El futbolista boxeador
Roy Keane no es el tipo de jugador cuyo primer instinto, despu¨¦s de marcar un gol, sea besar el anillo matrimonial, o levantar la camiseta para sacar a relucir una foto del hijo reci¨¦n nacido. El capit¨¢n del Manchester United no es un personaje que inspire ternura.En la Liga inglesa, donde abundan los hombres duros, es el m¨¢s duro. El m¨¢s temido por los rivales, el m¨¢s respetado por sus compa?eros de equipo. Pero tambi¨¦n el que todos los jugadores de la Premier m¨¢s admiran. Al final de cada temporada en Inglaterra la Asociaci¨®n de Futbolistas Profesionales vota, en secreto, para elegir el mejor jugador del a?o. Es el premio individual al que los jugadores ingleses m¨¢s aspiran. Keane acaba de ganarlo, por abrumadora mayor¨ªa. Y ahora le llega un galard¨®n menos esperado: los entrenadores espa?oles lo consideran el mejor jugador extranjero. ?Qu¨¦ es lo que los profesionales del f¨²tbol tanto aprecian en Roy Keane? La respuesta no es la habitual. El irland¨¦s no es un jugador que llame la atenci¨®n por su capacidad t¨¦cnica, por su talento individual. Es una especie de h¨ªbrido que todo lo hace bien -sea en la defensa, en el centro del campo, o en el ataque-, pero no maravillosamente bien. Lo que aporta Keane a un equipo de f¨²tbol es un valor agregado que sale no de las botas, sino del coraz¨®n: su garra competitiva no tiene igual.
Pertenece a una clase especial de jugador. El que, sin ser el m¨¢s dotado, los aficionados m¨¢s quieren. Porque transmite la sensaci¨®n de tener la misma desesperaci¨®n por ganar que los seguidores m¨¢s fan¨¢ticos. El es ellos en el campo de juego. Los entrenadores lo quieren por el mismo motivo. Buena parte del trabajo de un entrenador, como entiende H¨¦ctor C¨²per pero no tanto Louis Van Gaal, consiste en motivar a los jugadores, en crear un esp¨ªritu de equipo luchador. Keane ejerce este papel durante los 90 minutos de juego, cuando el entrenador poco puede influir. Por eso Ferguson estuvo desesperado por convencerle de que se quedara en el Manchester. Porque Ferguson sabe que Keane, como dicen los americanos de George Washington, es "el hombre indispensable". El milagro del Camp Nou, cuando el Manchester venci¨® al Bayern en la final de la Copa de Europa el a?o pasado, fue a¨²n mas milagroso de lo que pareci¨®. Porque Keane, sancionado, no jug¨®. Lo que est¨¢ clar¨ªsimo es que sin Keane el Manchester no hubiera llegado a esa final. El mejor partido que ha jugado el Manchester en los 14 a?os del reinado de Ferguson, y el mismo Ferguson lo ha dicho, fue la semifinal en el partido anterior a la final del Camp Nou contra el Juventus en Tur¨ªn. Feguson dice en su autobiograf¨ªa que nunca en su vida ha visto un jugador competir de manera m¨¢s extraordinariamente desinteresada que Keane. Pasados 15 minutos, y con el Manchester perdiendo 2-0, Keane recibi¨® una tarjeta amarilla. En ese momento Keane supo que aunque ganase su equipo el no jugar¨ªa en la final. En vez de desanimarse, Keane, escribe Ferguson, "multiplic¨® sus esfuerzos... jug¨® como si, antes de perder, estuviese dispuesto a morir, y con su ejemplo inspir¨® a todo el equipo". El Manchester remont¨® y gan¨® 3-2. El primer gol lo marc¨® Keane de cabeza. Era el minuto 27 del primer tiempo y los jugadores se pod¨ªan dar el lujo de festejar el gol. Pero Keane no estaba para besitos. ?l s¨®lo pensaba en reiniciar el partido cuanto antes. Dos de sus compa?eros no se dieron cuenta y se le acercaron para abrazarle. Keane casi les pega un pu?etazo. A nadie m¨¢s se le ocurri¨® felicitarle. Todos los jugadores del Manchester conocen su historia. Saben que antes de convertirse en futbolista fue boxeador. No hay que saberlo. Se nota.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.