Lecciones desde Londres
La extraordinaria campa?a para llegar a ser el primer alcalde elegido directamente en la historia brit¨¢nica ha terminado. ?ste no es el resultado que Tony Blair ten¨ªa en mente cuando introdujo con valent¨ªa el experimento. El ascenso de Livingstone puede fortalecer la mano de aquellos en Whitehall que no ven bien el poder potencial que los alcaldes podr¨ªan tener y de otros como el viceprimer ministro, que aboga, en cambio, por asambleas regionales.Una innovaci¨®n con una oposici¨®n tan variada puede que no tenga desarrollo. Las lecciones del debate en Londres deber¨ªan ser aprendidas r¨¢pidamente.
Los dos principales factores que le dieron un elemento bufonesco en Londres fueron el ineficaz intento de obtener control total sobre los candidatos y el impl¨ªcito culto a la celebridad (...). Livingstone ha perdido una batalla interna, pero ha ganado la guerra externa. Ha conducido una corta campa?a y se ha presentado como v¨ªctima de la maquinaria implacable de un partido.
Los ciudadanos de Birmingham, Leeds y Liverpool se ahorrar¨¢n la infinita sabidur¨ªa de los pol¨ªticos de los partidos nacionales. Ellos deber¨ªan estar menos obsesionados con la fama. El ¨²nico logro puro de lo sucedido en Londres es que ayer vot¨® mucha m¨¢s gente en la capital de la que lo hizo en cualquier otra elecci¨®n local. Las ciudades de Inglaterra necesitan l¨ªderes locales efectivos, dotados de pol¨ªticas detalladas y un mandato popular decisivo, si ellos deben ejercer todo su potencial. Queda por ver si los londinenses vivir¨¢n para disfrutar o soportar su decisi¨®n colectiva.
Londres, 5 de mayo
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