Las noches del goleador Milosevic
La confesada falta de sue?o del jugador del Zaragoza no le impide ser el m¨¢ximo realizador del torneo
Las estrellas de la selecci¨®n yugoslava tienen el andar pesado y la mirada suficiente. Entre todas, se lleva la palma el delantero centro Savo Milosevic, m¨¢ximo goleador de la Eurocopa, junto al esloveno Zahovic, con tres tantos. Su porte de jugador de baloncesto y sus marcados rasgos cauc¨¢sicos adornados con gafas de sol causaron impacto cuando asom¨® por la puerta del hotel de Yugoslavia acompa?ado por dos rubias de zancada rompedora. Deb¨ªa comparecer ante la prensa. As¨ª es que se despidi¨® de las dos se?oras, una de las cuales es su esposa, y acudi¨® al encuentro de las c¨¢maras.Despatarrado en un sill¨®n de terciopelo rojo, s¨®lo abri¨® la boca para interrumpir a su entrenador, pedir el micr¨®fono, y despotricar contra Noruega. Vujadin Boskov, sentado junto a ¨¦l, lo mir¨® con simpat¨ªa. Luego, Milosevic manifest¨® su optimismo respecto al partido contra Espa?a. "Somos favoritos", proclam¨®. Y se march¨® con aire so?oliento. "No quiero hablar m¨¢s", dijo, al tiempo que daba una explicaci¨®n irrefutable: "Necesito dormir la siesta porque no he pegado ojo en toda la noche". Nadie os¨® interponerse ante el delantero del Zaragoza despu¨¦s de semejantes argumentos.
Su cotizaci¨®n en la selecci¨®n yugoslava ha subido como la espuma desde que marc¨® dos goles contra Eslovenia, remontando un partido imposible. Un encuentro que comenz¨® como suplente y termin¨® como h¨¦roe. La v¨ªctima fue el delantero del Juventus, Darko Kovacevic, relegado al banquillo. "Est¨¢bamos haciendo un partido vergonzoso", opin¨® despu¨¦s, y denunci¨® que hab¨ªa un clima enrarecido en el equipo. Fue una catarsis que liber¨® al resto. En el siguiente encuentro, contra Noruega el domingo pasado, Milosevic marc¨® el gol de la victoria y su posici¨®n se reafirm¨®.
Parece que Milosevic, de 26 a?os, ejerce de pleno su derecho a recibir visitas. Algo habitual en la selecci¨®n de Yugoslavia, en la que los jugadores disfrutan de la compa?¨ªa de sus familiares cuando lo desean. "Lo que no est¨¢ permitido es que duerman aqu¨ª con sus esposas", explic¨® un funcionario de la federaci¨®n. Pero el control, en ciertos casos, parece laxo. Incluso en v¨ªsperas de un partido decisivo. Entonces, el voluminoso guardia jurado que custodia la entrada del hotel se hace a un lado y abre el paso. Como dijo ayer Jovan Stankovic: "Estamos m¨¢s tranquilos que Espa?a. No tenemos tanta presi¨®n". De ello, da buena fe Milosevic.
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