Los espa?oles olvidan la ¨¦pica
Sin convicci¨®n, Moy¨¤, Mantilla, Bruguera y Berasategui caen eliminados
?Qu¨¦ ha ocurrido con el car¨¢cter espa?ol? ?D¨®nde est¨¢ aquella garra que hizo famosa a la armada del tenis e hizo proclamar que est¨¢bamos frente a una de las mejores generaciones? ?Por qu¨¦ en algunos jugadores ha desaparecido la absoluta convicci¨®n en la victoria, que permiti¨® en 1998 que dos espa?oles disputaran la final de Par¨ªs y la del Masters? Lo que ayer ocurri¨® en las pistas de Roland Garros es un hecho para el an¨¢lisis. No por las m¨²ltiples e impensables derrotas que se produjeron entre los jugadores espa?oles (ganaron seis de 14 entre los hombres), sino por la forma c¨®mo se fueron sucediendo.La armada sufri¨® una semi debacle, s¨®lo salvada por los triunfos del tenis femenino (s¨®lo Mar¨ªa Antonia S¨¢nchez perdi¨® de las siete que entraron en juego) y por las victorias de Corretja, Juan Carlos Ferrero, Albert Costa, Fernando Vicente y Albert Portas. Fue lastimoso ver c¨®mo Carles Moy¨¤, F¨¦lix Mantilla, Alberto Berasategui o el mismo Sergi Bruguera, el m¨¢s justificado, perd¨ªan frente a jugadores de un nivel t¨¦cnico notablemente inferior. Cuesta comprender por qu¨¦ fueron derrotados, dejando escapar ya desde su deb¨² todas sus posibilidades de hacer un buen papel en Par¨ªs. Para todos ellos el torneo de Roland Garros es el m¨¢s importante del a?o. Y ninguno de ellos acept¨® con gusto su derrota, seguro.
Pero algo les est¨¢ atenazando, les est¨¢ impidiendo demostrar d¨®nde est¨¢ su verdadero nivel, y cada vez parece m¨¢s evidente que han perdido un poco el sentido de la ¨¦pica y el esp¨ªritu indispensable para jugar en tierra batida. La tierra exige sacrificio. Y cuando la cuenta corriente est¨¢ llena de ceros, el sacrificio es mucho m¨¢s dif¨ªcil. Es una situaci¨®n inconsciente y rebatible en todos los casos. Nadie va a reconocer que trabaja menos que antes, que tiene menos mentalidad ganadora, o que ahora vislumbra el futuro con una filosof¨ªa distinta a cuando empezaba su carrera. Pero ninguno de estos jugadores cuida ahora los detalles de su preparaci¨®n de la misma forma que lo hac¨ªa cuando estaba escalando posiciones en el r¨¢nking. Y como consecuencia pierden partidos que antes acababan ganando.
Es posible que eso no tuviera ninguna incidencia en su rendimiento, pero no parece lo m¨¢s l¨®gico que Moy¨¤ se fuera a Madrid (donde acudi¨® a visitar a una amiga) y concluyera all¨ª, junto a Pato Clavet, la prerapaci¨®n para disputar el torneo de Roland Garros.
Sin embargo, es cierto que esa no fue la causa de su derrota frente al argentino Hernan Gumy, 93? mundial, que no hab¨ªa logrado ganar m¨¢s de dos partidos seguidos esta temporada. "El problema es que hubo un momento en que me daba igual ganar que perder", reconoci¨® el mallorqu¨ªn. "Con dos sets a cero abajo, yo ya pensaba que la cosa estaba muy dif¨ªcil, puesto que si ganaba me esperaba Albert Costa en la pr¨®xima ronda".
No son estos los mejores pensamientos para ganar un partido. "Mi problema", corrobor¨®, "fue que al final, ya en el quinto set, me motiv¨¦. Y ah¨ª fue la cagada. Porque hubiera preferido perder en tres mangas. No me hubiera afectado tanto". A los 23 a?os estas reflexiones tan sinceras son preocupantes, porque delatan un estado de ¨¢nimo impropio de esa edad.
Afortunadamente, Corretja y Ferrero , que ayer cerraron dif¨ªciles y luchados partidos a cinco mangas, aportaron un halo de esperanza porque ganaron m¨¢s con el coraz¨®n y con cierta dosis de ¨¦pica -ellos s¨ª la tuvieron- que con su tenis, a Fernando Meligeni y a Slava Dosedel respectivamente. Arantxa, Conchita, Le¨®n, Serna y la joven Marta Marrero, de 17 a?os, se impusieron en dos sets.
La mayor sorpresa del d¨ªa fue la eliminaci¨®n de Lindsay Davenport, la segunda cabeza de serie, que lleg¨® a Par¨ªs con dos partidos en tierra a sus espaldas, frente a la belga Dominique Van Roost.
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