificar poco a poco algunas de sus conductas. Pero la implicaci¨®n en lo colectivo es menor: son menos sensibles al inter¨¦s general de la comunidad y por ello parecen m¨¢s ego¨ªstas o m¨¢s irresponsables respecto a la vida de pareja", escribe Singly. En bastantes casos, para el hombre el simple hecho de estar en casa demuestra que se est¨¢ junto a la otra persona, mientras que para las mujeres no es as¨ª. "El individualismo de las mujeres es m¨¢s altruista".