"No s¨¦ hacer desaparecer las cosas para siempre", dice David Copperfield
El mago inicia hoy en A Coru?a su nueva gira
El mago no aparec¨ªa. No era un truco: problemas con el mal tiempo en Nueva York retrasaron su avi¨®n. ?Un mago incapaz de controlar los elementos? Eso no le hubiera ocurrido a Merl¨ªn o a Pr¨®spero. Pero David Copperfield es un mago algo m¨¢s limitado. ?l mismo lo confes¨® ayer en Barcelona: "No soy muy bueno haciendo desaparecer las cosas permanentemente; vuelven". Sin embargo, Copperfield tiene extraordinarias cartas en la manga.
Por ejemplo, en su nuevo espect¨¢culo, que hoy inicia en A Coru?a su gira espa?ola (que incluye Barcelona, Valencia, San Sebasti¨¢n, Granada, Zaragoza y Madrid), el mago, seg¨²n explic¨® ¨¦l mismo, har¨¢ desaparecer a personas del p¨²blico que reaparecer¨¢n unos minutos despu¨¦s en el otro extremo del mundo, en Hawai o R¨ªo de Janeiro. ?Aj¨¢!, muy bueno, pero en el curtido batall¨®n de periodistas que ayer asist¨ªa a la presentaci¨®n de la gira, alguien puso sordina al asunto: ?cu¨¢ntos dobles tiene? Copperfield no se inmut¨®: "Tengo un p¨²blico lleno de esc¨¦pticos", dijo, y luego explic¨® que los viajeros son seleccionados entre el p¨²blico de forma aleatoria y que se les traslada con objetos de espectadores, fotos y otros elementos tomados de la sala, que luego exhiben desde su remoto destino -donde, si quieren, apunt¨®, pueden quedarse-. ?Si falla el truco, tiene un plan alternativo preparado?. "S¨ª", respondi¨® con aplomo Copperfield: "Un bote en medio del Atl¨¢ntico".Simp¨¢tico y presto a responder cualquier cuesti¨®n, artista con muchas tablas, hombre con una mirada magn¨¦tica y cierto oscuro encanto mercurial, Copperfield se meti¨® a todo el mundo en el bolsillo. M¨¢s a¨²n porque realiz¨® un par de estupendos trucos a cuerpo limpio, con decenas de c¨¢maras y de ojos inquisitivos a pocos metros de distancia. Hasta tal punto convenci¨® el mago que cuando un casete colocado en un altavoz se desplom¨® solo todo el mundo mir¨® autom¨¢ticamente hacia Copperfield, que sonri¨®, el muy pillo. Incluso cuando se le hizo la inevitable pregunta sobre Claudia Schiffer, el mago -que hab¨ªa posado ante los fot¨®grafos con una profesionalidad que envidiar¨ªa su ex pareja- no perdi¨® su buen humor. "Fuimos seis a?os juntos, mucho tiempo; empezamos a hacernos trampa con nuestras carreras. Seguimos hablando, somos buenos amigos, le deseo toda la suerte del mundo". A?adi¨® para quien est¨¦ interesado que ha colocado todos los rumores sobre su romance y ruptura con la Schiffer en un rinc¨®n de su p¨¢gina de Internet, www.dcopperfield.com. Escarbando en el coraz¨®n del mago, se le pregunt¨® si hab¨ªa venido con su nuevo amor: "S¨ª, pero he aprendido la lecci¨®n, tendr¨¦is que averiguar qui¨¦n es" -no fue dif¨ªcil: era espigada, estaba en primera fila con una copa de cava en la mano y junto al padre de Copperfield-. ?C¨®mo la ha enamorado?, se insisisti¨®. "En la forma normal".
La ¨²nica ocasi¨®n en que se ensombreci¨® el mago fue al preguntarle qu¨¦ hab¨ªa hecho Houdini que ¨¦l no hubiera hecho a¨²n. Respondi¨®: "Morir". ?Es cierto que Copperfield mantiene la tumba del gran escapista (en el cementerio Machpelah, de Nueva York)? El mago asinti¨® gravemente con la cabeza. Copperfield, admirador de Harry Houdini, que muri¨® de peritonitis en 1926, posee cientos de objetos del personaje y la ¨²nica grabaci¨®n conocida de su voz.
?Es dif¨ªcil encontrar trucos nuevos? "Es dif¨ªcil", dijo David Copperfield, cuyo peor momento -explic¨® ayer- fue cuando se le cay¨® un Ferrari que hac¨ªa levitar. "He hecho desaparecer todos los objetos grandes, he caminado a trav¨¦s de paredes muy gruesas, escap¨¦ de Alcatraz, de las cataratas del Ni¨¢gara y de edificios que explotaban. El verdadero secreto est¨¢ en encontrar algo con que la gente sue?e mucho. Hablo con muchas personas y les pregunto qu¨¦ desear¨ªan que sucediera. De ah¨ª sali¨® lo de volar". ?A qui¨¦n le gustar¨ªa hacer desaparecer? El mago se rasc¨® la nariz y medit¨® haciendo girar entre sus dedos un bol¨ªgrafo como si fuera una varita. "No creo que los hiciera desaparecer, les cambiar¨ªa la personalidad. No soy bueno haciendo desaparecer las cosas permanentemente: la estatua de la Libertad volvi¨®, el avi¨®n tambi¨¦n -es cierto que sin maletas-". Respecto a que se le tache de mago tecnol¨®gico, apunt¨® que mucho de lo que hace "es elemental, natural, de mano, cercano". "Uso la tecnolog¨ªa para poder mostrar lo que hago a una gran audiencia, pero el acto de magia en s¨ª no es tecnol¨®gico", a?adi¨®. ?Qu¨¦ es truco y qu¨¦ poder en su magia? "Nunca he dicho que tenga poderes sobrenaturales, aunque tal vez", sonri¨®, "sea de Marte".
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