El enigma de fray Bartolom¨¦ de Las Casas
Dos placas en la bas¨ªlica de Atocha, ¨²ltimo rastro en Madrid del cad¨¢ver del palad¨ªn de la lucha contra la esclavitud
Un maleficio parece cernirse en Madrid sobre el paradero de sus muertos m¨¢s ilustres. El hechizo, que prosigue activo, desdibuja entre una densa neblina las v¨ªas que conducen a los parajes donde fueron enterrados personajes que en Madrid vivieron. Aqu¨ª cobraron notoriedad universal, murieron y fueron sepultados. Pero su rastro se pierde inexorablemente. Ahora, tras la deriva seguida por los despojos de Diego Vel¨¢zquez, enterrado en la iglesia de San Juan en el a?o 1660, cuya ubicaci¨®n sigue siendo un enigma, como la de los restos de Cervantes o Calder¨®n, la incertidumbre rodea el destino del cad¨¢ver de fray Bartolom¨¦ de Las Casas, el m¨¢s universal de los defensores de los derechos humanos de los indios americanos.Los ¨²ltimos vestigios de su rastro permanecen fijados sobre los muros de la bas¨ªlica de Nuestra Se?ora de Atocha, en la avenida de la Ciudad de Barcelona. Una placa colocada en 1990 por el Ayuntamiento de Madrid sobre la entrada basilical contiene el lema "Aqu¨ª muri¨® y fue enterrado en 1566 fray Bartolom¨¦ de Las Casas, llamado el Ap¨®stol de los Indios". En el interior del recinto, regentado por dominicos, otra placa reproduce una frase de Benedicto XV en la que elogia al fraile de la Orden de Predicadores. "Singular defensor de la dignidad humana", dice de ¨¦l. Las Casas combati¨® con denuedo, a riesgo de su vida y de su memoria, la esclavizaci¨®n de los ind¨ªgenas de Am¨¦rica por parte de conquistadores espa?oles. Cuando, despu¨¦s de una vida de afanes y sinsabores, Bartolom¨¦ de Las Casas muri¨® de senectud, el 18 de julio de 1566, el pueblo de Madrid acudi¨® a Atocha a rendirle el ¨²ltimo homenaje, cuentan las cr¨®nicas. Entre quienes contemplaron su cad¨¢ver, revestido de pontifical y con b¨¢culo de palo, figuraba Miguel de Cervantes Saavedra.
Isacio P¨¦rez, dominico leon¨¦s que ha consagrado tres d¨¦cadas al estudio de la figura de Las Casas, asegura que el genial alcala¨ªno se inspir¨® en el fraile sevillano para trazar su universal hidalgo: "?l fue el verdadero Don Quijote de las Indias", asegura. "Cervantes conoci¨® la vida de Las Casas y su biograf¨ªa, hecha por el mexicano D¨¢vila Padilla, que ley¨® cuando estuvo preso en Sevilla".
Seg¨²n asegura Francisco P¨¦rez, dominico de 75 a?os, 12 de ellos vividos en Per¨², los restos de fray Bartolom¨¦ fueron enterrados en la bas¨ªlica madrile?a.
Pero un hecho complic¨® las cosas: "Existi¨® un protocolo testamentario rubricado por ¨¦l cuando sigui¨® estudios en el convento vallisoletano de San Gregorio", cuenta Isacio P¨¦rez. El dominico hab¨ªa firmado una disposici¨®n seg¨²n la cual legaba al convento sus manuscritos y su pensi¨®n episcopal a cambio de recibir sepultura entre sus muros, precisa Isacio P¨¦rez. Para que su cad¨¢ver fuera enterrado en el cenobio castellano, le hab¨ªa sido reservado un lugar sobre el muro de la sacrist¨ªa. Cuando a?os despu¨¦s de morir, a primeros del siglo XVII, su voluntad postrera iba a ser cumplida mediante el traslado de sus restos desde el templo madrile?o hasta Valladolid, otro cl¨¦rigo de mayor rango falleci¨® all¨ª y se dispuso que ¨¦ste fuera sepultado en el lugar reservado para albergar los restos de fray Bartolom¨¦. Tal vez aquel intento fuera fruto de la decisi¨®n regia de Felipe III de trasladar provisionalmente la capitalidad espa?ola a la ciudad pucelana. Fuera como fuere, el cuerpo del defensor de los ind¨ªgenas qued¨® presumiblemente en Madrid, mientras la bas¨ªlica de Atocha era reformada en sucesivas ocasiones. Una de ellas, cuando parte de su recinto fue destinado a albergar el Pante¨®n de Hombres Ilustres, en la regencia de Mar¨ªa Cristina de Habsburgo-Lorena, a finales del siglo XIX. La ¨²ltima reforma del templo original sobrevino el a?o 1926, al ser consagrado como bas¨ªlica, con derecho a tres puertas, por P¨ªo IX. El 20 de julio de 1936, dos d¨ªas despu¨¦s del levantamiento faccioso en Marruecos de Franco contra la Rep¨²blica, la iglesia fue incendiada y qued¨® arrasada por el fuego. Edificado un colegio contiguo y reconstruida la bas¨ªlica en 1949, los restos de fray Bartolom¨¦ se perdieron.
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