G¨®tico del tercer milenio o disparate
En el lugar donde se alz¨® la torre con campanario del antiguo Colegio de Cirug¨ªa de C¨¢diz, posiblemente derribada durante el proceso de construcci¨®n del edificio de la Facultad de Medicina, en la d¨¦cada de los sesenta, hoy se alza otra torre. No mide 15 metros de altura como la original, alcanza los 28. No tiene campanario. No es una torre cl¨¢sica sino contempor¨¢nea y ciertamente supera la altura de los edificios del casco antiguo, como se han encargado de recordar algunos de sus detractores.Los arquitectos Ram¨®n Gonz¨¢lez de la Pe?a y Javier Vell¨¦s han planificado un edificio que respeta el molde y el esp¨ªritu del antiguo Hospital Militar, donde, junto a la torre, se instalar¨¢ el Consorcio Tecnol¨®gico de C¨¢diz, integrado por el Ayuntamiento y la Universidad, que auspician dos proyectos para estas instalaciones: El Centro Suratl¨¢ntico de Tecnolog¨ªas y el Centro de Formaci¨®n y Apoyo a las Nuevas Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n, iniciativas que persiguen la transferencia de aplicaciones tecnol¨®gicas desde los laboratorios universitarios a la empresa, la formaci¨®n espec¨ªfica de empresarios y trabajadores, el fomento de proyectos de I + D y la expedici¨®n de certificados de calidad. Unos 3.500 millones de pesetas se han invertido en la recuperaci¨®n del edificio, que durante un tiempo estuvo llamado a ser sede del rectorado.
El edificio y la torre singular se sit¨²an a la altura emblem¨¢tica del proyecto, en una ciudad con "excesiva dependencia del sector p¨²blico", seg¨²n el concejal de Fomento, Fernando Sicre, y que aspira a formar m¨¢s y mejores empresarios. Hace 10 a?os se comenz¨® a trabajar en el edificio, que llevaba cerrado desde finales de los setenta. Un inmueble muy ordenado, con arquitectura de calidad facturada por ingenieros militares, aunque deteriorado por el paso del tiempo y las reformas.
Los habit¨¢culos destinados a las consultas de los m¨¦dicos se han transformado en despachos y departamentos administrativos; las salas corridas de camas son ahora laboratorios. Es la idea original del edificio la que persiste. "Hemos actuado con discreci¨®n, con sistemas constructivos tradicionales para recobrar el esplendor del edificio, sin dejar rastro de nuestra personalidad", reflexiona Gonz¨¢lez de la Pe?a. Los arquitectos lo han respetado todo: las galer¨ªas; han recuperado una cubierta de tejas que figura en la maqueta original del edificio; han restaurado pavimentos y han reutilizado los aljibes.
"Cuando est¨¢s en la l¨ªnea de ser respetuoso con lo valioso de la arquitectura tradicional no tienes por qu¨¦ renunciar a la contempor¨¢nea, que tiene la misma cabida en todos los lugares de la ciudad, como ha sido tradicionalmente", sostiene Gonz¨¢lez de la Pe?a, quien agrega: "Lo que hay que exigir a la arquitectura es que sea buena, si no, no vale, sea tradicional o contempor¨¢nea, se haga en el casco hist¨®rico o en la periferia de la ciudad".
El primero en criticar la irrupci¨®n de la torre en el horizonte del casco fue el fallecido escritor Fernando Qui?ones. Ahora el presidente de la Academia de Bellas Artes, el arquitecto, Javier de Navascu¨¦s opina que es "un disparate" decir que "imita a las torres miradores de C¨¢diz, que son ¨²nicas en el mundo". Y abunda: "Es una verg¨¹enza. No hay derecho a que se diga eso. Es un insulto a C¨¢diz". Gonz¨¢lez de la Pe?a reconduce las cr¨ªticas a "la falta de an¨¢lisis de lo que ha sucedido a lo largo de la historia" y a no recordar que "cuando el g¨®tico aparece se echan las manos a la cabeza".
La ¨²ltima planta de la torre ser¨¢ un mirador p¨²blico que ofrecer¨¢ una visi¨®n in¨¦dita del casco, que conserva, otro medio centenar de torres miradores catalogadas de los siglos XVIII y XIX que en su mayor¨ªa pertenecieron a comerciantes acomodados. Tres de las plantas de la nueva torre acoger¨¢n un restaurante. El Ayuntamiento ya tiene tres ofertas sobre la mesa.
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