Un hombre de 21 a?os mata de una cuchillada al esposo de su t¨ªa para que no la apaleara

Ram¨®n S¨¢nchez, empleado de limpieza, dominicano de 41 a?os, muri¨® en la madrugada de ayer a causa de la pu?alada que supuestamente le dio por la espalda su sobrino Eduardo Escoto, de 21, en San Sebasti¨¢n de los Reyes. El joven atac¨® a su familiar al ver que ¨¦ste no paraba de pegar a su t¨ªa, Ibe de la Cruz Escoto, esposa de la v¨ªctima. El agresor huy¨® tras clavar el cuchillo en el costado de Ram¨®n, que falleci¨® seis horas despu¨¦s en La Paz. El presunto homicida se entreg¨® ayer en Bilbao. La viuda y su familia hab¨ªan hecho un llamamiento para que se entregase.

Seg¨²n la reconstrucci¨®n policial, Eduardo mat¨® para defender a su t¨ªa de una brutal agresi¨®n. As¨ª tambi¨¦n lo han relatado la propia esposa y el hermano del fallecido que fueron testigos tanto de la paliza que sufri¨® Ibe como del tr¨¢gico desenlace.Ram¨®n S¨¢nchez era un hombre muy trabajador que beb¨ªa con frecuencia, seg¨²n sus hermanos. Su mujer explic¨® ayer: "Con dos copas perd¨ªa la cabeza y me pegaba. Y yo aguantaba y aguantaba...". Eso mismo ocurri¨® el domingo. Ram¨®n y su esposa pasaron la tarde en la tradicional fiesta dominicana que organiza la Asociaci¨®n de Madres Dominicanas el ¨²ltimo domingo de mayo. Ram¨®n bebi¨® cerveza y whisky sin parar. Hacia las once de la noche regresaron a su casa, situada en el primer piso del n¨²mero 43 de la calle de Onofre, de San Sebasti¨¢n de los Reyes. En el coche viajaba el fallecido, su mujer y el sobrino de ¨¦sta. Camino de casa, Ram¨®n amenaz¨® a su c¨®nyuge. La esposa, Ibe, lo recordaba ayer entre l¨¢grimas: "Me dec¨ªa: ahora nos vamos a casa porque yo all¨ª te voy a dar una paliza con la correa. Pero una paliza como se le da a una mujer, y luego te voy a picotear y te voy a llevar a tu pa¨ªs picoteada".

"Te voy a matar"

Al llegar a la casa, Ram¨®n, seg¨²n los testigos, cogi¨® un tel¨¦fono m¨®vil y golpe¨® a su mujer en la cabeza. Le abri¨® una brecha en la ceja, de unos cinco cent¨ªmetros, mientras le gritaba: "Te voy a matar, te voy a matar", seg¨²n recuerda Ibe.

El sobrino de la mujer, lleno de rabia, fue a la cocina, cogi¨® un cuchillo y atac¨® por la espalda al esposo de su t¨ªa. Ram¨®n qued¨® tirado en el suelo. La hoja de acero, de 15 cent¨ªmetros, perfor¨® el h¨ªgado de la v¨ªctima. La mujer no se dio cuenta de la pu?alada hasta que se agach¨®. "Vi que se acercaba a mi marido por la espalda para empujarle. Mi esposo cay¨® al suelo y cuando me agach¨¦ le vi que estaba desangr¨¢ndose", dijo la viuda.

La esposa avis¨® a la polic¨ªa local de San Sebasti¨¢n de los Reyes, que, a su vez, alert¨® al 061 del Insalud. Una UVI m¨®vil del servicio de urgencias traslad¨® al herido al hospital La Paz. La v¨ªctima muri¨® en el quir¨®fano, seg¨²n un portavoz m¨¦dico, ya que la cuchillada le atraves¨® el h¨ªgado y la ves¨ªcula.

Ibe explicaba ayer que su sobrino no dijo nada durante la agresi¨®n, aunque vio en su mirada un gesto de ira: "Mi sobrino escuch¨® c¨®mo me amenazaba. Se conoce que se le qued¨® clavado todo en la mente y al llegar a casa y ver que me pegaba pens¨® que me iba a matar y por eso hizo eso". "Otras veces", agregaba la mujer, "mi sobrino hab¨ªa visto que me chillaba y me amenazaba. El chico, cuando ve¨ªa as¨ª a mi marido, lo que hac¨ªa era irse de casa para no ver lo que pasaba. Otras veces me dec¨ªa que cogiese a mi hija de seis a?os y que le dej¨¢ramos tirado en la casa".

El fallecido y su supuesto homicida manten¨ªan muy buenas relaciones, seg¨²n la famlia. Adem¨¢s, viv¨ªan en la misma casa de San Sebasti¨¢n de los Reyes y trabajaban en la misma empresa de limpiezas de cristales y portales.

"Se ten¨ªan mucho aprecio y no entendemos c¨®mo ha podido cometer el crimen. No cre¨ªa que Eduardo pudiese cometer un acto tan vil y tan malo. Uno no se puede meter en los problemas de marido y mujer. Se puede meter para apartarlos, pero no para matarlos. ?l lo hizo sin mediar palabra", declara un hermano de Ram¨®n S¨¢nchez.

La mujer del fallecido reconoce que nunca hab¨ªa denunciado a su marido por miedo. "Eso no lo podemos hacer. Me amenazaba mucho, pero palizas grandes no me daba a menudo", recurda. Y a?ade entre sollozos: "?l era bueno, s¨®lo era malo cuando beb¨ªa".