"Me interesa lo que desaparece"
"Para m¨ª, todo tiene inter¨¦s cuando s¨¦ que va a desaparecer". As¨ª responde Marisa Gonz¨¢lez (Bilbao, 1945) cuando se le pregunta el porqu¨¦ de esta exposici¨®n suya, que por primera vez en su ya dilatada trayectoria art¨ªstica aborda un tema derivado de la arquitectura. Tambi¨¦n ella se hizo la pregunta cuando hace meses se enter¨® de que la f¨¢brica que hab¨ªa surtido de pan a todo Bilbao durante un siglo iba a ser derribada. Supo -aun-que a¨²n no comprendiera la raz¨®n- que quer¨ªa ser testigo de la demolici¨®n de un inmueble por el que nunca hasta entonces se hab¨ªa interesado, y, puesto que Gonz¨¢lez es decidida y rompedora como mujer y como artista, cogi¨® sus cuadernos, sus l¨¢pices y sus m¨¢quinas de v¨ªdeo y de fotograf¨ªa y se fue a ver el espect¨¢culo."Los artistas pl¨¢sticos de hoy estamos cada vez m¨¢s influidos por otras artes, y no renunciamos a nada". Confiesa que en principio fue atra¨ªda por la misma curiosidad que la inclina a acercarse a ver de cerca los desechos o los contenedores de basura o a interesarse por los procesos de reciclado, todo un mundo mudo que habla con elocuencia de c¨®mo es nuestra sociedad. Lo que no pensaba es que un derribo llegara a interesarla como motivo art¨ªstico.
Marisa Gonz¨¢lez se form¨® como artista de vanguardia en los setenta y lo hizo en EEUU, en el departamento de Nuevas Tecnolog¨ªas que dirig¨ªa Sonia Sheridan en el Art Institute de Chicago. Cuando volvi¨® trajo con ella t¨¦cnicas que aqu¨ª sonaban a chino: registros hiperfotogr¨¢ficos, digitalizaci¨®n, manipulaci¨®n de la imagen a trav¨¦s del ordenador y el v¨ªdeo, electrograf¨ªa. Tambi¨¦n se trajo una fuerte conciencia social y feminista, y con ese bagaje t¨¦cnico e ideol¨®gico ha construido una obra de fuerte personalidad.
La artista lleg¨® a la f¨¢brica y qued¨® fascinada. "Nunca pens¨¦ que me iba a causar un impacto tan fuerte. La f¨¢brica de pan era una ciudad completa, una ciudad nocturna en la que hab¨ªa todos los servicios: limpiadores, lavanderas, costureras, cocineros, electricistas, fontaneros, carpinteros. Es l¨®gico, porque cualquier problema que surgiera ten¨ªan que solucionarlo sin recurrir al mundo exterior".
La artista empez¨® a deambular y a fotografiar sin saber muy bien qu¨¦ buscaba. O, mejor dicho, sabiendo que all¨ª hab¨ªa algo que le interesaba, aunque todav¨ªa no ten¨ªa claro por qu¨¦. "Me sent¨ªa atra¨ªda por aquellas moles inmensas, por aquellos espacios sorprendentes. Una f¨¢brica vac¨ªa es muy impactante, pero en mis trabajos siempre ha sido protagonista el ser humano".
Es cierto. En las fotos de Gonz¨¢lez nos vemos retratados cualquiera de nosotros, aunque lo que ella haya puesto frente a sus m¨¢quinas manipuladoras sea un lim¨®n deforme o un fres¨®n hendido por el cuchillo. Es una artista a la que no le importa reconocer la intencionalidad pol¨ªtica de sus obras, su valor de denuncia, y asegura que, a pesar del impacto tan fuerte que sent¨ªa paseando por aquellos espacios ahora vac¨ªos y condenados, habr¨ªa renunciado a convertirlos en motivo de un proyecto a no ser porque un d¨ªa fue a dar con los archivos. "Cuando me encontr¨¦ con los documentos de la f¨¢brica, las fotos de los obreros, las memorias de contrataciones o despidos o de las huelgas, el edificio cobr¨® vida de repente. Hab¨ªa dado con la parte humana, y en ese momento supe que iba a hacer la exposici¨®n".
La prepar¨®, y a partir del martes d¨ªa 23 puede verse en las salas de exposiciones de Telef¨®nica, en la Gran V¨ªa, donde permanecer¨¢ hasta finales de julio, para recorrer despu¨¦s otras ciudades espa?olas.
Cuatro ambientes bien delimitados componen la muestra. En el paisaje se ven fotograf¨ªas manipuladas de fachadas, artefactos y cubiertas de agua del edificio; las luminarias son una representaci¨®n dram¨¢tica de los mecanismos del poder a trav¨¦s de los libros de familia de los obreros y de las instrucciones de trabajo; el silo funciona como s¨ªmbolo del tiempo industrial que niega el tiempo individual, y el espect¨¢culo impresionante del derribo de las chimeneas gigantes mediante la imagen en movimiento completa la visita. Mujer de su tiempo, Gonz¨¢lez remata su obra con una intervenci¨®n interactiva en Internet, para la que se reclama la participaci¨®n del espectador.
Babelia
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