Pol¨¦mica en Italia por la posible amnist¨ªa para los corruptos con motivo del Jubileo
La clase pol¨ªtica italiana parece atrapada en un nuevo laberinto: c¨®mo redactar una ley de amnist¨ªa que vac¨ªe las c¨¢rceles superpobladas del pa¨ªs y responda a la propuesta de perd¨®n adelantada por el Papa en este Jubileo de 2000. Y, sobre todo, c¨®mo hacerlo sin que parezca que lo que se prepara es una ley de "borr¨®n y cuenta nueva" para limpiar las biograf¨ªas de quienes en su d¨ªa fueron condenados en el gran esc¨¢ndalo de corrupci¨®n pol¨ªtica y financiera conocido como Tangent¨®poli. El tema se ha convertido en una patata caliente para el Gobierno de centro-izquierda y para la oposici¨®n. Unos y otros dudan de dar el primer paso en favor del indulto, temerosos del efecto negativo que pueda tener esta decisi¨®n en la opini¨®n p¨²blica. La palabra amnist¨ªa lleva meses en el aire, aunque los italianos de a pie siguen siendo reacios a digerir el tema. Un 35% de los preguntados por la empresa milanesa Datamedia sobre la oportunidad de conceder un indulto est¨¢n a favor de esta medida de clemencia, mientras un 32,4% se pronuncia en contra y un 23% se declara completamente indiferente. Amnist¨ªas ha habido ya muchas en Italia. La ¨²ltima fue la otorgada por el Gobierno de Giulio Andreotti en 1990. La situaci¨®n hoy, tras el esc¨¢ndalo de Tangent¨®poli que barri¨® del mapa a una clase pol¨ªtica y salpic¨® a decenas de empresarios, es m¨¢s compleja y tambi¨¦n m¨¢s confusa, algo que se refleja en los frentes que apoyan y los que critican una ley de este tipo.
La amnist¨ªa la pide el Vaticano, espoleado por la Conferencia Episcopal italiana, cuyo presidente, el cardenal Camillo Ruini, la reclam¨® abiertamente en mayo pasado, apelando a la necesidad de que el Gobierno asuma el esp¨ªritu de perd¨®n que se desprende del Jubileo, que el 9 de julio estar¨¢ dedicado a los presos. Pero tambi¨¦n la ven con buenos ojos numerosas autoridades del Estado. Empezando por el presidente de la C¨¢mara de Diputados, el excomunista Luciano Violante, que ha invitado al papa Juan Pablo II a pronunciar un discurso ante el Parlamento italiano ese mismo d¨ªa.
Razones pr¨¢cticas
Las razones que inducen al Gobierno a estudiar una nueva amnist¨ªa (ser¨ªa la n¨²mero 25 en la historia reciente del pa¨ªs) son tambi¨¦n de ¨ªndole pr¨¢ctica. En las c¨¢rceles italianas se hacinan m¨¢s de 53.000 presos (un tercio de los cuales son toxicodependientes), cuando la capacidad de estos centros, la mayor¨ªa viejos caserones de los siglos XVIII y XIX, es de poco m¨¢s de 43.000 internos. No es casual que uno de los principales defensores de la medida de clemencia sea el actual director general de Prisiones, Giancarlo Caselli, ex fiscal antimafia de Palermo y antiguo comunista. Caselli ha citado incluso el Antiguo Testamento en apoyo de su tesis y se ha referido a la "experiencia del Jubileo", nacida "para borrar las profundas injusticias y desigualdades... cancelando las deudas y perdonando las culpas". En v¨ªsperas de un verano caliente en el que se prev¨¦n revueltas en las prisiones, como la que ya se produjo en abril pasado en la c¨¢rcel de San Sebastiano de Cerde?a, el nuevo responsable de prisiones se encuentra m¨¢s pr¨®ximo al Papa que a sus ex colegas de la judicatura.
En estos momentos, el ¨²nico obst¨¢culo grave a la ley de amnist¨ªa lo ha puesto el juez m¨¢s importante de Italia, el fiscal de Mil¨¢n, Francesco Saverio Borrelli, quien ha minimizado la presi¨®n del Papa. "No veo qu¨¦ tiene que ver el Vaticano con los asuntos internos del Estado italiano", ha dicho. El juez ha criticado la iniciativa de clemencia que promueven dos ex convictos: el empresario Sergio Cusani, uno de los condenados por Tangent¨®poli, y el ex terrorista de Primera L¨ªnea Sergio Segio.
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