Putin, en indefinido
Vlad¨ªmir Putin, ex agente del KGB, es ya el segundo presidente electo de Rusia, tras unas elecciones aceptadas por todos como leg¨ªtimas. Toda una proeza hist¨®rica para esta Rusia conflictiva. Antes hab¨ªa sido ya nombrado sucesor por Yeltsin, que se retir¨® protegido por una inmunidad harto discutible. El domingo, en su investidura, Putin dio, como casi siempre, una de cal y otra de arena: m¨¢ximo apoyo a las relaciones normalizadas con la OTAN y Occidente en general y un respaldo bastante menos comprensible a un r¨¦gimen como el de Yugoslavia. Dijo que son una prioridad las relaciones con sus vecinos europeos y con EE UU; pero dej¨® claro que sigue apostando por recuperar la influencia y el poder ruso en el mundo y reiter¨® sus advertencias ante lo que considera desprecios occidentales hacia una Rusia con graves problemas. Putin no dio ni una pista sobre sus planes econ¨®micos m¨¢s all¨¢ de sus mensajes contra las mafias surgidas de la privatizaci¨®n, aunque est¨¢ por ver su disposici¨®n real a combatirlas.El mensaje de Putin sigue siendo tan ambiguo como toda su vertiginosa carrera pol¨ªtica. Desde que Yeltsin lo sac¨® de su inagotable chistera de delfines y protegidos, ha tratado de ser todo al mismo tiempo: duro con los suyos, implacable con los chechenos, entra?able con el FMI, guardi¨¢n de las esencias de la fortaleza rusa y entusiasta del sistema pol¨ªtico y econ¨®mico brit¨¢nico y hasta de su monarqu¨ªa. No revela sus intenciones aunque sugiera talantes. Pero tendr¨¢ que definirse. La primera pista deb¨ªa ser el nombramiento de su Gobierno, pero, de momento, se ha limitado a mantener en funciones a Mija¨ªl Kasi¨¢nov, que ya ocupaba el asiento que anteriormente calent¨® el propio Putin. Sin embargo, sus interlocutores de Washington, pero tambi¨¦n de Berl¨ªn o Londres, empiezan a pedirle posiciones m¨¢s definidas ante situaciones tan vol¨¢tiles como las que vive Rusia, quieren saber qu¨¦ se propone hacer el nuevo inquilino del Kremlin. Gozar¨¢ de cr¨¦dito si logra frenar los graves problemas que la delincuencia y la descomposici¨®n social provocan en su pa¨ªs y que terminan export¨¢ndose a toda Europa. Tiene que desmentir cuanto antes a los que le creen un defensor de los intereses sospechosos de quienes lo han apoyado.
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