El milagro irland¨¦s

Me gustar¨ªa felicitar a Carlos Fuentes por su art¨ªculo sobre la Rep¨²blica de Irlanda, un bello y acogedor pa¨ªs, como ¨¦l mismo dice, en el que resido desde 1993 y sobre el que se escribe poco en la prensa espa?ola. Pero quisiera reprocharle que su visi¨®n sobre el reciente milagro econ¨®mico de Irlanda es tan id¨ªlica como superficial, muy en la l¨ªnea de la propaganda gubernamental al uso en esta rep¨²blica. El milagro econ¨®mico irland¨¦s tiene luces y sombras, y no es exportable a otras latitudes, ni quiz¨¢ sea ello deseable. La "globalizaci¨®n" de la econom¨ªa irlandesa consiste en sacar partido del espectacular crecimiento econ¨®mico que de la mano de las nuevas tecnolog¨ªas disfruta Estados Unidos desde principios de la d¨¦cada de los noventa, y depende excesivamente de la viabilidad de aqu¨¦l.A pesar de que, como el se?or Fuentes menciona en su art¨ªculo, el 84% de las empresas de Irlanda sea de nacionalidad irlandesa, el peso espec¨ªfico de las multinacionales norteamericanas de la inform¨¢tica y de otros sectores como el farmac¨¦utico en la econom¨ªa de este pa¨ªs es enorme. Para extraer la inversi¨®n extranjera, Irlanda tuvo a su favor el ser un pa¨ªs de habla inglesa con una mano de obra barata, joven y abundante hasta ¨¦poca reciente. Pero no bast¨® con "alimentar y educar": hubo que lograr que la poblaci¨®n asumiera sin reservas la ortodoxia neoliberal del modelo econ¨®mico anglosaj¨®n y aprovechar la falta de armonizaci¨®n fiscal dentro de la UE para dise?ar un sistema impositivo desproporcionadamente ventajoso para las grandes empresas multinacionales, y que supone una competencia desleal para con sus socios europeos en el terreno de la creaci¨®n de empleo.

Para compensar esta p¨¦rdida de ingresos, la Rep¨²blica de Irlanda mantiene la tasa de gasto p¨²blico por habitante m¨¢s baja del mundo desarrollado. Las desigualdades sociales de la Irlanda del a?o 2000 pueden parecer tolerables si se las compara con la situaci¨®n de M¨¦xico o Brasil, pero resultan brutales si se tiene en cuenta que se trata de un pa¨ªs de la UE con un PIB per c¨¢pita que supera ya al del Reino Unido y se aproxima al de Alemania. Las infraestructuras de Irlanda son tercermundistas, el transporte p¨²blico es inadecuado y en ocasiones inexistente, la asistencia sanitaria carece de cobertura universal gratuita como en EEUU. Este d¨¦ficit de bienestar y calidad de vida no es un simple rezago o asignatura pendiente: es el precio que la sociedad irlandesa ha tenido que pagar por la espectacular creaci¨®n de empleo y riqueza de los ¨²ltimos a?os. Y todo ello ha sido fruto de la negociaci¨®n y el consenso entre los agentes sociales. ?Se podr¨ªa aplicar esta f¨®rmula en Espa?a? Lo dudo.- .