"Pertenezco a una generaci¨®n que cre¨ªa que este pa¨ªs pod¨ªa ser para todo el mundo"
Juan Carlos Eguillor (San Sebasti¨¢n, 52 a?os) se ha pasado la vida viviendo, como ¨¦l dice, "con una pata fuera y otra dentro", entre Madrid y Bilbao. Ahora, recuperada la casa familiar junto a la plaza Moy¨²a, piensa reposar largamente en la ciudad que, aunque no le vio nacer, s¨ª es su lugar de origen: "Soy un dibujante bilba¨ªno nacido en San Sebasti¨¢n".Ayer inaugur¨® una exposici¨®n de "unos sesenta" de sus dibujos, realizados desde sus comienzos en 1968 hasta ahora mismo, todos con Bilbao como tema. "Yo siempre he sabido que mi destino es Bilbao. Es lo que mejor s¨¦ dibujar, lo que me resulta m¨¢s dram¨¢tico y m¨¢s humor¨ªstico". La muestra permanecer¨¢ abierta hasta septiembre en la Biblioteca Bidebarrieta (Bidebarrieta, 4) y se engloba dentro del quinto simposio que realiza la biblioteca bajo el t¨ªtulo Los Bilbao so?ados y que incluye, adem¨¢s, conferencias, un concierto y el estreno del filme Vieja luna de Bilbao (el 15 de mayo, a las 13.00).
Con este recorrido por su obra, Eguillor s¨®lo pretende "que la gente joven vea lo que hac¨ªamos, que descubra c¨®mo era mi generaci¨®n".
"Ciudad 'light"
El dibujante certific¨® ayer una vez m¨¢s su relaci¨®n de amor-odio con la capital vizca¨ªna. "Siempre la he tenido; por lo que te da y por lo que te quita", afirm¨®. En el cartel anunciador de su exposici¨®n aparecen cuatro s¨ªmbolos de Bilbao: los paraguas, una chimenea echando humo, el Guggenheim y el Puente Colgante. "?De Portugalete? Ni se te ocurra decir eso. Es de Bilbao. Porque Bilbao llega hasta el Abra, el Abra-cadabra, e incluso hasta el oc¨¦ano", expresa con vehemencia.
Con respecto al Guggenheim su relaci¨®n es menos apasionada y m¨¢s negativa. "El Puente Colgante es mucho m¨¢s real que el Guggenheim. Es un producto de la tierra, no una franquicia", puntualiza. "En mi vida he conocido muchos bilbaos, desde una ciudad de hierro a una ciudad light que es ahora, es el efecto Guggenheim. Y no me gusta nada", comenta.
El gran sue?o de Eguillor para su Bilbao odiado-amado siempre ha sido, dice, el de una "Bilbao ciudad independiente, donde fuera posible todo: ser blanco, negro, abertzale, espa?olista..." "?se es un sue?o para todas partes, porque yo siempre hablo de Bilbao como una met¨¢fora. No me imagino un Bilbao autoafirmativo y excluyente", afirma.
Uno de los dibujos de la exposici¨®n muestra una escenograf¨ªa nacionalista, con un jefe arengando a las masas. El texto reivindica: Rep¨²blica de Abando. Revoluci¨®n. Ahora o nunca. "Yo hago nacionalismo pop. A mi me han acusado de ser antinacionalista, y eso no es cierto. Mi humor es muy cr¨ªtico. Yo he pertenecido a una generaci¨®n que cre¨ªa que este pa¨ªs pod¨ªa ser para todo el mundo. Con el nacionalismo siempre he tenido una mirada ir¨®nica, he podido incluso jugar con ello, con humor".Creador infatigable, este dibujante que fue precursor del uso de las nuevas tecnolog¨ªas en su trabajo -"la gente me dec¨ªa 'qu¨¦ estupidez dibujar con m¨¢quinas", recuerda- est¨¢ ahora inmerso en la red. Internet es el mundo que le apasiona, que le llena y en el que su imaginaci¨®n no conoce l¨ªmites. "Con la tecnolog¨ªa puedo hacer realidad mis sue?os, y los sue?os de mucha gente supongo, porque creo que una caracter¨ªstica b¨¢sica de esa tecnolog¨ªa es la del simulacro, la de la virtualidad. Puedes fingir, falsear, y a m¨ª siempre me ha encantado falsear", reconoce.
En su discurso inacabable y saltar¨ªn, del presente al pasado, del futuro a los recuerdos, de la realidad a los sue?os, la energ¨ªa inagotable de Eguillor desgrana an¨¦cdotas: "Una vez le¨ª que hab¨ªan internado a un t¨ªo porque hab¨ªa estado tres horas enganchado a Internet. Y pens¨¦ en cu¨¢nto me gustar¨ªa contactar con ¨¦l, porque para m¨ª era el primer m¨¢rtir de la tecnolog¨ªa, del exceso de la tecnolog¨ªa". A pesar de la pasi¨®n con la que habla de sus proyectos en Internet, asegura no estar enganchado. "Yo entr¨¦ en la red, como hago siempre, como un elefante en una cacharrer¨ªa, y s¨ª que comet¨ª algunos excesos, pero luego te dosificas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.