Horarios

Quisiera manifestar mi m¨¢s profunda discrepancia con el art¨ªculo del se?or Germ¨¤ Bel publicado el pasado d¨ªa 23 con el t¨ªtulo ?Qu¨¦ hacemos con los horarios comerciales? El texto rezuma un total desconocimiento de cu¨¢l es la realidad socio-econ¨®mico-familiar del peque?o comercio y define la m¨¢s salvaje de las teor¨ªas economicistas: dejemos al mercado que por s¨ª solo lo regule todo. No entiendo muy bien esa obsesi¨®n que ¨²ltimamente tienen algunos de considerar que las personas han de tener "libertad de elecci¨®n" para comprar c¨®mo, cu¨¢ndo y a la hora que quieran, elevando esto a categor¨ªa de demanda social de primer orden, lo cual representa una absoluta falsedad.Los profesionales somos nosotros, y conocemos perfectamente cu¨¢ndo puede haber, espor¨¢dicamente, con motivo de una festividad o conmemoraci¨®n, una demanda real de compra, y puedo asegurar que nadie nos tiene que avisar ni nos duele tener que abrir. Es realmente un sarcasmo que el se?or Bel se pregunte "si es posible avanzar con la libertad de horarios sin riesgo de causar perjuicios relevantes al comercio tradicional" y despu¨¦s nos proponga su teor¨ªa de la discriminaci¨®n positiva. No nos hace falta, simplemente no queremos la "libertad de horarios". - Mar¨ªa Carmen Ar¨¦valo Mu?oz, presidenta de la Associaci¨® de Botiguers del Clot. Barcelona.