El Supremo falla que los infectados de hepatitis C por transfusiones anteriores a 1990 no deben ser indemnizados
El Tribunal Supremo ha resuelto que no tienen derecho a indemnizaci¨®n los pacientes que fueron contagiados de hepatitis C mediante una transfusi¨®n sangu¨ªnea antes de conocerse las t¨¦cnicas para la detecci¨®n del virus. La sentencia, dictada en un recurso de unificaci¨®n de doctrina, tiene como primera consecuencia la de revocar una indemnizaci¨®n de 30 millones de pesetas a un trabajador accidentado al que le fue inoculado el virus en una intervenci¨®n quir¨²rgica que le practicaron en 1976.El recurso fue planteado por la mutua de accidentes de trabajo La Fraternidad, condenada al pago de 30 millones de pesetas a Florencio M. M., a quien le fue transfundida sangre durante una intervenci¨®n quir¨²rgica que se practic¨® al sufrir un accidente de trabajo el 1 de septiembre de 1976. A los dos meses de la intervenci¨®n se le diagnostic¨® una hepatitis postransfusional, del tipo C, cr¨®nica y activa.
El accidentado demand¨® a la mutua, a la que reclam¨® una indemnizaci¨®n de 75 millones de pesetas. El Tribunal Superior de Castilla y Le¨®n estim¨® la demanda y conden¨® a la mutua al pago de 30 millones, al entender que "la asistencia sanitaria defectuosa tiene car¨¢cter objetivo" y no concurre en caso de "fuerza mayor", que exonera de responsabilidad. En contraste con esta sentencia, el Tribunal Supremo confirm¨® otra del Tribunal Superior de Arag¨®n que deneg¨® una indemnizaci¨®n en un supuesto sustancialmente igual: una mujer que, a ra¨ªz de una transfusi¨®n en 1985, desarroll¨® una hepatitis cr¨®nica activa del tipo C.
Ante las sentencias contradictorias, la Sala de lo Social del Supremo tramit¨® el excepcional recurso de unificaci¨®n de doctrina, en el que ha resuelto que estos casos son acontecimientos inevitables o de "fuerza mayor".
El Supremo explica en su sentencia de unificaci¨®n que el virus de la hepatitis C se aisl¨® en 1989 y su determinaci¨®n en sangre destinada a transfusiones fue obligatoria a partir de 1990. En consecuencia, "los da?os producidos por las transfusiones que inocularon tal virus con anterioridad a que fuera posible su detecci¨®n deben considerarse inevitables".
"Los interesados no pueden exigir un resultado ni una informaci¨®n que est¨¢ fuera de las reglas del conocimiento humano", a?ade la sentencia, por lo que concurre "fuerza mayor" como causa de exoneraci¨®n de indemnizaci¨®n en las transfusiones nocivas en que el estado de la ciencia o de la t¨¦cnica m¨¦dicas no permit¨ªa todav¨ªa detectar el virus de la hepatitis C.
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