Ning¨²n detenido tras el ataque a un barrio gitano de Alicante por parte de cientos de manifestantes

Los vecinos del barrio La Cruz de Galindo, en Almorad¨ª (Alicante), la mayor¨ªa gitanos, pasaron la noche del martes en los campos de naranjos tras huir de sus casas asaltadas por cientos de manifestantes en protesta por un crimen. Dos viviendas quedaron calcinadas y al menos ocho sufrieron destrozos. Luego se dirigieron a un inmueble contiguo al barrio donde viven nueve marroqu¨ªes: hirieron a tres y apedreadron sus seis coches. Pese a que hab¨ªa en la zona dos patrullas de la polic¨ªa local y otras dos de la Guardia Civil, seg¨²n los vecinos, no hubo ning¨²n detenido y los bomberos tuvieron dificultades para llegar a las viviendas incendiadas, seg¨²n reconoci¨® el general jefe de ese cuerpo de seguridad en Valencia, D¨¢maso Alonso.

El origen de estos incidentes, que el alcalde, Jos¨¦ ?ngel Hurtado, del PP, no considera racistas ni xen¨®fogos sino un "hecho puntual en un barrio conflictivo donde en dos o tres viviendas se estaba traficando con drogas", fue una manifestaci¨®n celebrada el martes, con el benepl¨¢cito del Ayuntamiento, en protesta por el asesinato el pasado s¨¢bado de un joven de la localidad. Miguel ?ngel Mart¨ªnez, de 22 a?os, muri¨® apu?alado en La Cruz de Galindo, supuestamente por un habitante del barrio, en el transcurso de una pelea. El agresor fue detenido y el juez decret¨® su ingreso en prisi¨®n.Los amigos de la v¨ªctima decidieron organizar una concentraci¨®n en repulsa por el homicidio, a la que se sumaron unas 2.500 personas. Sobre las 22.00 horas, un grupo de unas 800 peronas, seg¨²n el alcalde, algunos cientos m¨¢s seg¨²n los vecinos, se traslad¨® hasta el barrio, donde viven un millar de los 14.000 censados en Almorad¨ª, con el prop¨®sito de depositar flores en el lugar del crimen, seg¨²n asegur¨® ayer el regidor. "Nuestro objetivo era rendir un homenaje a nuestro amigo", dijo Cristina S¨¢nchez, una de las congregadas.

"Llegaron armados con palos, navajas, hachas y lanz¨¢ndonos piedras", relat¨® Joaqu¨ªn Moreno, el due?o de una de las dos casas incendiadas. "Tambi¨¦n tra¨ªan latas de gasolina con las que prendieron fuego primero a la casa del que mat¨® al joven, y luego a la nuestra", a?adi¨®. Moreno asegur¨® que se encontraba en el interior de la vivienda, con su familia, por recomendaci¨®n previa de la polic¨ªa.

"Cuando vimos el fuego emprendimos la huida por los tejados y comenzamos a correr por el campo", coment¨®. Este vecino rechaz¨® cualquier relaci¨®n con el narcotr¨¢fico y, adem¨¢s de denunciar la pasividad policial, dijo que los manifestantes no dejaron intervenir a los bomberos para sofocar el fuego de las casas incendiadas.

De vuelta a sus domicilios, los manifestantes la emprendieron con un grupo de nueve inmigrantes marroqu¨ªes que viven en un inmueble contiguo al barrio. Tres de ellos resultaron heridos por golpes y pedradas, y sus seis veh¨ªculos destrozados. "La Guardia Civil nos dijo que los dej¨¢ramos hacer y luego denunci¨¢ramos", afirma Ourarit Mohamed.

Presenciaron los hechos, seg¨²n los vecinos, dos patrullas de polic¨ªa local y dos de la Guardia Civil. El general jefe de ese cuerpo en la zona de Valencia consider¨® lo sucedido "un hecho aislado que no tendr¨¢ m¨¢s repercusiones", asegur¨® que se trabaja en "algunas identificaciones" -no hay un solo detenido- y reconoci¨® que el cami¨®n de bomberos tuvo problemas para llegar hasta las casas incendiadas por la "cantidad de gente que se concentr¨® en un momento".

El alcalde, a su vez, rechaz¨® las acusaciones de los vecinos sobre la supuesta pasividad de los agentes. "[El ataque] fue algo espont¨¢neo, y no supon¨ªamos que iba a ir tanta gente al barrio", dijo. "Se adoptaron las medidas de seguridad necesarias en funci¨®n de nuestras previsiones", asegur¨®.

?nimos cargados

Hurtado no precis¨® el n¨²mero de agentes que hab¨ªa en la zona en el momento de los incidentes. "Cuando supimos el cariz que tomaban los acontecimientos reclamamos refuerzos a otras poblaciones", explic¨® el primer edil, quien aleg¨® que no autoriz¨® que la manifestaci¨®n en protesta por el crimen se celebrase el lunes, d¨ªa del entierro del asesinado, "porque los ¨¢nimos estaban muy cargados".

"De no haber intervenido los destrozos podr¨ªan haber llegado a m¨¢s". El alcalde rest¨® importancia a los da?os causados a veh¨ªculos de magreb¨ªes: "Hubo un intercambio de insultos y se lanzaron mutuamente piedras pero el tema qued¨® reducido a nada".

Ayer 52 agentes antidisturbios de la Guardia Civil fueron enviados a Almorad¨ª, donde anoche estaba prevista otra concentraci¨®n de vecinos.