IU propone en Benalm¨¢dena alejar las antenas de telefon¨ªa m¨®vil a m¨¢s de 500 metros de los colegios Los efectos sobre la salud de los repetidores empiezan a preocupar a los ciudadanos

M¨¢s de 10.000 antenas de telefon¨ªa m¨®vil coronan otros tantos edificios, torres y montes de Espa?a. La cantidad es tan grande como escasa la legislaci¨®n. No existen conclusiones m¨¦dicas tajantes sobre su repercusi¨®n para la salud. Sin embargo, cada informe incluye recomendaciones de precauci¨®n con el uso de los tel¨¦fonos m¨®viles. Sobre las antenas, que multiplican la emisi¨®n de radiaciones, hay a¨²n menos documentaci¨®n.Pero Izquierda Unida ha propuesto en Benalm¨¢dena (M¨¢laga) alejarlas 500 metros de colegios o lugares frecuentados por ni?os y 150 del resto de lugares habitados.

Algunos vecinos de Benalm¨¢dena han mostrado por carta su inquietud a las autoridades municipales. Otros, ciudadanos brit¨¢nicos, han llegado m¨¢s lejos y han escrito a europarlamentarios de su nacionalidad para que se interesen sobre el asunto. No en vano, M¨¢laga es la tercera provincia en uso de tel¨¦fonos m¨®viles del pa¨ªs, detr¨¢s de Madrid y Barcelona. Enrique Nicora es el concejal de IU en Benalm¨¢dena que ha hecho la propuesta de alejar las antenas de las personas. De su petici¨®n, pionera en Espa?a, ya le ha enviado copia a algunos concejos asturianos que se lo han solicitado. Despu¨¦s de navegar, casi bucear, por Internet, Nicora reconoce que no ha encontrado mucha informaci¨®n sobre el asunto y, por supuesto, ninguna conclusi¨®n definitiva. S¨®lo algunas localidades de Australia, seg¨²n ha comprobado en la red, ejercen alg¨²n tipo de prevenci¨®n con estas ondas electromagn¨¦ticas, estableciendo distancias m¨ªnimas entre los ciudadanos y las antenas. El concejal de IU se ha inspirado tambi¨¦n en una sentencia de un juzgado de Murcia sobre un transformador el¨¦ctrico propiedad de la empresa el¨¦ctrica Iberdrola, situado en un edificio habitado, que genera m¨¢s microteslas (unidad de medida de las radiaciones electromagn¨¦ticas) de las autorizadas (0,3). Nicora afirma que Iberdrola deber¨¢ rebajar las emisiones de su maquinaria al nivel permitido, trasladar el transformador o comprar la vivienda de los inquilinos. El representante de Izquierda Unida basa su propuesta en que las antenas de telefon¨ªa m¨®vil emiten ese mismo tipo de ondas aunque reconoce que no tiene cuantificada la radiaci¨®n.

La UE ya ha constituido un grupo de trabajo denominado Reflex 2000 que ha ofrecido algunos consejos que despu¨¦s la Comisi¨®n ha convertido en recomendaci¨®n, que no ley, de la que ha salido la propuesta de Benalm¨¢dena. La iniciativa de IU, no ha sido aprobada a¨²n, pero s¨ª se ha creado una comisi¨®n para analizar el asunto.

Nuevo paisaje

La proliferaci¨®n de antenas de telefon¨ªa m¨®vil es un fen¨®meno dif¨ªcil de atajar. Todo lo concerniente a las comunicaciones inal¨¢mbricas ha sido declarado por el Ministerio de Fomento como "de utilidad p¨²blica". Luego, la falta de legislaci¨®n, la nula voluntad de las distintas operadoras de compartir equipamientos y la generosa contribuci¨®n de las compa?¨ªas a las comunidades de vecinos hacen el resto.

El paisaje espa?ol de este final de siglo quiz¨¢ se caracteriza m¨¢s por la gran cantidad de antenas de telefon¨ªa m¨®vil que, por ejemplo, por el n¨²mero de toros de Osborne. Es f¨¢cil instalar repetidores en suelos r¨²sticos, aparentemente vetados a la construcci¨®n. Donde no cabe otra cosa, cabe una antena. En el ¨¢mbito urbano, s¨®lo las diferentes normativas municipales sobre obras regulan su instalaci¨®n. A las operadoras les basta con solicitar una licencia de obra en la que s¨®lo deber¨¢n indicar, gen¨¦ricamente, la actividad pero no las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas de los equipos que van a operar sobre las cabezas de muchos vecinos. Seg¨²n un especialista en telecomunicaciones, el futuro es a¨²n m¨¢s complicado, ya que la telefon¨ªa que viene dar¨¢, sin duda, mejor calidad, pero estar¨¢ basada en una red m¨¢s tupida de antenas a¨²n que la actual.

Tampoco es extra?a la facilidad con las que muchas comunidades de vecinos dejan instalar en sus azoteas estas antenas; una cifra que var¨ªa entre 60.000 y 100.000 pesetas de renta por mes (entre 700.000 y 1.200.000 pesetas anuales) ablandan las reticencias de los presidentes, hartos a veces de reclamar la mensualidad de la comunidad, y hacen olvidar cualquier posible problema de salud. Tambi¨¦n es cierto que las operadoras tienen prevista la contingencia de que a los vecinos les preocupe la repercusi¨®n para su salud. A falta de estudios propios, algunas de estas compa?¨ªas muestran a los presidentes vecinales un documento repleto de informaciones en las que diversos estudios cient¨ªficos concluyen que no existe problema alguno para la salud.