Tanguy
Rodeado de libros m¨ªos y ajenos en esta Feria de Madrid, escojo Tanguy de Michel o Miguel del Castillo, resucitado ahora con el aval de Mu?oz Molina, libro capital para recuperar la memoria de lo cotidiano en los a?os cuarenta, por el que estuve luchando en varias editoriales espa?olas, hace 15 a?os, sin ¨¦xito. S¨®lo consegu¨ª apadrinar una edici¨®n andorrana en catal¨¢n, cuando este libro hab¨ªa sido best seller en los a?os 50 y su fama lleg¨® a oidos del general, hasta el punto de que utiliz¨® a los Luca de Tena para traer a su presencia a aquel joven hispanofranc¨¦s que tan demoledor testimonio daba de los hospicios de la Espa?a triunfal.Hijo de madre espa?ola republicana y de padre franc¨¦s, el ni?o Miguel del Castillo fue abandonado en el sur de Francia en plena retirada de los vencidos y los alemanes lo repatriaron, es un decir, al Asilo Dur¨¢n, una instituci¨®n clerical infamante, situada en las cercan¨ªas de Barcelona y dedicada a la infancia derrotada por la guerra y la postguerra. Desde entonces, Miguel del Castillo conserv¨® una relaci¨®n de amor odio con la Espa?a que le hab¨ªa creado, abandonado y entregado a la m¨¢s dura de las caridades p¨²blicas. Despu¨¦s de Tanguy la obra literaria de Michel del Castillo se ha basado casi siempre en Espa?a y lo espa?ol como materia, desde un leg¨ªtimo rencor a veces, siempre con una alt¨ªsima calidad literaria que han hecho de este autor uno de los emblemas de la literatura francesa contempor¨¢nea.
Exito incuso en la Espa?a de Franco, Tanguy no entraba en los c¨¢lculos de algunos directores literarios postmodernos a los que a veces hab¨ªa que explicarles qui¨¦n era Michel del Castillo e incluso qui¨¦n era Franco. En los 50 le¨ª este libro con los ojos ateridos, desde la amenaza pendiente sobre mi cabeza durante toda la infancia: si te portabas mal pod¨ªas ir al Asilo Dur¨¢n. Consegu¨ª evitarlo y a veces cuando me sorprendo demasiado correcto, demasiado domesticado presiento que se debe a aquel terror de infancia. Transgresi¨®n equival¨ªa a Asilo Dur¨¢n. Tanguy ha de ser una lectura obligatoria para la Espa?a que debe recordar sus limpiezas ¨¦tnicas.
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