Effenberg, el jefe de la banda
El Bayern recupera a su l¨ªder, el jugador que m¨¢s preocupa al Madrid
"Effenberg es nuestro tigre", proclam¨® Roque Santa Cruz. El fichaje m¨¢s arriesgado del Bayern en el pasado verano que explica con una frase barroca d¨®nde culmina la escala jer¨¢rquica de su equipo. El paraguayo Santa Cruz, a sus 18 a?os, lo tiene claro de sobra. Se?ala a Stefan Effenberg, de 31 a?os, conocido como el Tigre. El hombre que comand¨® al Bayern en las dos victorias sobre el Madrid el pasado marzo. Un jugador que hasta hace un par de a?os tuvo fama de polemista feroz, pero que ha encontrado en el Bayern un remanso donde hacer que su ego¨ªsmo y los intereses del equipo marchen por v¨ªas coincidentes. Un medio volante que maneja los tiempos del juego, la aceleraci¨®n y la pausa, la presi¨®n y el toque. Con sentido t¨¢ctico, pero tambi¨¦n con olfato para buscar la llegada por sorpresa y rematar con una pegada temible en la media y larga distancia. Effenberg ser¨¢ el l¨ªder indiscutible del Bayern esta noche y el t¨¦cnico del Madrid, Vicente Del Bosque, admite que una de sus mayores inquietudes pasa por limitar su capacidad de acci¨®n. "Es el jugador m¨¢s importante del Bayern", asegur¨® ayer Del Bosque, que agreg¨®: "Es el entrenador en el campo, su participaci¨®n en el juego de ataque es fundamental porque es quien toma las mayores decisiones en su equipo".Una lesi¨®n muscular dej¨® a Effenberg fuera de combate durante un mes y el Bayern lo padeci¨® con creces. El Madrid le derrot¨® en el Bernab¨¦u hace una semana, culminando una sucesi¨®n de jornadas de inestabilidad. Pero el regreso del volante, el s¨¢bado pasado, coincidi¨® con un triunfo en la final de Copa frente al Werder Bremen, lo que le confirma como un jugador carism¨¢tico, capaz de conmover el estado de ¨¢nimo de su equipo. Sin Matth?us, el comandante es Effenberg. El Bayern lo sabe y ayer mismo le renov¨® hasta 2002.
Pocos dudaron de su genio como futbolista, pero su inestabilidad emocional gan¨® celebridad en Alemania. En el Borussia Munchengladbach, su equipo original, se desat¨® una crisis en el vestuario y en las oficinas cuando la prensa descubri¨® que Effenberg ganaba cuatro veces m¨¢s que el m¨¢s afortunado de sus compa?eros. Fich¨® por el Bayern, donde pas¨® dos temporadas sin ganar un t¨ªtulo y su carrera parec¨ªa destinada a la frustraci¨®n cuando se march¨® a Italia, al Fiorentina, en 1992. Un a?o m¨¢s tarde descendi¨® a Segunda Divisi¨®n, y en el verano siguiente, durante el Mundial de 1994, fue apartado de la selecci¨®n alemana despu¨¦s de dedicar gestos obscenos a su propio p¨²blico. Pero result¨® crucial a la hora de restituir al Fiorentina en Primera, junto a Batistuta. Marc¨® 56 goles en Liga y Copa en sus dos temporadas en Italia consolid¨¢ndose como un centrocampista de pegada. "Nunca he visto un jugador que tirase tan bien las faltas, era fabuloso", record¨® hace dos meses su entrenador en el Fiorentina, Claudio Ranieri.
Al igual que otros muchos jugadores alemanes, Effenberg tiene una mujer -y representante- que reside habitualmente en la prensa sensacionalista: Martina Effenberg, gran amiga de la mujer y representante de Bodo Illgner, Bianca. Mientras tanto, Effenberg rebaja sus apariciones p¨²blicas. Se ha borrado la marca que luc¨ªa en la parte posterior del cr¨¢neo, sellada en tinte rojo: Tiger. Un apodo que pertenece a su pasado de genio agitador.
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