Hechizados por la altura
Son nueve y con profesiones tan variopintas como profesora universitaria de Qu¨ªmica Org¨¢nica, veterinario o bombero. Llevan casi un mes en Andaluc¨ªa pero un simple vistazo a sus rostros basta para darse cuenta de que sus mentes a¨²n se encuentran all¨ª, en el Everest, la monta?a m¨¢s alta del mundo. ?sa que fue su casa durante dos meses y que coronaron el pasado 22 de mayo aprovechando la tregua que les brind¨® la extrema meteorolog¨ªa nepal¨ª, que hab¨ªa frustrado sus dos intentos anteriores por hacer cumbre.Los contratiempos s¨®lo consiguieron acrecentar las ganas de estos intr¨¦pidos andaluces por materializar un sue?o que les mantuvo hechizados durante los casi dos a?os que emplearon en planificar la expedici¨®n.
El malague?o Manuel G¨®mez, Lolo, jefe de la expedici¨®n Andaluc¨ªa-Everest 2000, el sevillano Iv¨¢n Jara y el c¨¢mara Juanjo Garra fueron los tres miembros que disfrutaron del privilegio que supuso pasar apenas 15 minutos en el techo del mundo, "rodeados de niebla a 15 grados bajo cero y con el tiempo justo para clavar el piolet con la bandera andaluza y hacernos las fotos de rigor", recordaba ayer Iv¨¢n Jara, quien achaca el ¨¦xito al esfuerzo de un grupo de "diez amigos bien avenidos" y al apoyo que miles de andaluces les hicieron llegar por Internet.
La expresi¨®n sonriente de Iv¨¢n Jara, un veterinario de 28 a?os reconvertido en ayudante de c¨¢mara, es a¨²n hoy fiel reflejo de la plenitud que sinti¨® al contemplar la vista que esta atalaya natural de 8.848 metros, seg¨²n la medida oficial, les brindaba. Jara, miembro de la fat¨ªdica expedici¨®n andaluza al Mont Blanc donde murieron tres monta?eros en 1997, asegura que en las 11 horas que emplearon en hacer cumbre hubo momentos en los que se vieron desbordados emocionalmente, como cuando a falta del ¨²ltimo tramo hasta la cima, llegando al Balc¨®n del Everest, a unos 8.500 metros, recibieron una comunicaci¨®n del campamento avis¨¢ndoles de que el ox¨ªgeno se les acababa: "La noche del 21 de mayo a eso de las 23.00 horas aprovechamos una ventana [periodo de buen tiempo] para intentarlo de nuevo. Alrededor de las cuatro de la madrugada llegamos al Balc¨®n del Everest, empez¨® a amanecer, se complic¨® el tiempo y tem¨ªamos que de nuevo el viento nos obligara a retroceder. Carlos Soria, [un monta?ero madrile?o que se sum¨® al tr¨ªo] y nuestros sherpas desistieron y encima nos est¨¢bamos quedando sin ox¨ªgeno. Pero all¨ª est¨¢bamos para escalar el Everest y eso hicimos".
Jara, algo molesto por el protagonismo acaparado por otras expediciones que no hicieron cumbre, no duda en jactarse de la haza?a lograda: "De las 10 espa?olas s¨®lo acabaron la de Manresa y la de un monta?ero c¨¢ntabro. Nadie m¨¢s lo ha conseguido".
?Qu¨¦ siente uno tras plantarse en lo m¨¢s alto del mundo? "Una gran sorpresa al comprobar que el Everest med¨ªa 8.850 metros. ?Para una vez que vamos los andaluces tenemos que escalar los dos metros m¨¢s de monta?a que dejaron los temporales!", afirmaba Jara entre las risas de su compa?eros. "Pues que la vida estaba abajo y que ten¨ªamos muchas ganas de llegar al campamento base", aseguraba pragm¨¢tico Lolo, el jefe de la expedici¨®n.
?Planes de futuro? Los siete expedicionarios que ayer revivieron en Sevilla su aventura secundaron al un¨ªsono el plan expuesto por Lolo, su jefe: "Tras dos a?os de tener abandonados a la familia, a los amigos e incluso el trabajo, s¨®lo pienso en descansar". Sosiego que de cuando en cuando este grupo de monta?eros aficionados interrumpir¨¢ para dar a conocer por toda Andaluc¨ªa como nueve paisanos suyos alcanzaron la cima del mundo.
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