Encerrona con agua fr¨ªa
Rumania va de odisea en odisea. Su entrada en la Eurocopa fue tortuosa. La expedici¨®n estuvo un buen rato retenida en el aeropuerto hasta pisar suelo belga. Luego tuvieron que salir por la v¨ªa de los turistas; es decir, uno a uno ense?ando la documentaci¨®n, ya fuera jugador, t¨¦cnico o utilero. "Primero nos trataron como delincuentes y luego como turistas, nos pusieron en una cola y en algunos casos estuvieron cinco minutos mirando fijamente la foto y la identidad de cada jugador". Hagi ha relatado as¨ª las peripecias de todo el equipo, al tiempo que ha dejado caer que el trato simplemente se debe a su condici¨®n de rumanos.Para destemplar a¨²n m¨¢s su estancia en la Eurocopa, el pasado domingo la selecci¨®n de Hagi vivi¨® un calvario para poder llevar a cabo el entrenamiento oficial en el estadio de Lieja. A su llegada a la ciudad belga, el conductor del autob¨²s de los rumanos se perdi¨®, tard¨® lo suyo en dar con el campo, y cuando por fin acert¨® el equipo se encontr¨® con las puertas cerradas. Tiempo despu¨¦s de aterrrizar al otro lado de la valla del campo, lleg¨® un portero con las llaves.
El entrenamiento empez¨® con tanto retraso que antes de finalizar aparecieron los alemanes. Con los jugadores germanos ya sobre el campo y los rumanos a¨²n con sus estiramientos y estrategias, Emerich Jenei, el seleccionador rumano, pidi¨® a su colega alem¨¢n, Erich Ribbeck, cinco minutos de cortes¨ªa. Ribbeck asinti¨®. Para cerrar el d¨ªa, los rumanos se encontraron con que en las duchas s¨®lo hab¨ªa agua fr¨ªa. Dejaron Lieja m¨¢s calientes que nunca.
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