El Zaragoza no descarta el t¨ªtulo
El t¨¦cnico Txetxu Rojo se despide con brillantez de La Romareda frente a un M¨¢laga aposentado
Milosevic llevaba nueve semanas y media sin marcar, casi 1.000 minutos de juego. Sus optimistas previsiones de llegar a los treinta goles se quedaron hace ya tiempo en agua de borrajas. Anestesiaba la pelota como nadie, giraba sobre s¨ª mismo, pero no ve¨ªa puerta en esta segunda vuelta. Viv¨ªa d¨ªas de ansiedad, pero el serbio pertenece al tipo de futbolista con esp¨ªritu ganador. Ese matiz que distingue a los grandes de los meramente buenos y que ayer decidi¨® el partido a favor de su equipo. Milosevic marc¨® al final, cuando ya nadie lo cre¨ªa, y el bal¨®n entr¨® llorando. Su gol puede valer, cuando menos, una Liga de Campeones. En el mejor de los casos valdr¨¢ un campeonato de Liga.Los ma?os llevan toda la temporada incrustados en la cabeza de la tabla o, por mejor decir, en su cogote, sin apenas resonancia medi¨¢tica, semitapados, circunstancia que sin duda les ha beneficiado. Ah¨ª ha estado su h¨¢bitat natural toda la temporada. Ahora se quedan a un tris de entrar por vez primera en su historia en Liga de Campeones, pero es un tris complicado: se la jugar¨¢ ante un Valencia plet¨®rico.
ZARAGOZA 3MALAGA 2
Zaragoza: Juanmi; Cuartero (Yordi, m.64), Aguado (M. Vellisca, m. 46), Paco, Lanna; Acu?a, Garitano; Juanele, Radimov (Arag¨®n, m. 46), Marcos Vales; y Milosevic.M¨¢laga: Contreras; Bravo, Fernando Sanz, Larra¨ªnzar, Valcarce; Rufete, De los Santos, Movilla, Sandro (Ruano, m. 80); Musampa (Agostinho,m. 64) y Catanha. Goles: 0-1. M.29: Catanha llega a la l¨ªnea de fondo y asiste a Rufete, que remata por bajo. 1-1.M.30: Milosevic caracolea en el ¨¢rea y cede a Marcos Vales, que marca. 1-2. M.58: Paco en propia puerta. 2-2. M.85: Yordi eleva, de vaselina, por encima de Contreras. 3-2. M.89: Milosevic remata forzado y el bal¨®n acaba entrando. ?rbitro: Losantos Omar. Vizca¨ªno. Expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Rufete en el m. 90. Amonest¨® a Garitano, Paco, Valcarce,Catanha y De los Santos. 25.000 espectadores en La Romareda.
Fue un partido emocionante, de los que se ven luego con los ojos cerrados porque quedan dentro, pero eso s¨®lo se vio al final. Porque hasta entonces, result¨® un encuentro de combusti¨®n lenta, pesadote, con m¨¢s de 30 grados en el c¨¦sped. El Zaragoza parec¨ªa bloqueado mentalmente y se limitaba a dar vueltas en el vac¨ªo, masticaba el juego pero su dominio resultaba inocuo. Radimov se comport¨® como un cuerpo extra?o, como si la cosa no fuera con ¨¦l, y en realidad no iba. S¨®lo Acu?a puso el temple; el paraguayo lo bord¨® mientras le qued¨® ox¨ªgeno. Los aragoneses trastearon mucho con la muleta pero apenas entraron a matar: una falta mansurrona lanzada por Garitano fue el ¨²nico balance hasta que Rufete adelant¨® al M¨¢laga. Al minuto siguiente, empat¨® Marcos Vales con un gol que parec¨ªa providencial, pero a¨²n faltaban muchas emociones. El M¨¢laga, bien aposentado en el terreno, demostr¨® automatismos en la recuperaci¨®n del bal¨®n y velocidad en las transiciones, o sea, peligro frecuente, por lo que no es extra?o que en sus ¨²ltimas cinco salidas haya conseguido un 2-2 que ayer estuvo a punto de repetir en La Romareda.
Tras el descanso, Rojo recoloc¨® al equipo, sac¨® a Arag¨®n en el centro y mand¨® a Garitano a pisar la cal con la intenci¨®n de explotar mejor las bandas. Las expectativas favorables para el Zaragoza se vinieron al traste porque Paco marc¨® en propia puerta. Con todo, otra vez volvi¨® a ser el gran s¨¢trapa del ¨¢rea, r¨¢pido en los cruces y atento a todas las coberturas. Dio una seguridad aplastante al equipo, y van ya muchas veces. Fue entonces cuando el M¨¢laga pudo apuntillar. Rufete super¨® a Juanmi en velocidad, cruz¨®, y le sac¨® polvo al poste; Catanha, que demostr¨® ganas de desbancar a Salva en el pichichi, tambi¨¦n fall¨® un cara a cara con el portero zaragocista.
En esas sali¨® Yordi, que sigui¨® cumpliendo con su cita postrera con el gol, esta vez de vaselina. Y Milosevic, hasta entonces desquiciado, abri¨® la euforia de la victoria en la Romareda.
El Zaragoza cerr¨® en casa una de las mejores temporadas de su historia. No depende de s¨ª mismo pero a¨²n puede ser campe¨®n. Conviene no perder la perspectiva sobre el nivel de las conquistas alcanzadas. La Liga de Campeones, que se ventilar¨¢ definitivamente la pr¨®xima jornada en casa del Valencia, se ha convertido en un sue?o que, de tanto so?arlo, todav¨ªa es posible.
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