Fotograf¨ªa y arquitectura
JOSU BILBAO FULLAONDO
Acaba de levantar su exposici¨®n Como mil flores en Castro Urdiales y est¨¢ preparando desde hace semanas la Gu¨ªa de arquitectura del Bilbao metropolitano. Para Jos¨¦ Alberto Gand¨ªa (Bilbao, 1960), los motivos florales son manifiesto de su amor por la naturaleza. Forman parte de una afici¨®n desde donde, adem¨¢s, investiga sobre la luz y el color. Pero su actividad profesional, tambi¨¦n su vocaci¨®n, se desarrolla en complicadas tomas de edificios y parajes. En estos casos, con frecuencia, el respeto por la geometr¨ªa y las formas hace hueco a la originalidad de la toma. No vale alcanzar un efectismo deslumbrante. Los detalles siempre son materia de inter¨¦s, pero su abstracci¨®n les hace poco definitorios. A todos estos ajustes de belleza hay que a?adir una descripci¨®n del conjunto para alcanzar un resultado satisfactorio para el cliente.
Esta cadena de operaciones lleva una generosa interpretaci¨®n de la arquitectura, siempre resaltando sus estrofas m¨¢s brillantes. En su apariencia fotogr¨¢fica, una piedra cualquiera debe convertirse en grito de originalidad para quien la dise?¨®. ?Donde est¨¢ el autentico artista? Dif¨ªcil respuesta cuando se trata de compartir laureles. Inevitablemente es un ¨¦xito participado. La satisfacci¨®n fluct¨²a entre constructor y observador. Un binomio, con frecuencia chocante, del que siempre sale beneficiado el edificio.
La sensibilidad de Gand¨ªa por esta especialidad fotogr¨¢fica nace desde sus estudios en la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura. En sus primeros a?os en Barcelona, adem¨¢s de asistir a las aulas, conoci¨® a gente del cine y la publicidad. El gusanillo por la c¨¢mara naci¨® con ellos. De vuelta a casa, la decisi¨®n se fortaleci¨®. Fueron exposiciones y publicaciones. Llegaron trabajos para instituciones en Catalu?a, Cantabria y Pa¨ªs Vasco sobre edificios singulares. Recuerda con especial cari?o su participaci¨®n en los tres primeros n¨²meros de la revista diVERSA, una publicaci¨®n de arte y arquitectura hecha por la Asociaci¨®n Cultural Matxin de Estudiantes en la Escuela de San Sebasti¨¢n. Su constante aprendizaje se vio recompensado en 1998. La Fundaci¨®n Guggenheim de Nueva York le invit¨® a colaborar con el fot¨®grafo Timothy Hursley en la elaboraci¨®n de su revista oficial, donde se incorporaban tomas del museo en Bilbao.
Sus im¨¢genes son resultado de una pasi¨®n personal por la est¨¦tica de las formas. Con medios formatos (pel¨ªcula de 6x9), siempre en color, explica los edificios con claridad meridiana. Se esfuerza denodadamente en conseguir la excelencia y con el menor n¨²mero de fotos definir de manera global un edificio. Cuando se centra en la parte por el todo, esa figura ret¨®rica tan recurrente en imagen como es la sin¨¦cdoque, ofrece una aproximaci¨®n al objeto que desvela sugerencias de otra manera inexpugnables. Consciente de que la luz es materia prima imprescindible, juega con ella para incorporar el valor pl¨¢stico deseado. Su producto es homologable al de Lluis Casals, Ferran Freixa, Duccio Malagamba o Eugeni Pons, firmas con audiencia en Espa?a y tambi¨¦n en el extranjero.
Se trata de un estilo abierto que trasversalmente se encuentra con la historia de su g¨¦nero. Les piden im¨¢genes documentales y, sin embargo, los autores redescubren e interpretan matices a su antojo sin olvidar la demanda. Una simbiosis de profesi¨®n y creatividad, exteriores con luz natural donde se elige el crep¨²sculo o el amanecer. Evitan la violencia del sol. Recogen su luz m¨¢s atenuada porque resulta m¨¢s c¨¢lida y misteriosa.
Las farolas reci¨¦n encendidas, o con el temblor de ser apagadas de un momento a otro, aportan destellos artificiales. As¨ª realizado, un cromatismo m¨¢gico luce en los trajes de los inmuebles urbanos. Visten etiqueta para definir su m¨¢xima hermosura. Los interiores se traducen con luces tenues y amables. El sobresalto llega de fuera con la claridad estridente de un ventanal. Buscan suavizar excesos racionales del arquitecto, acercarse con ternura al criterio del paseante.
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