Casi tres siglos sin im¨¢genes
Los recuerdos escritos de estos siete siglos que tiene de existencia Bilbao como villa (son muchos m¨¢s los que cuenta como asentamiento humano) recogen hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle de la poblaci¨®n fundada por Diego L¨®pez de Haro. Pero, por lo menos hasta el siglo XVIII, por no remitirse a la aparici¨®n de la fotograf¨ªa, no hay una representaci¨®n fidedigna que acompa?e todo esta memoria textual. Es m¨¢s, el primer grabado de Bilbao realizado con cierta fidelidad est¨¢ fechado 275 a?os despu¨¦s de la fundaci¨®n oficial de la villa.A partir de esa primera estampa, dibujada por Johannes Muflin y grabada por Frans Hogemberg para su libro Civitates orbis terrarum, el Museo Arqueol¨®gico, Etnogr¨¢fico e Hist¨®rico Vasco presenta con motivo de este aniversario y hasta el pr¨®ximo d¨ªa 25 un recorrido por todos esos grabados de la cpaital vizca¨ªna. Quiz¨¢s no sean im¨¢genes muy fidedignas, pero s¨ª son sumamente evocadoras.
No es dif¨ªcil imaginar las primeras tres calles de aquella villa que se fundara un 15 de junio de 1300 con el Fuero de Logro?o, novena localidad vizca¨ªna en recibir la Carta Puebla. Era un reducido poblado de pescadores, en el que destacaban varias casas torres que cobrar¨ªan fama con las guerras de banderizos de a?os posteriores. Ya estaba el embri¨®n de lo que ser¨ªa luego catedral g¨®tica de Santiago, que cerraba parte de aquel primer Bilbao. Y, por supuesto, comenzaban a surgir las primeras rencillas entre los moradores de la villa y los vecinos de las anteiglesias de alrededor. Esta rivalidad se puede rastrear todav¨ªa en nuestros d¨ªas. Y sigue teniendo la simb¨®lica venganza en el d¨ªa de Santo Tom¨¢s, cuando los aldeanos bajan a la villa a vender sus productos.
La celebraci¨®n del segundo centenario de la localidad fundada por don Diego L¨®pez de Haro lleg¨® con las guerras de banderizos resueltas y con una estructura urbana nueva, sin las casas torres caracter¨ªsticas de los decenios anteriores repletas de armas y ya convertidas en almacenes de mercanc¨ªas. Bilbao iniciaba el camino que le har¨ªa famoso en todo el mundo conocido como uno de los puertos principales de Europa.
Los barcos llegaban hasta el puente de San Ant¨®n, que estaba ubicado en el mismo lugar que hoy en d¨ªa, aunque no un¨ªa el barrio de Bilbao la Vieja con la iglesia del mismo nombre, sino con un alc¨¢zar que respond¨ªa a las necesidades defensivas de la villa. En el otro extremo, el arrabal de San Nicol¨¢s ten¨ªa que luchar contra las mareas y crecidas de la R¨ªa que se convert¨ªa en una gran playa en lo que hoy es el Arenal. Todo un paisaje que hay que imaginar hasta que llega ese grabado de 1575, primera huella fidedigna de una villa ya para entonces adulta.
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