La negativa a hacer una autopsia impide saber si una mujer sufr¨ªa del mal de las 'vacas locas'

La mujer fallecida el 31 de mayo en el hospital de Sierrallana (Torrelavega), presuntamente a causa de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, de caracter¨ªsticas similares a la encefalopat¨ªa bovina espongiforme (el mal de las vacas locas) y enterrada dos d¨ªas despu¨¦s sin que se le practicase la autopsia por la negativa de los m¨¦dicos, hab¨ªa recibido hace cuatro a?os, por otra enfermedad, un injerto de tejido ¨®seo de origen bovino fabricado en el Reino Unido. Aunque no est¨¢ demostrado que este material transmita el mal, el examen hubiera despejado dudas sobre si la fallecida, de 64 a?os, padec¨ªa la enfermedad de las vacas locas. La exhumaci¨®n del cerebro resultar¨ªa ahora in¨²til a causa de su deterioro.

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, descrita por primera vez en los a?os veinte, no tiene relaci¨®n con los alimentos de vacuno y se presenta en todo el mundo con una incidencia de un caso por cada mill¨®n de habitantes. Afecta casi siempre a personas mayores de 60 a?os. Los pacientes mueren en general en el plazo de cuatro a seis meses. En 1996, sin embargo, las autoridades brit¨¢nicas sorprendieron al mundo al anunciar la muerte de 10 personas a ra¨ªz de una variante de la Creutzfeldt-Jakob. Este nuevo mal proced¨ªa supuestamente de la ingesta de restos de vacas que sufr¨ªan la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (las vacas locas). Hasta la fecha han muerto al menos 52 personas en el Reino Unido por esta causa. La fallecida en Cantabria sufr¨ªa en principio la variante cl¨¢sica de la Creutzfeldt-Jakob. Ahora bien, el hecho de que hubiese recibido un injerto con alg¨²n tipo de material procedente de vacuno brit¨¢nico -como consta en su historial-, daba alas a la posibilidad de que tuviese la nueva variante de la enfermedad. As¨ª, la autopsia, siempre seg¨²n fuentes m¨¦dicas, podr¨ªa haber permitido conclusiones de alto inter¨¦s cient¨ªfico, esto es, despu¨¦s de confirmar el diagn¨®stico del mal saber qu¨¦ influencia pudo tener el material introducido en el desarrollo de la enfermedad.

?ngeles, hija de la fallecida, guarda secreto sobre los nuevos pasos legales que la familia va a emprender. "En su momento puede que hablemos, no queremos dar ning¨²n paso en falso. Ojal¨¢ esto sirva de ayuda a la sociedad. Ha sido una enfermedad terrible con una agon¨ªa espantosa". No exagera. El profundo deterioro mental y las convulsiones de tipo epil¨¦ptico constituyen un cuadro final de los afectados dif¨ªcilmente superable por sus familiares.

Los pat¨®logos del hospital de Valdecilla (Santander) y de Sierrallana se han enzarzado en una agria pol¨¦mica sobre la negativa a realizar la autopsia. El Insalud ha anunciado una investigaci¨®n de car¨¢cter interno.

El jefe del departamento del Servicio de Anatom¨ªa Patol¨®gica del Hospital Marqu¨¦s de Valdecilla, el catedr¨¢tico Fernando Val Bernal, ha declarado que la negativa se debi¨® a las "irregularidades" relacionadas con el traslado del cad¨¢ver desde Sierrallana - "se quitaron el cad¨¢ver de encima", ha se?alado Val- y con la supuesta falta de autorizaci¨®n para practicar la necropsia.

Riesgo hospitalario

Asimismo, hace dos meses el servicio de prevenci¨®n de riesgos laborales del hospital de Santander hab¨ªa remitido una nota al servicio de anatom¨ªa patol¨®gica en la que advert¨ªa sobre la carencia de instrumental preciso para llevar a cabo necropsias de alto riesgo para los m¨¦dicos. La compra del material requerido, en cumplimiento de las m¨¢ximas medidas higi¨¦nicas y de seguridad, no se efectu¨® antes de la defunci¨®n. Los anatomopat¨®logos ya hab¨ªan advertido de que mientras tanto se abstendr¨ªan, por respeto a las leyes de la seguridad laboral, de practicar intervenciones de este tipo.

Por su parte, el director m¨¦dico de Sierrallana afirma que la fallecida fue trasladada a Santander por tratarse de una autopsia de alto riesgo que no pod¨ªa llevarse a cabo en su hospital, de ¨¢mbito comarcal.

De todos modos, antes de sobrevenir el ¨®bito, dos pat¨®logos de Valdecilla se ofrecieron para practicar la necropsia en Sierrallana al no constarles que su sala tuviera limitaciones para ello. Con el cad¨¢ver ya en el tanatorio de Valdecilla la direcci¨®n de Sierrallana no acept¨® la iniciativa y aqu¨¦l fue devuelto a Torrelavega para ser inhumado al d¨ªa siguiente, con lo que se perdi¨® la posibilidad de estudiar la relaci¨®n entre la enfermedad y el tejido implantado.