'Caso Ma?ueco': traiciones y venganzas

La divisi¨®n a muerte que ha resurgido p¨²blicamente esta semana en el Partido Popular de Palencia es otra vez la historia del fracaso de venganzas pol¨ªticas por antiguas traiciones. El presidente provincial de los populares, Jes¨²s Ma?ueco, l¨ªder hist¨®rico y representante de la vieja guardia procedente de Alianza Popular, y el nuevo presidente de la Diputaci¨®n y sus cuantiosos fondos p¨²blicos, Enrique Mart¨ªn, se aborrecen. As¨ª, llevan un a?o dispar¨¢ndose esc¨¢ndalos e irregularidades en su gesti¨®n como si fuesen dardos. Ma?ueco ha salido perdiendo: fue forzado a dimitir como consejero del presidente de Castilla y Le¨®n, Juan Jos¨¦ Lucas, ante las denuncias por supuesto tr¨¢fico de influencias contra su hijo y va a ser aparcado en el Senado. El PP est¨¢ alerta porque teme que Palencia sea algo m¨¢s que una espita.El caso Ma?ueco podr¨ªa no ser al final muy diferente a los de Francisco Tomey, en Guadalajara; Carlos Fabra, en Castell¨®n; Jos¨¦ Luis Baltar, en Ourense; Francisco Cacharro, en Lugo, y bastantes otros. El PP quiere renovar en el pr¨®ximo oto?o en torno al 50% de sus c¨²pulas provinciales, que se han quedado desfasadas respecto a la filosof¨ªa del centro reformista proclamada en el 13? Congreso Nacional. La nueva direcci¨®n de los populares, encabezada por Javier Arenas como secretario general, ya ejecut¨® una primera limpieza en los c¨®nclaves regionales de 1999. Ahora les toca a las estructuras provinciales, posiblemente las m¨¢s complicadas por su lejan¨ªa a la disciplina de Madrid y su enorme capacidad para repartir poder en puestos institucionales.

Castilla y Le¨®n, con 40.000 afiliados al partido, el 56% de los votos (900.000 papeletas) y, seg¨²n admiti¨® Arenas, la mayor "concentraci¨®n de gobierno y responsabilidad de poder [del PP] de toda Espa?a", es un feudo casi inexpugnable de Lucas y sus barones.

Adem¨¢s, el PP ya comprob¨® que no siempre es f¨¢cil imponer desde Madrid una operaci¨®n de cirug¨ªa contra un presidente provincial. Lo intent¨®, sin ir m¨¢s lejos y sin ¨¦xito, en el anterior congreso del partido en Palencia. Y en el precedente. Ma?ueco ha sido durante 16 a?os el m¨¢ximo responsable de la Diputaci¨®n Provincial y lleva otro periodo similar de largo, aunque con par¨¦ntesis, al mando de los populares.

Ma?ueco, hombre hecho a s¨ª mismo y que aprob¨® en pocos a?os toda la carrera de Derecho en la Universidad a Distancia local, con alg¨²n curso en el que super¨® trece asignaturas con tutores luego invitados a unos cursillos de verano montados por la propia Diputaci¨®n, cree que es el poder pol¨ªtico de Palencia. Y ese axioma se ha cumplido durante tanto tiempo que le delat¨® en varios gestos en su despedida de la misma, hace un a?o, cuando tuvo que dejar ese cargo porque fue llamado por Lucas para ejercer, hasta su forzada dimisi¨®n del pasado mi¨¦rcoles, como consejero de Presidencia.

Ma?ueco se hizo regalar un bast¨®n de mando especial, que cost¨® a las arcas de la Diputaci¨®n unas 120.000 pesetas, para llev¨¢rselo de recuerdo y encarg¨® una galer¨ªa de retratos de los mandatarios de ese organismo desde la Rep¨²blica, seis, que costaron algo m¨¢s de un mill¨®n de pesetas, aunque el suyo, el m¨¢s grande, supuso la mitad de esa inversi¨®n. Ese lienzo fue pintado por el que ahora es concejal de Cultura del PSOE en el Ayuntamiento de la capital, que el PP perdi¨® en las elecciones municipales de 1999.

El primer duelo abierto entre Ma?ueco y Mart¨ªn, su sucesor en la Diputaci¨®n, surgi¨® hace casi ocho a?os. Desde la direcci¨®n del partido se apremi¨® entonces al primero a renunciar a alguno de sus muchos cargos porque quer¨ªa ser adem¨¢s diputado nacional. Ma?ueco acept¨® abandonar el despacho de presidente del PP, pero si pod¨ªa situar en ¨¦l a Jos¨¦ Luis G¨®mez Guijas, su vicepresidente de la Diputaci¨®n, amigo suyo y en aquel tiempo tesorero del partido en Castilla y Le¨®n. Sobre G¨®mez Guijas, empresario ahora a cargo de los servicios de conducci¨®n del gas en muchas ciudades espa?olas y amigo personal tambi¨¦n del propio Lucas, se cuentan numerosas especulaciones. Ninguna de esas sospechas o incluso imputaciones por actuaciones que tuvo en la Diputaci¨®n han cuajado, sin embargo, en nada.

El sector cr¨ªtico a Ma?ueco, cuando supo de sus intenciones de colocar a G¨®mez Guijas en su puesto, reaccion¨® y propuso a Mart¨ªn como alternativa. Ma?ueco nunca se lo perdon¨® y retir¨® la candidatura de su amigo. Mart¨ªn tambi¨¦n lo dej¨® y result¨® elegida Maritina S¨¢nchez.

Aquella llama se aviv¨® hace tres a?os, en el siguiente congreso del PP palentino, aunque entonces Ma?ueco, que ya no era diputado, no tuvo problemas para vencer incluso a la lista alternativa que patrocinaron Francisco ?lvarez Cascos, como secretario general, desde Madrid y Jes¨²s Merino, como secretario regional, con un resultado a su favor de casi el 70% de los delegados.

Hace un a?o, cuando abandon¨® la Diputaci¨®n para tener acceso a la Consejer¨ªa de Presidencia de la Junta castellano-leonesa, Ma?ueco tambi¨¦n intent¨® rellenar ese hueco con uno de sus hombres. Sus cr¨ªticos y Mart¨ªn volvieron a saltar con el apoyo de algunos dirigentes regionales y nacionales. Mart¨ªn se consolid¨® como la mejor opci¨®n y Ma?ueco le sentenci¨®.

Como presidente provincial del PP, Ma?ueco intent¨® primero que Mart¨ªn no entrase en la lista del Ayuntamiento de la capital como es tradici¨®n como n¨²mero dos, sino en un pueblo, Carri¨®n, donde ¨¦l podr¨ªa lograr que no saliese elegido. Cuando esa operaci¨®n se frustr¨®, le boicote¨® en la campa?a electoral. As¨ª, lleg¨® a programar una reuni¨®n del PP para votar la idoneidad del candidato, algo que nunca se hab¨ªa previsto antes cuando el aspirante era ¨¦l.

Mart¨ªn no recibi¨® invitaciones para participar en ning¨²n mitin del PP. Cuando protest¨®, se le exigi¨® que enumerase por escrito en qu¨¦ sitios le gustar¨ªa ejercer como orador. Cuando los se?al¨® y acudi¨® a ellos, se vio totalmente solo, sin nadie del PP, con que no se hab¨ªa montado ning¨²n operativo y ni las sillas estaban preparadas para escucharle.

Ya con Ma?ueco de consejero y con Mart¨ªn en la Diputaci¨®n, la pugna se traslad¨® a otros ¨¢mbitos, sobre todo al despacho de Lucas en Valladolid, donde ambos pon¨ªan verde a Mart¨ªn con todo tipo de maledicencias. Fue as¨ª como Lucas se enter¨® de que Ma?ueco ten¨ªa una nuera contratada de camarera en el Castillo de Monz¨®n, un albergue restaurado por la Diputaci¨®n de Palencia y que fue en su d¨ªa de la red de Paradores.