P¨®lvora

A la b¨²squeda de la belleza y de lo festivo casi como ¨²nico justificante vital, encontramos en la p¨®lvora la conjunci¨®n de est¨¦tica y entretenimiento. Y hemos conseguido un espect¨¢culo de colorines, ruidoso y visualmente magn¨ªfico, que lleva entreteniendo a las masas desde los tiempos de Marco Polo. Es para estas masas, siempre ¨¢vidas de emociones, para las que se inventan desde el circo hasta el f¨²tbol, pasando por los centros comerciales, los toros, los zoos o los apartamentos en primera l¨ªnea de mar.Estos festejos, unos m¨¢s peligrosos que otros, acaban de producir muertes absurdas en lugares bastante alejados geogr¨¢ficamente. Como cada a?o. Los petardos, los fuegos artificiales, la p¨®lvora en fin, se ha cobrado su tributo. Y si puede haber agravante en estos accidentes, lo hay en el hecho de que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas no ten¨ªan ninguna relaci¨®n con la industria. In¨²tiles, evitables, de una tradici¨®n idiota (como muchas otras) pero m¨¢s peligrosa. Los muchos ciudadanos que tememos ya la llegada de San Juan por lo que comporta miramos hacia la lejana Holanda confiando en que sea pionera en la prohibici¨®n de algo discutiblemente bello de cuya peligrosidad nadie duda.- Esther Melc¨®n Rodr¨ªguez. Barcelona.