Casi 5.500 vascos viven en situaci¨®n de pobreza extrema y otros 38.000 sufren graves carencias

Desde 1996, se ha reducido a la mitad el porcentaje de familias que viven en Euskadi en situaci¨®n de pobreza extrema, que afecta ahora al 0,8% de la poblaci¨®n, unas 5.500 personas. Pero, frente a esta ca¨ªda, la ¨²ltima Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales del Gobierno vasco ha apreciado un aumento de las familias con dificultades econ¨®micas para llegar a fin de mes. Unos 38.000 vascos viven sin ingresos suficientes para cubrir sus necesidades b¨¢sicas. Los parados de larga duraci¨®n y los mayores de 65 a?os no casados son los colectivos m¨¢s afectados.

El lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, adelant¨® ayer los resultados de la encuesta sobre desigualdades sociales en la inauguraci¨®n del seminario europeo sobre pol¨ªticas sociales contra la pobreza, que se celebrar¨¢ hasta ma?ana en Bilbao. Ibarretxe aprovech¨® la apertura de las jornadas para dibujar la radiograf¨ªa de la pobreza en Euskadi y, con los datos del primer trimestre de este a?o en la mano, reclam¨® un aumento de las pensiones m¨ªnimas y de los subsidios de desempleo. La buena situaci¨®n econ¨®mica ha contribuido a aumentar el nivel de bienestar, pero no para todos los vascos. Entre 1986 y 1996, el porcentaje de hogares con una situaci¨®n econ¨®mica holgada se mantuvo en el 68,4%. En los ¨²ltimos cuatro a?os, este ¨ªndice ha aumentado hasta el 73%. Este incremento del bienestar social alcanza hasta el 86,3% de los trabajadores vascos. Pero ¨¦sta es s¨®lo la cara de la radiograf¨ªa social. La cruz la constituyen las cerca de 5.500 personas que todav¨ªa viven en situaci¨®n de extrema pobreza y el aumento de las familias con una situaci¨®n econ¨®mica precaria, que ya afecta a 38.000 personas.

M¨¢s de la mitad de los parados (el 52,4%) no tienen recursos para llevar una vida desahogada econ¨®micamente. Los desempleados de larga duraci¨®n siguen engrosando la lista de la pobreza, a la que se va sumando una nueva bolsa: las personas mayores de 65 a?os que no est¨¢n casadas y no cobran pensi¨®n de jubilaci¨®n. Si hace cuatro a?os el 2% de los hombres y el 5,4% de las mujeres de la Tercera Edad ten¨ªan graves dificultades para llegar a fin de mes, hoy son ya el 17,6% de los varones y el 15,4% de la poblaci¨®n femenina mayor de 65 a?os los que no tienen dinero para cubrir sus necesidades b¨¢sicas.

En opini¨®n de Ibarretxe, esta nueva bolsa de pobreza supone "una vuelta a las formas de pobreza tradicional" provocada, en su opini¨®n, por los insuficientes recursos destinados a los menos favorecidos por parte del Gobierno central. "La protecci¨®n a los colectivos dependientes de la Seguridad Social, con la excepci¨®n de las pensiones de jubilaci¨®n, no ha seguido la evoluci¨®n de las necesidades sociales. Se ha quedado atr¨¢s", destac¨® el lehendakari.

Ibarretxe alert¨® de los riesgos que supone la extensi¨®n de la pobreza entre los mayores de 65 a?os, teniendo en cuenta el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n. Dijo que el Ejecutivo aut¨®nomo seguir¨¢ combatiendo la pobreza "en la medida de sus posibilidades" y reclam¨® un ajuste de las pensiones m¨ªnimas y de los subsidios de desempleo.

Recientemente, el Gobierno vasco ha ampliado el IMI (Ingreso M¨ªnimo de Inserci¨®n) a los mayores de 65 a?os. En 1999, un total de 15.804 hogares percibieron el IMI, que oscila entre las 50.880 pesetas y las 110.000 pesetas. El lehendakari record¨® que el Pa¨ªs Vasco fue la primera comunidad en conceder esta prestaci¨®n econ¨®mica, que es "un derecho ciudadano b¨¢sico, garantizado por ley".

El a?o pasado, el Ejecutivo de Vitoria destin¨® 7.457 millones de pesetas a esta subvenci¨®n y otros 2.100 millones de pesetas a las Ayudas de Emergencia Social, que aportan un dinero extra a las familias en situaci¨®n econ¨®mica precaria para cubrir una necesidad concreta. En presente a?o ha aumentado un 25% el importe que el Gobierno vasco dedica a estas ayudas.

Empleo y bienestar van de la mano. Pero no todos los desempleados ni los inactivos est¨¢n en la misma situaci¨®n, porque la pobreza aumenta con la edad, seg¨²n refleja la encuesta. Mientras los mayores de 65 a?os sufren mayores carencias econ¨®micas, los que no llegan a esta edad, aunque est¨¦n sin trabajo, tienen acceso a mayores prestaciones sociales y, por tanto, se alejan m¨¢s f¨¢cilmente de las dificultades econ¨®micas. As¨ª lo destac¨® el lehendakari, quien subray¨® que la tasa de pobreza grave se ha reducido en los ¨²ltimos cuatro a?os entre los desempleados y las mujeres.