Aclaraci¨®n

En relaci¨®n con la carta aparecida el lunes 10 de abril bajo el t¨ªtulo Mujeres y Teolog¨ªa, queremos manifestar lo siguiente:Que Mujeres y Teolog¨ªa, que es una asociaci¨®n con m¨¢s de diez a?os de historia en Madrid y con diversos grupos de hermanos repartidos por todo el Estado, no reconoce los contenidos ni las ideas expresadas en la carta que firma Mar¨ªa Gilda Mu?oz Z¨²?iga. Mujeres y Teolog¨ªa, efectivamente, efectu¨® su X Encuentro en Madrid los pasados d¨ªas 22, 23 y 24 de marzo en los Dominicos de Alcobendas, para reflexionar con motivo del jubileo, acerca de las deudas pendientes de las iglesias y de la sociedad con las mujeres, de la te¨®loga brasile?a Ivone Gebara.

M¨¢s de cuatrocientas mujeres, bajo el lema "En el coraz¨®n de la historia", alumbramos con esperanza el jubileo, reconocimos con j¨²bilo el proceso de despertar y puesta en pie de las muejres en todo el mundo al tiempo que denunciamos las deudas que la sociedad y las iglesias tienen con nosotras.

Como colof¨®n de las jornadas nos manifestamos ante la catedral de la Almudena de Madrid y le¨ªmos un manifiesto, del que destacamos la necesidad de rescatar nuestros propios recursos como mujeres, nuestro potencial de lucha, de organizaci¨®n y de poder. No es cuesti¨®n de ir en contra de nadie, sino sencillamente, junto a nuestros compa?eros, recuperar nuestra historia y nuestro papel en la sociedad y en las iglesias.

Intentamos una relectura de la tradici¨®n y una reflexi¨®n teol¨®gica inclusiva que nos permita expresar, tambi¨¦n a trav¨¦s de s¨ªmbolos femeninos, una imagen de Dios totalizadora, desterrando el lenguaje y los s¨ªmbolos que excluyen y minusvaloran a las mujeres, convirti¨¦ndonos en eternas servidoras invisivilizadas y en la sombra, en vez de seres humanos iguales en dignidad y responsabilidad.

Somos conscientes de las violencia que se ejerce contra nosotras por todas aquellas pr¨¢cticas injustas, y queremos comprometernos y denunciar estas situaciones que se dan dentro y fuera de nuestra Iglesia.

No queremos crear enfrentamientos ni con la jerarqu¨ªa ni con nuestros compa?eros, pues nos sentimos parte del mismo pueblo peregrino de Dios, pero estamos dispuestas a hablar en voz alta y en nombre propio de todas aquellas cuestiones que nos ata?en y que nos parecen injustas.

Se trata de avanzar juntos, hombres y mujeres, laicos y laicas, religiosos y religiosas, creyentes y agn¨®sticos, por los caminos de la justicia, la equidad de g¨¦nero y el discernimiento hac¨ªa una sociedad m¨¢s de todos y entre todos.-