El triunfalismo cr¨®nico FERNANDO BERGAM?N ARNICHES

Hace no muchos d¨ªas escuch¨¦ en palabras de uno de nuestros comentaristas taurinos m¨¢s conocidos una alusi¨®n peyorativa hacia los que ¨¦l consideraba en la cr¨ªtica taurina como "esc¨¦pticos cr¨®nicos". No hacen falta excesivas cavilaciones para suponer que los que hablan y escriben de "esc¨¦pticos cr¨®nicos" vienen de un triunfalismo cronificante... que parece estar destinado a salvar la fiesta, apoyando el imparable poder p¨²blico del mercado. Un arte de creaci¨®n como el toreo no necesita salvadores desde la mitificaci¨®n soberana del adjetivo disonante y grandilocuente, ni desde la sordera y ceguera de no querer escuchar ni ver la evidencia.Estamos mucho m¨¢s necesitados de una reflexi¨®n seria sobre los males actuales del toreo y de la cr¨ªtica aguda y certera, aunque algunas veces pueda parecer excesiva y sea, a su vez, tan criticada por los triunfalistas. Lo que no puede faltar nunca es la sensibilidad, la ilusi¨®n y la alegr¨ªa de coraz¨®n, cuando en el toreo -a pesar de tantos pesares- se produce el milagro m¨¢gico de su revelaci¨®n. Y toro y torero nos dejan esos momentos e instantes ef¨ªmeros de creaci¨®n pura, de inexplicable belleza... que tantas veces hemos intentado descifrar. En esos momentos sobra todo triunfalismo, porque los primeros en sentir esa "luz que se irradia, ese esplendor luminoso", ser¨¢n siempre los que han sabido escuchar y ver "sones armoniosos", como nos dice Charles Du Bos, precisamente un cr¨ªtico literario "esc¨¦ptico". Son momentos que s¨®lo pueden producirse y crearse en el toreo desde una verdad fundamental: la presencia del toro ¨ªntegro y el hacer aut¨¦ntico de las suertes toreras, que podr¨ªan ser incluso heterodoxas en muchos casos, pero nunca fraudulentas ni tramposas.

Venimos de una feria de Sevilla triunfalista en t¨¦rminos generales, en la que en muchas ocasiones la Real Maestranza y su ya descuidado p¨²blico parec¨ªa plaza de tercera.

Llegamos a una feria isidril que, si las sustituciones y alg¨²n milagro no lo remedian, pesar¨¢ un a?o m¨¢s como esa feria plomiza de intereses comerciales y sociales que poco o nada tienen que ver con el toreo.

Menos mal que nos queda el recuerdo fresco de la faena de Curro V¨¢zquez. Faena realizada en ese horrendo supermercado de Vista Alegre, que, como toda plaza cerrada, le quita al toreo su esencia incierta y contrastada para convertirlo en circo c¨®modo y seguro. Pero en este caso pudo m¨¢s Curro V¨¢zquez con "esa claridad, esa gloria, esa bruma luminosa, ese poder en s¨ª mismo tan bello y generador" de las grandes verdades. Cuando esto sucede, el triunfalismo deja de serlo porque se hace pasi¨®n, claridad y torer¨ªa.

Fernando Bergam¨ªn Arniches es escritor.