El Rey recuerda a Putin que los derechos humanos deben imperar en Europa

Lo ¨²ltimo que pretende Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar es poner en apuros a Vlad¨ªmir Putin con cr¨ªticas a la guerra en Chechenia y a las amenazas para la libertad de prensa en Rusia. Pero la primera visita oficial del l¨ªder del Kremlin a Espa?a est¨¢ marcada por esas sombras, y m¨¢s despu¨¦s de que ayer fuese detenido Vlad¨ªmir Gusinski, presidente del grupo medi¨¢tico que no se ha rendido a Putin. Por eso cobr¨® especial significado la referencia del rey Juan Carlos, en la cena oficial del palacio de Oriente, de que en Europa "deben imperar el respeto de los derechos humanos y de las libertades".

El Rey destac¨® que Rusia es "parte esencial de la cultura y la civilizaci¨®n europeas" y que sin su contribuci¨®n no podr¨ªan explicarse la Europa moderna y contempor¨¢nea. Los valores compartidos por los dos pa¨ªses, a?adi¨®, convierten a ambos en "socios naturales" y constituyen la base de la "relaci¨®n privilegiada" que la Uni¨®n Europea desea establecer con Rusia.Por su parte, Putin destac¨® que las relaciones entre Rusia y Espa?a "tienen un magn¨ªfico porvenir" y se comprometi¨® a "crear condiciones favorables a las actividades de los inversores espa?oles en el mercado ruso". El l¨ªder del Kremlin asegur¨® que "Espa?a no es un socio ordinario", ensalz¨® la figura del Rey como "garante de la paz social" y agradeci¨® las "c¨¢lidas manifestaciones de afecto dirigidas a Rusia y a su pueblo".

Por la tarde, durante su recorrido por el Museo del Prado, Putin consider¨® una mala noticia la detenci¨®n de Gusinski -acusado de estafa-, que dijo que le hab¨ªa cogido por sorpresa, si bien se desmarc¨® alegando que la fiscal¨ªa es independiente. Tal como son las cosas en Rusia, resulta casi imposible creer que un fiscal general nombrado por el propio presidente no informe a ¨¦ste antes de detener a su gran enemigo.

Medios hostiles y objetivos

Los medios de comunicaci¨®n del empresario, que incluyen a la principal cadena privada de televisi¨®n, no respaldaron al antiguo agente del KGB en su lucha por la presidencia y ofrecen una cobertura de la guerra de Chechenia que si por algo sorprende es porque se acerca a la objetividad.

Igor Malashenko, brazo derecho de Gusinski -uno de los siete oligarcas que en 1996 lograron la reelecci¨®n de Bor¨ªs Yeltsin-, intentar¨¢ amargar un poco la visita a Putin con una conferencia de prensa que ha convocado para hoy en el mismo hotel de Madrid donde el presidente ruso se habr¨¢ reunido, pocos minutos antes, con m¨¢s de cien empresarios espa?oles para convencerles de que invertir en Rusia no es una arriesgada carrera de obst¨¢culos.

Putin y Aznar hablaron ayer de Chechenia, pero sin hacer hincapi¨¦ en las diferencias. Precisamente, esta visita ha sido posible, salt¨¢ndose incluso a Francia, gracias a la moderaci¨®n del presidente espa?ol, que siempre ha reconocido el derecho a la integridad territorial de Rusia y a combatir el terrorismo, aunque sin justificar el uso desproporcionado de la fuerza ni las atrocidades cometidas por las tropas federales. El presidente espa?ol reiter¨® su deseo de que se d¨¦ paso a la negociaci¨®n para encontrar una soluci¨®n pol¨ªtica al conflicto existente en Chechenia.

Putin se trajo en su equipaje un v¨ªdeo que le gusta difundir en sus viajes al extranjero y en el que se muestra el salvajismo de los "bandidos chechenos" con prisioneros y secuestrados. No hay constancia de que se lo entregase a Aznar, pero s¨ª de que le explic¨® con todo detalle las razones rusas para la intervenci¨®n en el C¨¢ucaso, que present¨® como una simple operaci¨®n antiterrorista. Alg¨²n comentario de la prensa rusa en los ¨²ltimos d¨ªas dejaba entender que Putin confiaba en que el problema de la violencia en el Pa¨ªs Vasco convertir¨ªa su justificaci¨®n en m¨¢s comprensible para su interlocutor espa?ol.

El programa de la visita pretende evitar que Putin pase por el mal trago de enfrentarse a manifestantes que le reprochen con gritos y pancartas los excesos de la guerra. Aun as¨ª, la organizaci¨®n Paz Ahora ha convocado una protesta para las siete de la tarde de hoy ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, tras elaborar un manifiesto al que se han sumado intelectuales, artistas, pol¨ªticos y organizaciones no gubernamentales. En ese texto se le echa en cara que "no dud¨® en utilizar la guerra de Chechenia en su camino hacia el Kremlin" y se le responsabiliza del sufrimiento de una poblaci¨®n "sometida al capitalismo mafioso" y del "recorte de las libertades p¨²blicas".

Si la crisis de Kosovo amarg¨® la visita de Aznar a Mosc¨² en mayo de 1999 (plant¨®n de Bor¨ªs Yeltsin incluida), la de Chechenia no est¨¢ ayudando nada a la de Putin a Madrid. Pese a todo, el viaje sirve de trampol¨ªn para mejorar unas relaciones pol¨ªticas, hasta ahora buenas pero sin demasiada sustancia, y, sobre todo, para que tengan un reflejo en unas relaciones econ¨®micas m¨¢s acordes con el potencial econ¨®mico de ambos pa¨ªses.