AS? HABLA... Ni?a Pastori El nuevo andaluz 'agitanao' de la Bah¨ªa
Varios fen¨®menos de la mayor importancia para la sociolog¨ªa del andaluz confluyen en el habla de la Bah¨ªa de Cai, puestos de relieve y hasta prestigiados desde que el insigne Camar¨®n, con su magisterio del M¨¢s All¨¢, les diera permiso a todos sus seguidores para imitarle. Y no s¨®lo en el cante, sino en el naquerar mismo. Se cre¨® as¨ª un a modo de aura indefinible entre los seguidores del monstruo, los camaroneros, como dice Enrique Montiel, que empieza primeramente por lo que primero es: la manera de expresarse. Una escuela informal de espontaneidades, de expresividad, que constituyen como un timbre secreto de la tribu, un c¨®digo, una colegiaci¨®n inmaterial de ca?a¨ªyah (gente de San Fernando), principalmente.Los dejes aflamencaos de los Rancapino, Pansequito, Juan Villar, Chano Lobato..., con que estos artistas se manifiestan, sin afectaci¨®n alguna, est¨¢n ya bien lejos de aquel andaluz graciosillo y picar¨®n de las espa?oladas, aquel habla contrahecha por los sainetistas para caracterizar a un tipo c¨®mico que, en puridad, s¨®lo existi¨® en los escenarios, y que sirvi¨® para, a un tiempo, distinguir y burlarse de los andaluces.
Otro ejemplo vivo de ese nuevo andaluz agitanao, de la Bah¨ªa, es el de Ni?a Pastori (l¨¦ase Pahtori), cuarterona ella y descendiente de la m¨ªtica saetera In¨¦s la del Pelao, en quien un d¨ªa puso sus ojos el Irremplazable, prohij¨¢ndola desde que era chica. Algo le ver¨ªa. En una entrevista concedida a Antena 3 el 22 de abril, explicaba lo que eran esas ca?a¨ªyah de su nuevo disco: ¨¦h como una ehpecie de caracola, pero luego, no ¨¦h por n¨¢, tambi¨¦n eh otra cosa. A lah ni?a, a loh ni?o, a loh vieho y a t¨®, noh yaman ca?a¨ªya.
En punto de eses y zetas no sigue regla alguna, como si a su libertad de expresi¨®n le molestara cualquier norma: la promosi¨®n me desehpera. No me gusta mucho acerme foto. Aser el singuel me daba igu¨¢, en cantando para todo el mundo... Yo intento yeg¨¢ a los corazone de todo. Sin embargo, en el cante se impone el seseo: A loh que se preguntan / qu¨¦h lo que tien'ese rinc¨®n... Cai ¨¦h la brisa marinera, / que remienda tu coras¨®n / con la sonrisa m¨¢h morena... Cai por la madrug¨¢ (ya se ve que Sevilla no tiene el monopolio de esta palabra), cuando g¨¹ele a s¨¢...
Quitando que el letrista de Ni?a Pastori desde luego no es de los que se buscaba Camar¨®n -pero ¨¦sa es otra historia-, no parece sino que tanta indefinici¨®n persiguiera, inconscientemente, algo nuevo. Tal vez un nuevo seseo o ceceo, por un reajuste interno del sistema, que ya se marcaba mucho en el propio Camar¨®n. En ¨¦l la ch intervoc¨¢lica, la de noche, de tanto relajarse, se parec¨ªa cada vez m¨¢s a la ese predorsal (recuerden aquello de Omar Khayyam, El cabayo... del d¨ªa y de la nose, que cantaba). As¨ª que picha y pisa acabar¨¢n pronunci¨¢ndose casi igual (Algo as¨ª como pissa). Y algo tan revolucionario que da miedo pensar en sus consecuencias fonol¨®gicas, y con el jejeo apretando tambi¨¦n por otro lado. ?Lo veremos? Mejor dicho, ?lo oiremos? No s¨¦. Los que puedan quedarse por aqu¨ª como medio siglo m¨¢s, seguramente. Suerte para ellos.
A. R. ALMOD?VAR
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